LA MUJER EN LA LUCHA SOCIAL EN CHILE
Organizaciones
de mujeres
A la primera Sociedad Mutualista,
creada en Valparaíso en 1887, le siguieron otras del mismo carácter, como la
Sociedad Unión y Fraternidad de Obreras (1891), "Ciencia y Progreso de la
Mujer" (Valparaíso, 1894), la Sociedad de Obreras Instrucción y Socorros
Mutuos N1 (1894), la Asociación de Señoritas Unión y Ahorro (1897), la
Sociedad Progreso Social de Señoras y Socorros Mutuos (20 de Agosto 1900),
Sociedad de Protección Mutua "La Mujer" (Antofagasta 1906), la
Combinación de Señoras "Instrucción y Socorro Mutuo" (Tocopilla,
1906) y la Asociación de Costureras "Protección, Ahorro y Defensa"
(Santiago, 1906).
Paralelamente, se fundaron otras
organizaciones de mujeres, como la Sociedad "Estrella del Mar", la
Sociedad de Señoras de Valparaíso (1892), la Sociedad de Emancipación de la
Mujer (Iquique, 1901), Sociedad "El Triunfo Ilustrado Femenino"
(1906), Sociedad de Señoras de Temuco (1906), Sociedad "Estrella Chilena
de Señoras" (Santiago, 1906).
Nacen
las sociedades en resistencia:
Sobrepasando la fase de las
mutualistas, se crearon las primeras organizaciones en Resistencia, orientadas
por el anarquismo, como la Federación Cosmopolita de Obreras en Resistencia
(1903), la Sociedad Unión en Resistencia de Tejedoras y la Sociedad en
Resistencia de Sombrereras (1906) y la Sociedad en Resistencia de Operarias de
la Casa Matus (1907). Una de las mujeres que tuvo una actividad muy destacada
en la organización de las sociedades en resistencia, fue Ángela Muñoz
Arancibia.
El movimiento feminista chileno,
influenciado por las acciones de las mujeres europeas y norteamericanas, tuvo
un nuevo impulso hacia 1910, con la fundación de la Federación Femenina
Panamericana, impulsada por María Espíndola Núñez. Varias autoras escribían en
periódicos y revistas artículos sobre la liberación de la mujer, reclamando
derechos igualitarios a los de los hombres. María Eugenia Martínez firmaba
ensayos feministas con el nombre de Maruja. Asimismo, Martina Barros de Orrego publicó
-en 1917 en la Revista Chilena, una de las revistas más importantes de ese
período- un polémico artículo sobre el voto femenino.