Fermín Salvochea
Has de saber,
hijo mío, que hay que estar entusiasmado para realizar una gran
empresa. Saint-Simon
I
El paisaje y el medio
¡Cádiz! Evoca
este nombre múltiples recuerdos históricos porque son contados los lugares del
mundo que han tenido un pasado tan romántico y grandioso como la vetusta ciudad
andaluza a orillas del Altántico. Fue fundada por los antiguos fenicios,
vinieron luego los cartagineses y después los romanos.
Ella ha
presenciado las luchas sangrientas entre cristianos y mahometanos y ha reunido
en sí la civilización europea y la cultura del Oriente. En sus edificios
vivieron sabios árabes, escolásticos judíos y monjes cristianos, influyendo
sobre el estado mental de sus habitantes.
Cuando los
árabes fueron expulsados de Andalucía por los soldados de Fernando el Católico,
llegaron los cruzados ingleses y descansaron en Cádiz antes de seguir viaje
para conquistar el Sagrado Sepulcro en la Tierra Santa. Después del
descubrimiento de América, Cádiz se convirtió en una de las ciudades más ricas
de Europa y la arquitectura maravillosa de sus edificios nos refiere hoy
todavía la historia de ese período magnífico.
¡Y cuántas luchas,
cuántas sublevaciones y revueltas ha presenciado esa ciudad! Centenares de
veces se han alzado sus moradores en defensa de la libertad, demostrando así la
exactitud del dicho español: "La tierra andaluza es la tierra de la
libertad". Cádiz y Barcelona han sido siempre los dos focos de la vida
revolucionaria en España y son también actualmente los centros principales del
movimiento anarquista de ese país.
Es Cádiz una
ciudad admirable, una de las más hermosas del mundo. Rocas inmensas caen sobre
el mar profundo y encima de ellas se levantan pequeñas casas níveas con
diminutas torrecillas que se reflejan en las olas azules.
II
El hombre