Melchor
Rodríguez García – de la CNT y FAI de Sevilla
El 30 de mayo de 1893 nace en el barrio de Triana de Sevilla
(Andalucía, España) el destacado anarcosindicalista y anarquista Melchor
Rodríguez García, también conocido como Manuel Amador y como El Decano, y por
algunos como El Ángel Rojo. De familia pobre, pronto quedó huérfano de padre
(Isidoro Rodríguez), obrero maquinista muerto en accidente en los muelles del
Guadalquivir, y su madre (María García), trabajadora en una fábrica de cigarros
y costurera, tuvo que flotar tres niños. Hizo primaria en el Hospicio
Provincial de Sevilla, donde hizo de monaguillo. Durante su vida hizo de todo
(calderero, torero, carrocero, ebanista, chapada, representante de seguros,
etc.), Pero intentó seriamente ser una figura de la tauromaquia: debutó como
torero el 5 de septiembre de 1915 con éxito en Sanlúcar de Barrameda, pero una
pegada grave en la plaza de Tetuán de las Victorias de Madrid el 4 de agosto de
1918 le apartó de la arena y después de varios intentos en 1920 (Salamanca,
Viso y Sevilla) abandonó definitivamente el toreo . Hacia 1920 estaba afiliado
a la Sección de Automóviles del Ramo de la Madera de la Confederación Nacional
del Trabajo (CNT) de Sevilla, junto con Pualino Díez Martín y Manuel Pérez Fernández.
Sucedió Pérez Fernández en la presidencia del citado sindicato y poco después
se instaló en Madrid. En 1920, prohibida la CNT, se afilió en la socialista
Unión General de los Trabajadores (UGT) y conoció Largo Caballero e Indalecio
Prieto, pero a la vez formaba parte del grupo anarquista "Los libertos»
(Celedonio Pérez, Francisco Trigo, José Barrios, Guerra , Manuel López y
Feliciano Benito) que actuaba en el Ateneo de Divulgación Social y que no era
partidario de la «acción directa» y reivindicaba la «anarcohumanisme» y el
«anarcopacifisme».
En 1927 fue uno de los
primeros militantes de la Federación Anarquista Ibérica (FAI) y cuando se creó
el Sindicato de Carroceros cenetista se afilió inmediatamente y acaba como
secretario. Tuvo el carné número tres de la Agrupación Anarquista de la Región
Centro. En octubre de 1933 hizo mítines pro amnistía en Gijón y en julio de
1934 presidió el gran mitin de Madrid. En noviembre de 1934, con Celedonio
Rodríguez, se entrevistó con Martínez Barrio y Vaquero para conseguir la
libertad de doscientos cenetistas. Él mismo estuvo preso en numerosas ocasiones
durante la monarquía y durante los años republicanos, tanto que era conocido
por los carceleros como El Decano. En 1936 participó activamente el la huelga
de la construcción madrileña. Entre el 5 de noviembre de 1936 y el 1 de marzo
de 1937 fue Inspector General del Cuerpo de Prisiones del Ministerio de
Justicia de Joan García Oliver. Con este nombramiento el ministro trataba de
arrebatar las prisiones madrileños a la Consejería de Orden Público dirigida
por el comunista Santiago Carrillo, con el fin de acabar con la política de
sacadas indiscriminadas y de poder instaurar tribunales populares. En este
periodo Melchor Rodríguez destacó por su digno comportamiento hacia los
detenidos, por lo que fue acusado de quintacolumnista por los comunistas, por
la denuncia de la existencia de checas estalinistas («Asunto José Cazorla»,
Consejero de Orden Público de la Junta de Defensa de Madrid); para eliminar las
sacadas - prohibió sin su autorización expresa la salida de recluidos de las
cárceles entre las 7 horas de la tarde y las 7 horas de la mañana -, y para
oponerse contundentemente que 1.532 presos encerrados en Alcalá de Henares y en
San Antón fueran asesinados - algunos muy conocidos, como Agustín Muñoz
Grandes, Raimundo Fernández Cuesta, Peña Boeuf, Luca de Tena, Body Declané,
Javier Martín Artajo, Serrano Súñer, Blas Piñar, Rafael Sánchez Mazas, Miguel
Primo de Rivera, Margarita Larios, Valentín Gallarza, Raimundo Fernández-Cuesta.
