YO, NO OS OLVIDO…
A
los que continúan
desaparecidos
Yo, no os olvido. Sé, que estáis bajo
tierra,
en algún lugar, muertos y desaparecidos
bajo las frías noches, sin la cálida luna,
bajo la escasa luz de la memoria.
Vuestra voz afirmada en la razón:
abiertos defensores de una noble
existencia,
poetas del honor y la justicia.
De aquellos dictadores, fue la dura
sentencia
que prefieren la muerte como su fiel
pareja;
que niegan la equidad, los sueños y la
vida.
Anhelantes de sangre y de venganza
prohibieron llorar la ausencia más
querida.
Habremos de buscaros, a pesar de los
hechos
que ignoran los latidos de la tierra.
Amontonados bajo la cal viva,
con el plomo alojado en vuestros pechos,
privados de la mínima clemencia.
Bajo las pisadas hierbas de Atila
habitan vuestros huesos desprendidos:
donde el invierno eterno los mastica
sin saberse en las sombras,
olvidados.
Ninguno de vosotros fue un guerrero
dispuestos al puñal y a las mentiras;
tan solo ciudadanos, necesarios obreros
que amasaban el pan de la esperanza,
y, por ello, os negaron la existencia.
Ninguno de vosotros ocupáis
con vuestros propios nombres
los impolutos mármoles, que exhiben
sin tapujos los templos y arcaicas
catedrales.
Ah, pero no habrá alivio entre
nosotros,
en tanto, los candiles no iluminen
los recuerdos furtivos que habitan en las
nubes,
y esperan suspirando la anhelada tormenta,
que, con sus rayos, libres, resilientes,
nos despierte sin más, la voz de la
conciencia.
Pepe Gómez.
Puerto Real, diciembre 2020.