Emma Goldman
El gran defecto de la emancipacion
en la actualidad estriba en su inflexibilidad artificial y en su respetabilidad
estrecha, que produce en el alma de la mujer un vacio que no deja beber de la
fuente de la vida. En una ocasion senhale que parece existir una relacion mas
profunda entre la madre y el ama de casa del viejo estilo, aun cuando este
dedicada al cuidado de los pequnhos y a procurar la felicidad de los que ama, y
la verdadera mujer nueva, que entre esta y el termino medio de sus hermanas
emancipadas. Las discipulas de la emancipacion pura y simple pensaron de mi que
era una hereje digna de la hoguera. Su ceguera no les dejo ver que mi
comparacion entre lo viejo y lo nuevo era simplemente para demostrar que un
gran numero de nuestras abuelas tenian mas sangre en las venas, mas humor e
ingenio, y, por supuesto, mucha mas naturalidad, buen corazon y sencillez, que
la mayoria de nuestras profesionales emancipadas, que llenan los colegios,
aulas universitarias y oficinas. Con esto no quiero decir que haya que volver
al pasado, ni que condene a la mujer a sus antiguos dominios de la cocina y los
hijos.
La salvacion esta en el avance
hacia un futuro mas brillante y mas claro. Necesitamos desprendernos sin trabas
de las viejas tradiciones y costumbres, y el movimiento en pro de la
emancipacion de la mujer no ha dado hasta ahora mas que el primer paso en esa
direccion. Hay que esperar que se consolide y realice nuevos avances. El
derecho al voto y la igualdad de derechos civiles son reivindicaciones justas,
pero la verdadera emancipacion no comienza ni en las urnas ni en los
tribunales, sino en el alma de la mujer. La historia nos cuenta que toda clase
oprimida obtuvo la verdadera libertad de sus senhores por sus propios esfuerzos.
Es preciso que la mujer aprenda esa leccion, que se de cuenta que la libertad
llegara donde llegue su capacidad de alcanzarla. Por consiguiente, es mucho mas
importante que empiece con su regeneracion interior, que abandone el lastre de
los prejuicios, de las tradiciones y de las costumbres. La exigencia de
derechos iguales en todos los aspectos de la vida profesional es muy justa,
pero, despues de todo, el derecho mas importante es el derecho a amar y ser
amada. Por supuesto, si la emancipacion parcial ha de convertirse en una
emancipacion completa y autentica de la mujer, debera acabar con la ridicula
pretension de que ser amada, convertirse en novia y madre, es sinonimo de
esclava o subordinada. Tendra que terminar con el estupido concepto del dualismo
de los sexos, o de que el hombre y la mujer representan dos mundos antagonicos.
La mezquindad separa y la libertad
une. Seamos grandes y desprendidas y no olvidemos los asuntos vitales,
agobiadas por las pequenheces. Una idea verdaderamente justa de la relacion
entre los sexos no admitira los conceptos de conquistador y conquistada; lo
unico importante es darse a si mismo sin limites para encontrarse mas rico, mas
profundo y mejor. Solamente eso puede llenar el vacio y transformar la tragedia
de la mujer emancipada en una alegria sin limites.
// Tomado de la antologia de
Irving Horowitz LOS ANARQUISTAS (Vol. 1) // (CORREO A, # 13, p. 19; junio 1990)
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