Carta de una guerrillera al niño Jesús
No te han dado la oportunidad de jugar, nadar en un lago,
comer un helado, hartarte de chocolate, dormirte en los brazos de tu madre,
pintar una mariposa, tener un gato, un pájaro, contar estrellas, de soñar con
tus amigos porque ellos y tú ya son terroristas por decisión de EE.UU e Israel
Querido niño Jesús de Palestina:
Por estos días de
Navidad mucha gente festeja y se prepara para el nacimiento de Jesucristo, se
reza, se escuchan sendos discursos por parte de la Iglesia y de los gobernantes
sobre la palabra divina, la justicia, la paz, el amor.
Por estos días yo
pienso en Palestina, tierra de Jesucristo, de María y José y escogí un niño
llamado Jesús para escribirle. Enviarle desde las montañas de Colombia un
mensaje de solidaridad, un mensaje de aliento, un mensaje de lucha.
Niño Jesús, sé que estas deberían ser cosas que se dicen
entre adultos, el lenguaje que quisiera para ti, sería el lenguaje de la
imaginación, de lo extraordinario, de la música, de la poesía, de los
sentimientos. Pero tu realidad, la de Palestina y la mía la de Colombia, han
hecho de ti un adulto y de mi una guerrillera.
Sin embargo pienso en
tus manitas, encerradas en un pequeño puño, en tu cuerpo pegado al de tu
abuela, probablemente tus padres han muerto en algún bombardeo Israelí o están
presos o desterrados. Imagino tus ojos cerrados fuertemente por el terror de un
nuevo ataque, nunca nadie se acostumbra al estruendo de la muerte, así se haya
nacido en medio de la guerra.
Jesús querido, es
probable que no sepas leer, ni escribir pero seguro sabes que las tierras de
los tuyos fueron robadas por Israel, que se tomaron sus casas, pueblos,
ciudades, campos y huertos. Los expulsaron con violencia y los tiraron al
desierto,los rodearon con alambres de púas. Los obligan a aguantar hambre, no
permiten la ayuda humanitaria que millones solidarios reúnen para tu pueblo.
Mi niño: cuántos
muertos habrás visto? Cuánto dolor te ha rodeado?No te han dado la oportunidad
de jugar, de hacer deporte, montar un caballo, nadar en un lago, comer un
helado, hartarte de chocolate, ver películas, dormirte en los brazos de tu
madre, caerte de un árbol, montar bicicleta, pintar una mariposa, tener un
gato, un perro, un pájaro, contar estrellas, de soñar con tus amigos porque ellos y tú ya son terroristas
por decisión de la política exterior de los EE.UU y de los intereses fascistas
de Israel.
Mi Jesús, imagino que
tendrás la piel y los ojos de cualquier niño colombiano desplazado, torturado,
violado o desaparecido. Aquí las cosas no están mejor, como dice Eduardo
Galeano un intelectual con mayúscula: “Mientras los niños ricos juegan a la
guerra con balas de rayos láser, ya las balas de plomo acribillan a los niños
de la calle”. Es la realidad de los países pobres, de los países en guerra como
Palestina y Colombia.
Pequeño Jesús de
Palestina, descendiente directo del Jesús que alaban por estos días pero que
por festejarlo y adorarlo han olvidado que tú, real y verdadero,hoy necesitas
que el mundo entero se una para salvarte. Las FARC luchamos con tenacidad, unos
con verdadero heroísmo; eso tiene que contribuir a construir un mundo mejor, un
mundo sin agresiones imperialistas a nuestros pueblos. Un nuevo mundo para los
niños palestinos, colombianos, afganos y guatemaltecos, haitianos, libios,
sirios, hondureños, japoneses, norteamericanos, españoles, para los de todas
las naciones.
Cierro los ojos con
fuerza para mandarte un rayito de luz, que te abrigue y te proteja, que te
alimente, te haga grande y fuerte, inteligente y valiente luchador Jesús de
Palestina.
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