Españoles, el Estado de Derecho ha muerto
Españoles, después de la muerte del Estado del Bienestar,
ahora también el Estado de Derecho ha muerto. El proceso de demolición ha
terminado. Ya sólo queda construir en los escombros un país subdesarrollado con
mano de obra sumisa y barata. Pero el desmantelamiento del Estado social
anterior se ha completado en los últimos días con éxito gracias a una serie de
medidas. A saber:
El Gobierno ha
indultado a cuatro policías torturadores consagrando la impunidad de la
violencia del Estado; el Ministro de Justicia ha aprobado las tasas judiciales
que establecen la desigualdad de los españoles ante la ley; y el presidente
Mariano Rajoy ha hecho el único recorte que le quedaba por hacer: las
pensiones. Es definitivo, todos los españoles no somos iguales ante la ley pero
casi todos somos iguales ante los recortes.
Se cierra el círculo que empezó a dibujar Zapatero. Lo que
el PSOE inició, el PP lo retoma y finaliza. Los recortes de ZP comenzaron
tocando las pensiones y los de Rajoy terminan rematándolas. La última decisión
que tomó el Gobierno socialista fue indultar a un banquero. El último indulto
del Gobierno popular ha exonerado por segunda vez de sus culpas y penas a
cuatro Mossos d’Esquadra condenados por torturas.
Así que mientras el Estado consuma la pérdida de derechos de
todas y cada una de las capas sociales del país, sitúa por encima de la ley a
los dos estamentos sobre los que asienta su poder, la clase financiera y el
aparato represor. Les concede a ambos inmunidad para actuar a su antojo al
margen de la Justicia a cambio de obtener su protección económica y policial.
No es un Estado, es una mafia. Sus matones recaudan a golpes el impuesto
mafioso para sus padrinos.
También en estos días
ha terminado otra medida de gracia para las élites monetarias que operan al
margen de la legalidad: la amnistía fiscal. En lugar de perseguir a los grandes
defraudadores como al resto de ladrones, el Gobierno les ha otorgado un trato
de favor. Hace la vista gorda acerca del origen o destino fraudulento de sus
fortunas y les ofrece una tributación del 10% para legalizar su dinero, muy por
debajo del porcentaje que pagan los contribuyentes honestos. Pero pese a este
regalo, no ha conseguido recaudar ni la mitad de lo que esperaba. No se puede
hacer pactos con ladrones y esperar que compartan el Botín.
No terminan ahí los regalos. Hace unos días, el Gobierno
anunció que vendería el permiso de residencia por 160.000 euros invertidos en
una casa. Antes el Gobierno autonómico madrileño había prometido exenciones
fiscales a los promotores de Eurovegas. Y en los próximos días, el Gobierno
autorizará 37.000 millones de euros de la UE para rescatar a los bancos
españoles en quiebra. El dinero será prestado a un interés por debajo del 1% y
las entidades lo prestarán a un interés muy superior haciendo negocio con su
propia deuda a costa del dinero y las prestaciones sociales de los ciudadanos.
Los ricos reciben tratos de favor para hacerse aún más ricos de maneras poco
legítimas. No es un Estado de Derecho, es derecho de pernada. Te cobro los
diezmos y abuso de tu hija.
O te echo de tu casa. Esos mismos bancos que son salvados de
su deuda con dinero público no son obligados a salvar a sus deudores y siguen ejecutando la mayoría de sus
hipotecas con la permisividad del Gobierno. De nada ha servido que los jueces
españoles y europeos hayan denunciado la desigualdad legal entre las partes. De
poco ha servido la insuficiente medida del Ejecutivo para detener los
desahucios. No pretendía parar los desalojos sino el malestar de la opinión
pública por los suicidios de algunos desahuciados. Pasado el ruido, el Gobierno
guarda silencio. No pretendía proteger a los ciudadanos sino protegerse de
ellos.
Para protegerse de
los ciudadanos tiene que proteger a sus cuerpos de seguridad cuando cometen
excesos protegiendo a sus amos. Por eso, el Gobierno central ha indultado dos
veces a policías autonómicos catalanes condenados por tortura y el Gobierno
catalán ha exculpado a sus antidisturbios de haberle reventado un ojo a una
ciudadana con una pelota de goma. El Estado dispara y esconde la mano. Pero la
sacará para cobrarle dinero si ella decide recurrir a la Justicia. Como la saca
si pides Sanidad, Educación, medicinas.
No es un Estado de Derecho, es un Estado del Revés. Permite
a policías, banqueros y defraudadores actuar con impunidad mientras descarga
toda su fuerza punitiva sobre el ciudadano. Ofrece inmunidad a antidisturbios y
financieros mientras deja sin sistema inmunológico a la gente. Hay unos pocos
que viven por encima de la ley mientras la mayoría vivimos debajo de ella como
si las leyes no fuesen un sistema para equilibrar las desigualdades sino la
losa de una tumba que se cierra inexorablemente sobre nuestras cabezas.
La losa se ha cerrado sobre el Estado de Derecho español. Ya
no es un Estado democrático y social, ahora España es una mezcla de Guantánamo,
Suiza y Las Vegas, un paraíso fiscal para las grandes fortunas que juegan a la
ruleta con unos ciudadanos que viven en un infierno sin protección legal en el
que son maltratados.
¡El Estado de Derecho ha muerto, viva el Estado del Revés!
Javier Gallego
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