El racismo español, 20 años después de Lucrecia Pérez
Hace 20 años un grupo de jóvenes de extrema derecha
asesinaron a Lucrecia Pérez, una mujer de origen dominicano que vivía en el
madrileño barrio de Aravaca. Aquel 13 de noviembre los disparos que salieron de
la pistola reglamentaria de uno de los asesinos, Guardia Civil de profesión,
recordaron a España que la xenofobia y el fascismo no habían terminado con el
final de la dictadura. Fue el primer asesinato racista de la democracia y dos
décadas después algunas de las causas que llevaron al trágico suceso siguen
latentes en la sociedad española.
"En 1992 tampoco se reconocía que existiera el caldo de
cultivo propicio y tuvo que llegar el asesinato de Lucrecia para que el país se
diera cuenta del peligro de los movimientos ultraderechistas y fascistas",
explica a Público Marcel Camacho, portavoz de Plataforma contra el Racismo y la
Xenofobia que con motivo de la conmemoración ha organizado, junto a otros
colectivos sociales, una serie actos en recuerdo de la víctima para
"prevenir a la sociedad de que el racismo y la xenofobia siguen viviendo
en España". 'Migración 20 años después', en Aravaca, y 'Lucha antifascista
en los barrios' en la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la
Complutense han sido los actos de homenaje organizados por el colectivo juvenil
1984 y la asociación vecinal ACROLA, ambos afincados en el área de
Pozuelo-Aravaca. Las jornadas concluyeron con una manifestación el lunes a las
19:00 horas en la Plaza Corona Boreal de dicho barrio.
"Este homenaje sirve para prevenir a la sociedad de que
el racismo y la xenofobia siguen viviendo en España"
Tras el asesinato de Lucrecia, hubo una gran movilización
social en todo el país que, por primera vez, puso sobre la mesa el peligro de
estos grupos neonazis y las agresiones a inmigrantes. Sin embargo, "en
este tiempo la cuestión se ha ido olvidando y en los últimos años hemos visto
como estos grupos han vuelto a crecer", relata Camacho. Al mismo tiempo,
también ha crecido la inmigración.
"En estos 20 años el fenómeno de la inmigración ha
crecido de forma espectacular. En 2002 había 39.000 inmigrantes en España, que
suponían un 1% de la población, y hoy son más de 5.700.000, alrededor de un
12%, sin contar con los indocumentados". Así lo explica Tomás Calvo
Buezas, Catedrático Emérito de Antropología Social en la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociología de la Universidad Complutense y fundador del Centro de
Estudios sobre Migraciones y Racismo de la misma facultad. Sin embargo, como se
desprende de los datos ofrecidos por este profesor, el racismo y las agresiones
se han incrementado, pero no en la misma proporción que la inmigración.
El racismo y las
agresiones se han incrementado, pero no en la misma proporción que la
inmigración De media, la violencia xenófoba se ha incrementado un 5% en estas
dos décadas, mientras que la inmigración ha crecido un 20%. Así, aunque el
aumento de la inmigración pueda ser causa del aumento de la violencia, "no
es automático". Y esto se debe, a juicio de Calvo Buezas, a las campañas
de concienciación, como ocurrió tras el crimen de Aravaca. Y, para evitar que
vuelva a repetirse, "actos como los de estos días son necesarios".
"Recogimos la iniciativa de organizar los actos de
forma muy comprometida", cuenta Laura Romero, una joven estudiante
perteneciente al Colectivo 1984 de Pozuelo-Aravaca y que se ha volcado en la
organización de estos homenajes. Junto a sus compañeros, Laura entiende que
"para construir un espacio público como un barrio hay que contar con la
participación de los inmigrantes y crear relaciones con ellos". Y, en este
sentido, los actos han sido "una gran oportunidad".
Sin embargo, su experiencia "después de haber estado
trabajando con ellos" es que "no se sienten representados" y en
muchas ocasiones resulta muy difícil tender puentes. Pero reconoce que esto se
debe "a las políticas de exclusión social, que les aparan y les
marginan". Por eso, pese a las enormes dificultades, esta joven lo tiene
claro: "sus luchas también son las nuestras".
Los neonazis, cada vez más organizados
Después del asesinato de Lucrecia y con la reacción
posterior hubo varias redadas de grupos neonazis y su presencia disminuyó. Pero
en los últimos años, especialmente desde el comienzo de la crisis, estos
movimientos han vuelto a crecer. Aunque con un perfil diferente.
"Actualmente se cuidan más la parafernalia", explica el catedrático
especializado en el tema. Al mismo tiempo, han incrementado su presencia en
Internet y están más organizados políticamente. Según los datos facilitados, si
en 1992 existían 200 páginas web racistas, hoy superan las 2.000. También han
aumentado los conciertos y los espacios donde jóvenes extremistas se reúnen.
La crisis es el caldo de cultivo idóneo para el crecimiento
de los movimientos neonazis
Si hace dos décadas a penas contaban con organizaciones
estables, hoy estos movimientos tienen partidos como España 2000, Plataforma
per Catalunya o Democracia Nacional. Aunque de momento no hayan conseguido
representación en las cámaras estatales o autonómicas, Calvo Bouzas remarca que
están ganando apoyo en ayuntamientos. Ejemplos de esta tendencia son la
localidad catalana de Vic, con la presencia de Josep Anglada de PxC , o Alcalá
de Henares en Madrid, donde en las últimas elecciones se coló España 2000, que
ya contaba con concejales en localidades de Castellón y Valencia.
La crisis aporta "un clima muy peligroso, porque estos
movimientos neonazis y fascistas se alimentan de las clases medias bajas y obreras
por la competencia con los inmigrantes", remarca el catedrático, que pone
como ejemplo lo que está ocurriendo en Grecia con el partido de extrema derecha
Amanecer Dorado, al que las últimas encuestas sitúan como tercera fuerza del
país.
"Racismo institucional"
Más allá del peligro social que representan estos grupos
neonazis, la plataforma contra la xenofobia también denuncia el "racismo
institucional" que se está instalando en España, fundamentalmente a través
de los recortes sociales que se están llevando a cabo desde el comienzo de la
crisis económica. En este sentido, Camacho apunta como ejemplo el último
decreto de Sanidad, "que deja de ser universal y expulsa a los inmigrantes
del sistema".
Hoy los inmigrantes sufren "más redadas, más expulsiones
y más hostigamiento por parte de las autoridades"
Estas políticas racistas se materializan también en
"más redadas, más expulsiones y más hostigamiento por parte de las
autoridades en las calles", relata Calvo Buezas, que afirma que la
"la situación es realmente preocupante". En 2011, 13.241 extranjeros
pasaron por los centros de internamiento (CIEs). Allí se encierra durante un
máximo de 60 días a la espera de ser expulsados a aquéllas personas que no
tienen los papeles en regla cuando han cometido una falta. Sólo el 48% de ellos
son finalmente llevados a sus países, según los datos de la Fiscalía General
del Estado. Mientras, numerosas ONGs denuncian los malos tratos y las duras
condiciones que sufren los encerrados.
Por eso, Buezas cree que "el recuerdo del crimen
racista en Aravaca es una ocasión para estar en guardia y prevenir". Y a
la hora de evitar que el racismo se extienda y que la sociedad mire para otro
lado ante estos crímenes, este catedrático está convencido de que "la
educación y los medios de comunicación tienen un papel fundamental".
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