La España donde los jueces protegen torturadores y el
gobierno asesina al pueblo
La herencia más sangrienta de la dictadura franquista la
tomaron los absurdos próceres y padres de la Constitución Española, una carta
magna diseñada a la medida de corruptos y ladrones de derechos y dinero
público, que actualmente saquean a manos llenas, roban los ahorros de toda una
vida de personas mayores, asesinan retirando las ayudas a la dependencia a
millones de enfermos/as y discapacitados/as, desahucian de sus viviendas a
familias enteras, privatizan servicios esenciales, que son regalados, a precio
de saldo, a empresas con claros vínculos familiares con la mayoría de la
siniestra casta política del Partido Podrido.
Ahora tantos años después de ese robo a mano armada contra
todo un pueblo al que llaman “transición”, después del punto final con los
brutales asesinos, se ven las cosas más claras. Personajes claudicantes, cuasi
putrefactos en la historia, como el traidor Santiago Carrillo y sus mariachis
de la izquierda institucional, los falangistas Adolfo Suárez, Fraga, Martín
Villa, Calvo Sotelo y otros neonazis miembros de la banda del sobre y el dinero
fácil, fueron los responsables directos de que actualmente el estado español se
haya convertido en un nido de mafiosos, que están llevando a millones de
ciudadanos/as al abismo del empobrecimiento mortal, donde quienes únicos sacan
jugosas tajadas son los banqueros, empresarios donantes, políticos de los
partidos fieles al régimen, miembros de la desprestigiada monarquía y otras
huestes del crimen organizado, la morralla perversa, el engendro inicuo en el
que se ha convertido lo que todavía algunos/as denominan “democracia española”.
Millones de niños y niñas malviven pasando hambre, sus
heroicas madres mantienen las neveras bajo mínimos, realizando un esfuerzo
titánico para con cuatro papas, unas habichuelas pasadas de fecha, arroz y un
trozo de carne congelada de baja calidad hacer la comida diaria. Los lujos ya
casi no existen, solo la supervivencia, la resistencia, el agarrarse al clavo
ardiendo de la subsistencia, para no caer en la desesperación, en la modorra,
en la inmensa tristeza, que está desembocando en los casi 20 suicidios diarios
por razones económicas en todo el estado, personitas desesperadas que no ven
otra salida que lanzarse al vacío de la muerte.
El espejismo del hervidero de gente en los centros
comerciales en estas fechas navideñas, no es más que parte de esa gran falsa
que nos venden los medios de comunicación, el periodismo cortesano, que ejerce
de palanganero putañero de un sistema podrido y en manos de pandilleros.
Personajes dedicados a falsear la realidad para que no se produzca el casi
inminente estallido social, que será inevitable cuando las muertes por hambre
inunden una cotidianeidad que se avecina terrorífica.
Torturadores y asesinos franquistas son reclamados por la
justicia internacional de los pueblos, pero los jueces españoles “amigos” del
poder y los maletines millonarios, programan las triquiñuelas jurídicas para
que sigan impunes los criminales, permitiendo que sigan viviendo a cuerpo de
rey, mamando pensiones millonarias por “los servicios prestados”, que
supusieron todo tipo de violaciones de derechos, aberraciones inmundas, ratas
en vaginas de mujeres embarazadas, robo de niños/as, muerte por asfixia,
suicidios provocados, picana, garrote vil y otros crímenes de lesa humanidad
que esta mierda de democracia protege y oculta.
“La vida no vale nada” dijo el poeta resistente y
guerrillero, ese perecer que nos quita la vida diariamente gracias a esta
gentuza del gobierno, sumergiéndonos en una falsa realidad, donde parece que
casi todos defienden y se alimentan de la mierda que genera el estado:
sindicatos amarillos, izquierdistas de salón comedor con sueldazos de
diputados, senadores, concejales, pura basura que contribuye al brutal engaño,
a la mentira compulsiva a la que arrastran al pueblo trabajador a seguir
impávidos, olvidados, de nuevo “los nadies” del silencio abrumador,
desesperado, al borde de la muerte en que han convertido nuestras vidas.
Tipos como el tal Revilla, con apellido de chorizo, montan
su show televisivo en la farsa neofascista y mediática. Hoy te meto caña, pero
mañana te halago y defiendo tu cleptomanía psicopática. La manipulación que
evidencia que habitamos una realidad tergiversada, en manos de delincuentes y
otras escorias que gobiernan el reino del nunca jamás, de la miseria, del
hambre, de un pueblo sumido, sumiso, maniatado y pervertido por la escoria que
mueve los hilos del poder.
González Tejera Francisco
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