CONSIDERACIONES DE LOS ESTATUTOS DE LA AIT
Los Estatutos
generales de la Asociación Internacional de los Trabajadores eran un sencillo y
breve esbozo de organización, reformable incesantemente por las agrupaciones
obreras regionales.
Precedíales un
preámbulo cuyo mérito principal consiste en presentar al capital como enemigo
común y en atraer a la unidad de acción a los que estaban separados por los
idiomas, las costumbres, las religiones y las preocupaciones de todo género.
Es el siguiente:
Considerando:
Que la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los
trabajadores mismos; Que los esfuerzos de los trabajadores para conquistar su
emancipación no han de tender a constituir nuevos privilegios, sino a
establecer para todos los mismos derechos y los mismos deberes;
Que la sujeción del trabajador al capital es la fuente de
toda esclavitud política, moral y material;
Que por lo mismo la emancipación económica de los
trabajadores es el gran objeto a que debe subordinarse todo movimiento político;
Que los esfuerzos hechos hasta ahora han fracasado por falta
de solidaridad entre los obreros de las diferentes profesiones en cada país, y
de unión fraternal entre los trabajadores de las diversas regiones;
Que la emancipación de los trabajadores no es un problema
únicamente local o nacional, sino que, al contrario, este problema interesa a
todas las naciones civilizadas; estando necesariamente subordinada su solución
al curso teórico y práctico de las mismas;
Que el movimiento que se está efectuando entre los obreros
de los países más industriales del mundo entero, al engendrar nuevas
esperanzas, da un solemne aviso para no incurrir en antiguos errores, y
aconseja combinar todos los esfuerzos hasta ahora aislados;
Por estas razones, El Congreso de la Asociación
Internacional de los Trabajadores, celebrado en Ginebra en 7 de Septiembre de
1866, declara que esta Asociación, como también todas las sociedades e
individuos que a ella se adhieran, reconocerán como base de su conducta para
con todos los hombres, la Verdad, la Justicia y la Moral, sin distinción de
color, creencia ni nacionalidad.
El Congreso considera como un deber reclamar los derechos
del hombre y del ciudadano, no sólo para los miembros de la Asociación, sino
también para todos los que cumplan sus deberes.
No más deberes sin derechos, no más derechos sin deberes.
EXTRAIDO DEL LIBRO “ EL
PROLETARIADO MILITANTE” LIBRO PRIMERO HOJAS 48 Y 49
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