EL “CORRALITO” MINERO DE RÍOTINTO
Llamamiento desde dentro
Extraído del libro “Reflexiones para la acción III” de José Luis García
Rúa (julio-agosto,2002)
¡Se lo han llevado todo! Y lo
poco que queda, o lo que las Administraciones Públicas puedan aportar para
paliar el problema, también se lo van a llevar. Entre unos y otros, han
convertido la Comarca de la Cuenca Minera del Río Tinto, en un “corralito”
argentino, en una estafa consentida.
La multinacional americana que
durante años explotó los yacimientos mineros, cuando vio llegar el fin de los
grandes beneficios, echó los gallos al corral y se marchó lavándose las manos,
pulidas de tanto contar billetes.
¿Pero quienes son estos gallos
corraleros? Pues nada menos que los “sindicalistos” de CCOO y UGT, con Ricardo
Gallego a la cresta. Ellos, los del comité de empresa, fueron los nuevos
ejecutivos. Y, mientras a los trabajadores, dueños de las acciones de las
minas, les vendían ilusiones y promesas, falsas promesas que siempre han
defraudado, ellos, gallos “cortijeros”, se pusieron sueldos fabulosos y
empezaron el despojo del “corralito minero”, y no pararon hasta que ya no hubo
más que llevarse al buche.
Uno tras otro expediente de
regulación temporal de empleo, uno tras otro plan de viabilidad, una tras otra
asamblea manipulada. Se lo han llevado todo, ¡TODO!, hasta el fondo de
8.500.000 pesetas por cada trabajador, que dejo la multinacional, y que, en
asamblea, se decidió dejar en una cuenta aparte, por si las cosas salían mal.
Y fueron estos gallos de corral
quienes trajeron a los buitres, quienes engañaron a los trabajadores, para que
se instalara el Vertedero de Nerva, traicionando tres años de lucha de todo el
pueblo; y quienes trajeron al impostor Sr. Estévez como gerente, al que luego
tuvieron que largar por incompetente; y quienes, más tarde, engañaron,
nuevamente, a los trabajadores para que cedieran sus acciones, ¿a quién?, pues,
precisamente, al corrupto Sr. Estévez, a cambio de 400.000 pesetas para cada
uno, que no se han cobrado, y quién sabe si se cobrarán alguna vez.
El Sr. Estévez es un buitre que
ha venido para llevárselo todo calentito: nunca pensó en cumplir sus promesas
de reabrir las minas, ni de completar los subsidios de los trabajadores hasta
el 90 %, y solo espera a que llegue octubre, cuando ya no haya vuelta atrás de
la cesión de las acciones, para hacer el gran negocio: vender a buen precio lo
que adquirió a precio de saldo, para que las minas se conviertan en un gran
macro-vertedero de seguridad, donde se guarden todas las basuras peligrosas de
la Unión Europea, entre las ruinas de un esplendoroso pasado minero.
Pero los gallos del corralito no
por ello han desaparecido: sindicalistas “vende-obreros“ y politiquillos
pueblerinos de tercera fila, nos quieren llevar al PER, ¡ahora precisamente!, o
a vivir de la limosna de cualesquiera fondos públicos para la
reindustrialización y diversificación de la zona, fondos que ellos gestionarán,
¡claro!, mientras imponen la ley mafiosa del silencio, la ley de la sumisión al
cacique.
Y los políticos de altas
instancias autonómicas y centrales miran, cómo no, para otro lado, y sonríen al
ver cómo esos gallos les hacen el trabajo sucio de despoblar y arruinar toda
una comarca, de desmantelar lo que quedaba de la minería andaluza, sin pagar el
coste siquiera que se pagó o se está pagando en otros lugares, como con la
minería energética del carbón en el norte, y sin perder ni un solo voto, que a
la postre es lo único que les interesa.
Y en toda esta historia ¿qué
papel nos ha tocado a los trabajadores de las minas y de toda la comarca? El de
las gallinas. Y bien que hemos cacareado cuando había que cacarear, y bien que
escondimos la cabeza bajo el ala cuando los gallos del corral así lo
dispusieron. Triste papel el nuestro, que, de no ponerle remedio, nos llevará a
alimentar el caldo de la emigración, la desesperanza, el desempleo sin futuro,
la miseria y el olvido.
Lo que han leído hasta aquí no es
una fábula, desgraciadamente, sino la historia viva y reciente de la Comarca de
las Minas de la Cuenca del Río Tinto, que camina hacía su ruina total.
Publicado, originariamente, como Redacción, en CNT nº 281, pág. 15,
julio-agosto, 2002´.
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