Ecos silenciados del amianto
(la foto no es del articulo) El amianto o asbesto es un
mineral de fácil obtención, flexible y resistente a altas temperaturas. Esas
características lo convirtieron en la década de los 70 en un recurso casi
inagotable para fabricar materiales de construcción. La inhalación de fibras de
asbesto puede producir formación de tejido cicatricial (fibrosis) en el
interior del pulmón. El tejido pulmonar cicatrizado no se expande ni se contrae
en forma normal. A eso se le llama asbestosis. La gravedad de la enfermedad
depende de cuánto tiempo la persona estuvo expuesta al asbesto y de la cantidad
inhalada. Con frecuencia, las personas no notan síntomas durante un período de
20 años o más después de la exposición. Además, puede causar mesotelioma
maligno, que puede desarrollarse de 20 a 40 años después , y derrame pleural.
Aunque existieron
protocolos sobre la utilización del amianto, no fue hasta 2001 cuando se
estableció en España la prohibición de utilizar, producir y comercializar
fibras de amianto y productos que las contengan. Pese a ello, a día de hoy no
existe una descripción completa de las enfermedades profesionales causadas por
el amianto. Ahora, un proyecto de investigación de la Subdirección General de
Sanidad Ambiental y Salud Laboral del Ministerio de Sanidad y del Departamento
de Historia de la Ciencia de la Universidad de Granada ha querido conocer la
incidencia durante el período 1962-2010 de las asbestosis y otras enfermedades
pulmonares benignas por amianto reconocidas como profesionales. Según las
conclusiones de este estudio realizado por Montserrat García, Alfredo
Menéndez-Navarro y Rosario Castañeda en España puede existir un escaso
reconocimiento del origen profesional de estas enfermedades. Los sectores más
afectados fueron el del fibrocemento y el naval y la incidencia más alta se dio
en la Comunidad Valenciana. La asbestosis se encuentra actualmente en regresión
en todos los países europeos excepto en España. Desde 1963 hasta 2010 se
reconocieron 815 asbestosis y 46 afecciones fibrosantes de pleura y pericardio.
Una cifra muy por debajo de los estadísticamente probable.
La evolución de la
cifra de casos conocidos de asbestosis en España presenta una ligera tendencia
creciente desde finales de los años setenta, que resulta coherente con los
períodos de latencia de la asbestosis, de entre 10 y 20 años, y las cifras de
consumo de amianto, mayores a partir de 1968. El trabajo considera que han
existido muchos casos que no se han declarado y por tanto se ha desestimado el
origen laboral de su enfermedad.
Según explica el
estudio "la primera consecuencia de ello es la privación a las víctimas de
sus derechos en términos de prestaciones y de reconocimiento social". La
segunda es la "socialización de los costes de la enfermedad que son
transferidos desde las empresas responsables de las exposiciones laborales
causantes de la misma a la ciudadanía general y a los Servicios de Salud".
Hay casos cercanos en
los que eso, pese al lento caminar de las administraciones de justicia, no ha
sido así: a principios de este año un tribunal de Turín, Italia, condenó a 16
años de cárcel a dos ex directivos de la multinacional Eternit por haber
provocado la muerte de 3.000 personas con el uso de amianto en sus materiales
de construcción, en un enorme proceso judicial que podría abrir un precedente internacional.
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