Así, desde el sectores derechistas lo bautizaron como El Ángel Rojo, seudónimo
que él rechazaba.
El 8 de diciembre de 1936 frenó, después de siete horas de tira
y afloja, la multitud que quería asaltar la cárcel de Alcalá de Henares y
asesinar prisiones «nacionales» en represalia por los bombardeos de la aviación
fascista en Madrid. El 1 de marzo de 1937 fue destituido de su cargo de
delegado especial de prisiones por el gobierno del socialista títere del
Partido Comunista de España (PCE), Juan Negrín. Más tarde, fue concejal de
Cultura y primer teniente de alcalde de Madrid. Tuvo muchos amigo del mundo de
la farándula y de la cultura, como los hermanos Álvarez Quintero, Emilio
Carrere, Concha Espina, Manolo Caracol, La Niña de los Peines, Pastora Imperio,
José María Pemán, Alfonso - que el fotografió en numerosas ocasiones -, etc. En
1938 se encargó de la gestión de los cementerios madrileños y como tal, el 13
de abril de 1938, se jugó la vida cuando consiguió que en el entierro de su
amigo Serafín Álvarez Quintero se exhibiera un crucifijo cumpliendo su última
voluntad. El 2 de marzo de 1939 fue enviado por el Comité Nacional del
Movimiento Libertario Español (MLE) en Francia y el 28 de marzo de ese año,
como último alcalde de Madrid nombrado por el coronel Segismundo Casado y por
Julián Besteiro del Consejo Nacional de Defensa , fue el encargado de entregar
la ciudad a las tropas franquistas. Al acabar la guerra, el 26 de agosto de
1941, fue condenado a 20 años y un día de prisión y no a la pena de muerte,
gracias a muchos testimonios de diestros (general Muñoz Grandes, Fernández
Cuesta, Martín Artajo, etc. ) que declararon a su favor recordando el
espléndido comportamiento como director de las prisiones republicanas.
Finalmente, gracias a la
gestiones del general Agustín Muñoz Grandes, pieza clave del Ejército y mano
derecha de Franco durante años, sólo purgó cinco años en la prisión del Puerto
de Santa María. Durante la posguerra, rechazó propuestas de cargos en el
sindicato vertical franquista y militó en la CNT clandestina, apoyando el
Comité Nacional cenetista de Enric Marco Navidad. Fue detenido y encarcelado
dos veces por "difusión de propaganda política ilegal» y en 1947 para
ayudar presos anarquistas. Durante los años cincuenta y sesenta continuó
militando en la CNT y en 1965 se opuso radicalmente a las maniobras del cincopuntismo.
En estos años formó parte de varios comités, asistió a numerosos comicios
regionales y nacionales cenetistas, sufrió 34 detenciones, etc. Algunos
criticaron que aceptara una condecoración del franquismo por sus actuaciones
como director de prisiones durante la guerra civil y que confraternizar con
algunos caciques del franquismo - en 1956 el falangista José Antonio Girón de
Velasco le dedicó un libro llamándolo «vanguardista infatigable en la batalla
por la Justicia y por la Libertad del Hombre ».
Colaboró en diversas
publicaciones, como Campo Libre, Crisol, ¡Desperta!, Frente Libertario, Proa,
¡Rebeldía!, Redención, La Tierra, etc. También escribió letras de pasodobles y
de cuplés, entre otros, con el maestro Padilla. Durante los últimos años de su
vida trabajó en una compañía de seguros («La Adriática») y vivió con su antiguo
compañero de plaza, el banderillero Castillito, y la esposa de éste. Melchor
Rodríguez García murió el 14 de febrero de 1972 en Madrid (España) y
insólitamente las autoridades franquistas permitieron que su ataúd fuese
cubierto con la bandera roja y negra y que se cantara A las barricadas durante
su entierro en el cementerio madrileño de San Justo, por el contrario, un grupo
de falangistas, que también acudieron al sepelio, rezaron por su alma. En julio
de 2008 una calle de la barriada de San Cayetano de Sevilla fue bautizado con
su nombre.