"TENGO EN NÓMINA A JUECES Y ADMINISTRADORES
CONCURSALES" CONFESABA EL TESTAFERRO DE FERRÁN Y RUIZ MATEOS
“Yo soy una rata de
los juzgados" se jactaba el forajido. "Tengo en nómina a jueces y
administradores concursales. Sólo hace falta saber si a los chicos o a las
chicas les gusta la coca u otras sustancias… Si lo descubres... ya los tienes
pillados”. De esta forma se expresaba Ángel de Cabo, el testaferro que se encargó de evadir los
capitales de Gerardo Díaz Ferrán y de José María Ruiz-Mateos. Las afirmaciones
de Ángel de Cabo no son banales comentarios de cafetería. Es lo que cuenta
Joaquín Yvancos, el que fuera abogado de Rumasa durante los últimos 30 años, y
hoy uno de sus principales acusadores.
“Presumía de llevar
a cabo prácticas de soborno y extorsión - ha declarado ante la policía el ex
abogado de Ruiz Mateos - para asegurarse el apoyo necesario. Contrataba a
detectives y elaboraba dossiers sobre
quien hiciera falta”. A través de esos expeditivos procedimientos Ángel de Cabo
movía los hilos necesarios que luego le iban a permitir ganar centenares de
millones de euros.
El letrado Yvancos
aportó ante las autoridades españolas documentos de antiguos colaboradores del empresario
valenciano, experto en liquidación de empresas, en los que quedan patente y demostrado el tipo de bandido que era.
Según informa el diario "El Economista" en su
edición de hoy miércoles, el Ministerio
Fiscal ha confirmado que
independientemente de la investigación sobre los posibles sobornos en el Grupo
Marsans, se están siguiendo pistas igualmente en torno a una "posible
negligencia" por parte del juzgado de lo mercantil número 12 de Madrid. Al
parecer, este juzgado no sustituyó a los
administradores concursales, ni impidió el vaciamiento patrimonial de Marsans,
la empresa de Ángel de Cabo.
UN FONTANERO "CON SUERTE"
Ángel de Cabo había empezado a trabajar como fontanero. Pero
su suerte giró 180° cuando se empezó a dedicar
al suculento negocio de la liquidación de empresas en quiebra. Sin
embargo, cuando realmente logró
multiplicar su patrimonio fue hace unos cinco años, coincidiendo con el
comienzo de la la crisis económica. Las quiebras se dispararon y sus clientes
se multiplicaron vertiginosamente. Asumió la gestión o liquidación de compañías
tales como la sevillana Construcciones Azagra, Omega, Urbacivil, Vías Canales y
Puertos, Teconsa, Nueva Rumasa o Viajes Marsans.
Según la información que proporciona el periódico "El
Economista", en el transcurso de los últimos cinco años Ángel de Cabo pudo
hacerse con más negocios, acumulando una fortuna próxima a los 200 millones de
euros. El gran salto lo dio en septiembre de 2009 cuando adquirió Teconsa al
empresario leonés José Martínez Núñez.
En el 2010, Ángel de Cabo
adquirió Marsans y en 2011 repitió la operación con Nueva Rumasa tras
alcanzar un pacto con los hijos de José María Ruiz- Mateos. La promesa era
siempre la misma. Ofrecía a los empresarios, agobiados por las deudas, el 80
por ciento de lo que lograra evadir y se quedaba con el resto.
Según la Audiencia Nacional
tan sólo con Marsans habría conseguido evadir 50 millones de euros
mediante una red de sociedades pantalla en Suiza, Liechtenstein, Chipre, Malta
y Hong Kong.
Como podrán deducir nuestros lectores después de conocer la
trayectoria de Ángel de Cabo, sólo trabajando duramente se puede lograr llegar
a ser multimillonario. Ya lo repitió en muchas ocasiones el capo di tutti capi, Gerardo Díaz Ferrán.
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