La CNT denuncia en Argentina el genocidio franquista
La Confederación Nacional del Trabajo ha presentado hoy en
Argentina denuncia contra los crímenes del franquismo, dentro del proceso que
se tramita en ese país contra contra el genocidio cometido por el régimen desde
1936 hasta 1977. De este modo la CNT-AIT se suma a las acciones emprendidas
ante los juzgados argentinos por parte de familiares de asesinados y
desaparecidos, asociaciones de recuperación de la memoria histórica y demás
entidades personadas en el procedimiento.
La CNT pretende así
sacar a la luz la represión sufrida por la la organización y el Movimiento
Libertario desde el el golpe militar del 18 de julio de 1936 hasta la
promulgación de la ley de amnistía de 1977, una ley que pretendía pasar página
a los más de 40 años de un régimen instaurado por la fuerza y basado en la
violencia física y social. Su máximo dirigente y ejecutor, el general Francisco
Franco, contó para ello con la colaboración de diferentes sectores militares,
financieros, políticos y eclesiásticos católicos, todos ellos implicados en la
autoría y dirección del golpe.
La CNT entiende que
esa Ley de Amnistía incumple de modo flagrante la normativa internacional,
especialmente en lo que atañe a los capítulos de genocidio y desaparición
forzada. Coincide en ello con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos, que pidió formalmente el pasado 10 de febrero
su derogación al Gobierno de España, por entender que incumple la normativa
internacional sobre Derechos Humanos e impide en particular, entre otros, el
derecho de reparación.
Personada como
denunciante, la central anarcosindicalista aporta miles de nombres de sus
militantes represaliados por el franquismo, testimonios y declaraciones de
testigos presenciales y supervivientes, así como documentación relativa al
expolio e incautación de bienes muebles, inmuebles y cuentas bancarias
pertenecientes a la CNT.
A lo largo de sus más
de trescientas páginas, la denuncia de CNT desglosa los capítulos de la
represión sufrida por el anarcosindicalismo desde los primeros momentos del
golpe hasta los encausados en el famoso TOP (Tribunal de Orden Público),
pasando por los asesinados, desaparecidos y torturados, los campos de
concentración, los batallones de trabajo y las fosas comunes que el estado
español sigue aún sin reconocer y dignificar.
La CNT-AIT proclama
pública y enérgicamente frente a un olvido cómplice, su deseo e interés por
poner de manifiesto y difundir el desastre que supuso la instauración del
franquismo, así como los desgarradores impactos que generó a la organización
confederal ser cebo preferente de la acción represiva de dicho régimen
totalitario durante decenios. Un balance objetivo de lo relatado, transcurridos
ya casi tres cuartos de siglo del golpe militar y una vez consultada la
numerosa bibliografía especializada sobre la Guerra Civil española, arroja las
siguientes dramáticas cifras, algunas de ellas basadas incluso en fuentes
oficiales del gobierno franquista: 50.000
fusilados, 73.000 asesinados en
retaguardia, 30.000 desaparecidos,
500.000 internos en campos de
concentración, 10.000 fallecidos en
campos de concentración, 300.000
encarcelados y un número indeterminado de violaciones, raptos y robo de
niños.
Los inductores y
responsables directos del golpe planearon con detalle no sólo el push militar,
si no una verdadera estrategia de terror que quedó plasmada en diferentes
documentos ideológicos, estratégicos y tácticos que la CNT cita en su denuncia.
En la denuncia que ahora se aporta se exponen datos sustanciales corroborados
tanto oral como
documentalmente por parte
de investigadores de la propia CNT-AIT, profesores universitarios y
publicaciones al efecto realizadas por grupos de investigación de memoria
histórica, en las que se han barajado documentos oficiales,
declaraciones personales e
informaciones procedentes de represaliados y familiares, que muchas
veces ni constan en el corpus legal ni en los registros de la propia
administración.
El informe no es ni
pretende ser exhaustivo en este punto, pero si es fiel reflejo y traza
indicativa de la realidad que ocurrió en todo el territorio español. Por ello
se ha optado por presentar series estadísticas de la represión a miembros de la
CNT-AIT y movimiento libertario, en diferentes provincias o regiones muy
significadas desde el primer momento del golpe militar por la virulencia de su
actuación, proceso en el que destaca la indefensión jurídica de los encausados,
el violento maltrato y segregación del que fueron objeto ellos y sus
familiares, la ocultación de la llamada represión directa con asesinatos sin
previo juicio, los llamados “paseos” o asesinatos indiscriminados por parte de
los cuerpos policiales y militantes extremistas de Falange o Requetés, las
“sacas” de las cárceles para proceder al asesinato de presos mediante falsas
liberaciones o la “ley de fugas”, multas e incautación de bienes y enajenación
del patrimonio sindical, generándose así un estado de terror y miedo entre la
población, a la que se le ocultó la existencia de numerosos fosas que hoy día
siguen aflorando en un mapa que afecta a todo el país. Una parte significativa
de dichas fosas, cunetas, cuevas, minas, desfiladeros, etc., en los que fueron
abandonados los cuerpos de muchos de los represaliados siguen sin ser
catalogadas ni mucho menos exhumadas, pese a existir una inoperante Ley de
Memoria Histórica promulgada el 31 de octubre de 2007, que obliga en la
práctica a familiares, entidades afectadas y grupos de memoria histórica a
buscar por su cuenta recursos para proceder a la exhumación de los restos,
contando en muchos ocasiones con una mínima colaboración judicial para permitir
las mismas.
