CADENA PERPETUA PARA LOS CRIMINALES ECONÓMICOS
Uno contempla, con asombro, como unos tipos, cuya misión, al
menos en teoría, consiste en conseguir que la economía de los países, y por
ende de los ciudadanos, funcione de manera correcta, han publicado, o algo
parecido (en realidad se trata de un informe interno confidencial, filtrado
convenientemente), un informe en el que reconocen que las medidas tomadas
respecto a un país, Grecia, contribuyeron a su ruina. Lejos de utilizar dicha
información para depurar responsabilidad, largando a la puta calle a todos los
culpables del drama, el citado informe sirve de parapeto para justificar tales
desmanes y diluir la responsabilidad de tan criminal actuación por parte de las
personas, o de parte de las personas, que trabajan en el FMI (sería muy
importante poner nombre y apellidos a los necios criminales que impulsaron esas
medidas).
Resulta bien conocido que en esta componenda había otras dos
instituciones, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, que parecen no
querer saber nada de esta reflexión y defienden que aquello que aparece en el
párrafo anterior no va con ellos. Faltaría más. Sin embargo, sobre las
políticas de austeridad (robo de dinero a los ciudadanos para pagar los excesos
de banqueros e inversores) parece que los miembros del BCE empiezan a mostrar
ciertas dudas, que desde hace tiempo ya muestran también los miembros, los que
sean, porque nunca dicen nombres, del FMI.
¿Alguien pide responsabilidades por las consecuencias
criminales para millones de personas, decenas de millones de personas, de esa
decisiones sin base alguna? La respuesta, querido lector, es obvia: NO.
Estos tipos conciben la economía como una partida de
Monopoly, donde se compra y se vende, se sanciona y se cobra, para, cuando uno
se aburra, largarse a su casa y dedicarse a otra cosa, mariposa. Sin embargo,
decenas de millones, centenares de millones, de personas siguen amarrados a un
tablero, a un juego, en el que no quieren jugar, pero del que estos tipos no
les dejan huir.
Veamos otro ejemplo de como estos tipos experimentan,
mienten, estafan sin pudor alguno y las consecuencias de tales actos quedan
impunes.
Leía un excelente artículo sobre las pensiones y las
mentiras de esos supuestos expertos elegidos por el Desgobierno de Mariano
Rajoy Brey. Expertos que, en realidad, son la gran mayoría de ellos, fulanos
pagados por bancos, fondos de inversión, empresas de seguros, que recibirán
cuantiosas cantidades, fruto de las directrices recomendadas al Desgobierno por
algunos de sus trabajadores. En otras palabras: las mentiras de unos, gachós
que por dignidad deberían desinhibirse de esa cuestión, pues su sueldo procede
de empresas que se benefician del análisis que han realizado y de las
conclusiones a las que han llegado, van a bendecir, mediante mentiras, un
recorte sustancial en la calidad de vida de uno de los colectivos que más
debíamos cuidar: nuestros ancianos.
El artículo en cuestión, defiende cosas tan simples como que
a mayores salarios más dinero se recauda para las pensiones, pero, obviamente,
los "expertos" neoliberales, no hablan nada de éso. El artículo
postula que el dinero para pagar las pensiones también pueden salir, en parte,
de los presupuestos generales del estado, como ocurre en otros países. Sin
embargo, la reflexión del economista también pone negro sobre blanco un aspecto
denunciable, yo diría detestable: los "expertos" presentan
interesadamente un panorama catastrófico, panorama que llevan presentando
décadas, y que nunca se cumple. ¿Quién castiga este análisis irreal e
interesado? ¿Quién castiga a los que eligen a estos tipos para conformar un
comité de expertos, cuyas conclusiones van a marcar la vida de decenas de
millones de personas?
La tramoya » Pensiones: ¿demografía o lucha de clases?
En estas preguntas reside el nudo gordiano, de manera más
concreta en el verbo: castigar.
La impunidad con la que estos malnacidos, que responden al
nombre de economistas, actúan, generando situaciones de extrema pobreza en todo
el orbe, llevando a la desesperación, a la muerte por hambre o por falta de
agua o medicinas a millones de personas cada año, les da alas para seguir
destrozando la vida de millones y millones de personas. Estos tipos que acaban
convirtiendo el suicidio, causado por la desesperación a la que llevan sus
"medidas", en una simple estadística, que tampoco parece ir con
ellos, no tienen ningún remordimiento por sus acciones y, lo más trágico, la
sociedad que padece su estupidez criminal no parece estar capacitada para
intervenir contra ellos.
Sin embargo, no parece desencaminado, y menos desde un punto
de vista ético, proponer que estos miles y miles de tipejos que han creado esta
crisis (estafa), una minoría de botarates sin sentimiento de culpa alguno, sean
juzgados por crímenes contra la humanidad y/o por alta traición contra sus
países (llevar a millones de conciudadanos a la miseria debería constituir una
delito de alta traición contra la patria, pues afecta directamente a la
convivencia y a los derechos fundamentales de los ciudadanos). Y no sólo
deberían ser juzgados por estos delitos, en caso de ser hallados culpables la
pena debería ser la CADENA PERPETUA SIN POSIBILIDAD DE REVISIÓN DE LA PENA.
Resulta sorprendente que una persona que causa mal a otra pueda cumplir quince,
veinte, treinta o más años de cárcel y, sin embargo, estos tipos, que han
sumido en la desesperación, pobreza, cuando no les empujado a suicidarse o les
"ayudado", literalmente, a morir de hambre se vayan de rositas o, a
lo sumo, cumplan tres o cuatro años de cárcel. Deberíamos exigir una
reformulación del Código Penal, que conllevara la creación de nuevos delitos
contra la humanidad y contra el Estado. Delitos que se definirán por el daño
económico y moral causado a los ciudadanos por prácticas fraudulentas en lo
referido a la administración de fondos privados o públicos. Delitos que
deberían incluir, por sus consecuencias genocidas, la cadena perpetua para los
condenados, sin posibilidad de revisión.
Tal vez, y sólo tal vez, a partir de ese momento los
expertos dejarían de ser meros mequetrefes sin escrúpulo alguno a sueldo de
grandes corporaciones.
Tal vez, sólo tal vez, organismo como el FMI, el Banco
Mundial, el BCE, la OCDE, la OMC... dejarían de ser un nido de buscavidas
sectarios que sólo aspiran a perpetuar su modus vivendi.
Tal vez, sólo tal vez, a partir de ese momento la calidad de
vida de millones y millones de personas mejoraría de forma sorprendente.
Un saludo.
Publicado por PACO
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