Denuncian a la esposa de un jefe que dormía en el trabajo… y
la Junta les expedienta con un mes de empleo y sueldo
(la foto no corresponde al articulo) No se escondía. Jugaba
al solitario en el ordenador y se quedaba dormida al reposar su cabeza sobre la
mesa. Jamás le importó. Los compañeros de trabajo, hartos de la situación, le
hicieron una fotografía. Era Soledad A.
la durmiente administrativa (personal contratado de la Junta) esposa de
un jefe de servicio de la Consejería de Economía. La imagen circuló a finales
de 2010 entre los correos electrónicos de los trabajadores de la Agencia
Andaluza de la Energía (AAE), organismo dependiente de la Consejería de
Economía e Innovación.
Las represalias no tardaron en llegar. La Junta expedientó
con una semana de empleo y sueldo a tres empleados de la Agencia que querían
denunciar (no judicialmente) a la administrativa por no trabajar en su horario
laboral. “A ella no le dijeron nada. En la Junta hay mucho miedo a los jefes de
servicio, son intocables”, señala a El Confidencial un extrabajador de la
agencia con sede en el Pabellón de Portugal de la Expo 92, situado en la isla
sevillana de la Cartuja.
Cuando la dirección de Recursos Humanos conoció la
existencia de la imagen (de tono satírico y que incluía un comentario sobre los
pensamientos de la fotografiada) que radiografiaba cómo la empleada pública
incumplía su trabajo, inició una contundente caza de brujas destinada a saber
quiénes habían transmitido la fotografía. La instantánea jamás se ha hecho
pública, ni era la intención de los expedientados. La fotografía no salió del
círculo de la Consejería, pero había que buscar a los culpables de esa protesta
contra la empleada, protegida y escasa aficionada a cumplir con el trabajo.
Un responsable del departamento de Recursos Humanos y un
informático de la Agencia Andaluza de la Energía requisaron todos los
ordenadores de los empleados de la quinta planta del edificio. Revisaron, uno a
uno, los correos electrónicos corporativos de la bandeja de entrada y salida de
las terminales. La caza de brujas arrojó este resultado: tres trabajadores
habían enviado la fotografía desde su e-mail de la Junta de Andalucía a su cuenta
personal de correo electrónico.
La omertá (la ley del silencio) se impuso en el seno de la
Agencia Andaluza de Energía. ¿Por qué ese interés en proteger a esa empleada
pública? La empleada pública, que no trabaja en la agencia desde el pasado 30
de noviembre, ya había sido apercibida por una jefa que se atrevió a llamarle
la atención. “Soledad, te pasas la mañana jugando al solitario”. Al final la
reprimenda se la llevó la superiora de la empleada pública.
Soledad A. era la encargada de coordinar las convocatorias a
los empresarios andaluces para que asistieran a las reuniones de trabajo con
los directivos de la AAE. Y dentro del mismo
departamento de gestión de los incentivos de desarrollo económico se
encargaba de archivar los expedientes. También destacaba por su ineficiencia en
el uso de los programas informáticos. “Ponía la excusa de sufrir fuertes
dolores de espalda, pero en realidad lo que no quería es trabajar”, remata a
este diario un exempleado de la Agencia Andaluza de Energía, que en la fecha
del expediente a los tres contratados pilotaba Isabel de Haro. Ahora la
capitanea Juan María González, sobrino del expresidente del Gobierno Felipe
González.
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