En los casos en los
que ha sido posible, con una fiabilidad estimada superior al 95 %, la
información contenida sobre represaliados ha sido verificada con índices
onomásticos de la Causa General, del Tribunal Nacional de Responsabilidades
Políticas, de la Comisión Liquidadora de Responsabilidades Políticas, del Tribunal
Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, del Juzgado Especial
de Peligrosidad Social y del Ministerio de Justicia-Dirección General de
Prisiones, complementándose con el cotejo de los informes de defunciones
procedentes de Registros Civiles y libros de defunciones de cementerios.
La represión ocurrida
de 1966 a 1977 puede cotejarse a nivel judicial con la documentación del
Tribunal de Orden Público T.O.P. (creado el 2 de diciembre de 1963 y disuelto
el 4 de enero de 1977), aunque aquí la dificultad es mayor, ya que la
administración al existir encausados con vida, entorpece mucho su consulta.
Parte sustancial de la investigación de este período está por hacer, ya que los
plazos legales en muchos casos aún no han transcurrido, aunque muchos
familiares de los represaliados en segunda, tercera o incluso cuarta generación
así lo estén demandando desde hace tiempo. Fueron años en los que el Estado
demostró una gran pericia en la infiltración en unos medios confederales muy
debilitados tras la guerra y la posguerra, tanto como en prácticas de
intoxicación y desprestigio del Sindicato, previas a procesos de escisión
auspiciados desde instancias del poder a cuyo frente se encontraba, entre
otros, el que fue ministro franquista de Interior Rodolfo Martín Villa, que
destacó por ostentar altos cargos dentro del régimen como Ministro de
Relaciones Laborales, Procurador en Cortes o Jefe Provincial del Movimiento de
Barcelona.
En cuanto al expolio
de los bienes del patrimonio sindical, reflejo del esfuerzo de sus militantes
por crear una red de sedes sindicales, cooperativas, ateneos libertarios,
escuelas racionalistas, colectividades económicas, comedores, etc., la CNT-AIT
sigue reivindicando al Estado español un volumen significativo del mismo, parte del cual fue
enajenado violentamente por el franquismo.
La CNT-AIT como
organización sindical emblemática dentro de la clase obrera española en el momento del golpe militar y
predominante en el espectro laboral en muchas provincias, contaba con cerca de
1.700.000 afiliados, cifra que luego durante el conflicto civil creció con la
suma de nuevos adherentes. Dicha posición sumada a sus tradicionales
planteamientos de defensa del trabajador, del desfavorecido, del apoyo mutuo y
del internacionalismo, determinó ser objeto de un ataque selectivo y deliberado
por parte de los grupos más reaccionarios procedentes del estamento político,
militar o religioso, teniendo continuidad dicha actuación hasta incluso
concluida la denominada “transición política” al actual modelo de monarquía
parlamentaria, en los años ochenta del siglo precedente.
Cumple decir con
orgullo y tristeza que una buena parte de las cifras indicadas está nutrida con
miembros de la CNT-AIT, que la propia organización estima en una cifra no inferior a
un tercio de
los fusilados, asesinados,
desaparecidos, prisioneros y encarcelados por el régimen franquista. Las
dificultades, pasadas y actuales, en el acceso a fuentes de información
relativas a la represión del régimen franquista, junto al desinterés e
indolencia cuando no desidia del Estado español en afrontar un proceso de
memoria histórica que reivindique el reconocimiento y buen nombre de todos los
represaliados, se presenta como una labor urgente a realizar.
La CNT trata ahora de intensificar las acciones para
conseguirlo promoviendo la mayor difusión posible acerca de la represión
durante el franquismo, de modo que las generaciones futuras bien informadas de
lo ocurrido puedan rechazar ese tipo de planteamientos de barbarie. La Confederación pretende estudiar en
profundidad y poner de relieve los impactos de la represión franquista, hasta
ahora nada bien conocidos en su integridad, recuperar la verdadera
memoria de todos
los que dieron
su esfuerzo y
su vida por
la libertad, impedir la
tergiversación de la historia real, recuperar el buen nombre de unas víctimas
olvidadas muchas veces
anónimas y destacar
el ejemplo desinteresado
de todos los confederales y libertarios en general que
se opusieron a la dictadura. Nuestros
objetivos no pueden
ser otros que
romper el miedo
que todavía se encuentra
asentado en la
sociedad española en
relación con la
memoria histórica, quebrar los
múltiples obstáculos que desde la administración se ponen a la investigación
en dicha
temática y difundir
entre la población,
especialmente entre las
nuevas generaciones, el magnífico y generoso esfuerzo que realizaron
aquellos que lucharon por un futuro libre de tiranías.
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