Muere Antonio Cubillo, histórico líder independentista
canario
El histórico líder independentista Antonio Cubillo Ferreira,
de 82 años, ha fallecido esta pasada madrugada en Santa Cruz de Tenerife,
víctima una enfermedad circulatoria, según informado fuentes familiares. El 5
de abril de 1978 sufrió un atentado en su casa de Argel, donde fue brutalmente
acuchillado por dos mercenarios españoles. De resultas de la agresión, padeció
lesiones irreversibles en la médula espinal que le obligaron a usar siempre
muletas para caminar. Cubillo siempre mantuvo que detrás de su intento de
asesinato estaba el Ministerio del Interior español, en connivencia con los
servicios secretos alemanes.
Cubillo, fundador del
Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario
(MPAIAC), ha fallecido empeñado en la misma lucha que mantuvo a lo largo de
toda su vida: la "descolonización de Canarias" por parte de España.
Esta pretensión fue, según él, la que estuvo a punto de costarle la vida, cuando
se preparaba para viajar a la sede de la ONU para explicar "el problema
colonial de Canarias".
En julio de 1990, la
Audiencia Nacional española condenó a José Luis Espinosa Pardo, confidente del
supercomisario Roberto Conesa, a 20 años de reclusión como organizador del
asesinato del independentista canario. La sentencia declaró probado que
"personas pertenecientes a los servicios policiales españoles" fueron
quienes decidieron la desaparición de Cubillo. Estas personas, según los
magistrados, "actuaron desde las mesas de sus despachos y ejercían cierto
dominio" sobre Espinosa.
Cubillo, que nació en
el municipio tinerfeño de La Laguna el 3 de julio de 1930, estaba casado y era
padre de tres hijos. Desde un despacho de abogados impulsó el Movimiento
"Canarias Libre", que en 1961 pasó a llamarse "Movimiento
Autonomista Canario". Fue detenido por esas actividades en 1961 y
condenado a seis meses de prisión. En marzo de 1962 fue acusado de propaganda
ilegal e injurias al jefe del Estado, Francisco Franco, pero no fue juzgado
porque huyó aprovechando que estaba en libertad provisional.
En 1963 se trasladó a
Argelia, país en el que trabajó como lector de español y como profesor de
Derecho Marítimo Internacional en la Universidad durante algunos años, hasta
que dejó esa actividad para dedicarse por entero a la política. El 23 de
octubre de 1964 fundó el MPAIAC, que en 1968 fue reconocido por el Comité de
Liberación de la Organización para la Unidad Africana.
El respaldo de
Argelia en la Organización para la Unidad Africana (OUA) a las tesis
cubillistas sobre la africanidad de Canarias supuso un calvario para el
entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, hasta el punto de que su
entonces ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, tuvo que emplearse a
fondo en un gira por los países africanos para defender la españolidad del
archipiélago. Desde su exilio en Argel, Cubillo no paraba de lanzar cada noche
proclamas a través de la radio La Voz de Canarias Libre, aparte de mantener una
campaña de "propaganda armada" mediante una oleada de bombas.
El MPAIAC fue una
organización a la que la policía vinculaba con diversos atentados terroristas
perpetrados en Canarias, entre ellos la muerte del artificiero Rafael
Valdenebros Sotelo, quien falleció al intentar desactivar una bomba en La
Laguna (Tenerife) el 24 de febrero de 1978. "No hay ni una sola sentencia
en la que se diga que el MPAIAC fuese una organización terrorista",
replicaba Cubillo.
En agosto de 1985
regresó a España, después de veinticuatro años de exilio en Argelia, con la
intención de participar en las actividades políticas de Canarias, además de
ejercer la abogacía. Durante todos estos años mantuvo una fuerte presencia
pública a través de artículos y conferencias, además de redactar una
Constitución para una hipotético Estado libre canario.
Su familia aún no
tiene decidido cuándo ni dónde se celebrará el sepelio del histórico líder
independentista, según ha informado a EL PAIS su sobrino Eduardo, autor del
documental Cubillo, historia de un crimen de Estado, presentado la semana
pasada en El Matadero, de Madrid.
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