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CASTILLA Y LEÓN
El modus operandi de
CC.OO no resulta muy diferente a la de muchas empresas con las que se sienta
negociar. Sobre su propia mesa ha puesto un ERE que plantea la extinción del
contrato de 28 de sus trabajadores y propone al resto una serie de medidas de
ajuste de jornada, congelación salarial, exigencias de movilidad y bajas
incentivadas. Todo ello justificado por la grave situación económica y para
evitar "una situación de insolvencia a corto plazo". ¿Les suena?
Así consta en una
propuesta de Expediente de Regulación de Empleo que la dirección de regional de
CCOO trasladó a la representación legal de los trabajadores el pasado 2 de
octubre y a la que ha tenido acceso este periódico. Tras un periodo de
negociación en curso hasta el 9 de noviembre, el calendario del sindicato marca
en rojo el 12 de este mes para la presentación oficial del ERE que debería
estar activo el 15 de diciembre.
Como anticipó este
periódico el pasado agosto, CCOO trabaja en un Plan de Viabilidad y Estabilidad
Presupuestaria’ para sostenerse en el incierto panorama económico. Pero el
documento presentado ahora a los trabajadores expone de manera cruda y concreta
las previsiones del sindicato. En él anticipa que "la evolución del actual
ejercicio económico (2012) va a resultar negativo" a causa de "la
importante evolución negativa de los ingresos por afiliación" y, también,
de "la reducción importantísima contemplada de las subvenciones finalistas".
El sindicato oferta
una propuesta que entraría en vigor a final de año y estaría vigente en 2013 y
2014. En ella opta por no aplicar la cláusula de revisión salarial del actual
convenio colectivo. Una congelación que continuaría en 2013 y comenzaría a
revisarse los años siguientes en la negociación del próximo convenio colectivo.
Con referencia a las medidas en el ámbito de recursos humanos, para 2013 y 2014
establece una reducción de plantilla en torno a un 30%, que alcanza a 28
personas. Primero por la vía de bajas voluntarias, con indemnización de 25 días
por año de servicio. Después, por la extinción de contratos, cuyas condiciones
no han sido aún determinadas. Los trabajadores piden "un acuerdo como los
que CCOO exige a las empresas".
ANDALUCIA
El comité
intercentros de Comisiones Obreras de Andalucía (CC.OO.-A) ha mostrado su
rechazo al Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que ya ha confirmado la
dirección del sindicato a este órgano que representa a sus trabajadores. El
comité informa de que el Consejo del sindicato ha aprobado el «plan de
optimización», que incluye un ERE extintivo que la dirección presentará
formalmente la última semana de Noviembre, una vez pasada la huelga general del
14 de noviembre.
El sindicato pretende
que el ERE tenga efectos a partir del próximo año 2013. A partir de su
presentación comenzará el plazo de 30 días del periodo de consultas. «No
obstante, en una fase previa y no formal, tiene voluntad de comenzar a negociar
medidas que minimicen el impacto de dicho expediente».
Según el comunicado
divulgado ayer por el comité intercentros, se plantean dos posibles caminos a
seguir en el ERE: uno iría por la línea de los despidos y otro por la
modificación del convenio colectivo del sindicato, que «suavizaría el número de
extinciones». Esta segunda vía contempla bajada generalizada de salarios del
15% y de un 7% en la jornada laboral; los complementos por Incapacidad Temporal
dejarían de cubrir el 100% del salario; congelación de la antigüedad y eliminar
el plan de pensiones, que representa un 1% masa salarial.
Tampoco se descartan
otras medidas de carácter voluntario como prejubilaciones, bajas incentivadas,
reducciones de jornada, conversión a fijos discontinuos, bolsa de empleo.
El próximo martes 6
de noviembre, se ha convocado una reunión urgente del comité intercentros,
donde además de establecer los componentes de la comisión negociadora se
elaborará una encuesta anónima para todo el personal de CCOO-A que servirá de
guía en la negociación a los represe4ntantes de la plantilla.
GALICIA
Nuestro propio
sindicato nos ha tratado peor que la patronal más rastrera», afirma. Entre los
afectados por el ERE –con una media de 14 años de servicio en la fundación, 44
años de media de edad y cargas familiares– hay incluso un minusválido. Forem
justificó los despidos agarrándose a una previsión de caída de su facturación
del 57% en 2012 con respecto a los resultados de 2010-2011, cuando obtuvo
beneficios de siete millones. «Nos negaban que estuvieran aplicando la reforma
laboral porque nos daban un mes para negociar, pero es algo que contempla la
nueva ley. Pero, además, esgrimieron pérdidas futuras, cosa que hace un año
(sin la reforma) no hubieran podido hacer», añade María. «La negociación (que
comenzó el 3 de septiembre) fue un paripé. No hubo posibilidad de negociar
nada. Nos anunciaron el cierre de dos centros de trabajo gratuitos, que no le
costaban nada al sindicato. Presentaron dos informes de auditoras, pagados,
para justificar los despidos, de los que, para comprarnos, los cinco delegados
sindicales quedábamos excluidos», explica María. «Cuando comunicamos esto, la
asamblea decidió que 20 días por año trabajado era miserable». Forem presentó
entonces una alternativa por la que los supervivientes al ERE pasarían todos a
reducción de jornada menos la dirección, que mantendría la jornada completa.
Los trabajadores replicaron que la empresa aceptase mantener a 28 trabajadores,
de los 38 empleados fijos, todos con reducción de jornada y salarial. Como la
dirección no cedió, los empleados (menos cuatro que luego quedaron a salvo del
ERE) convocaron huelga. «El 24 se septiembre vamos a la huelga y el 25 nos
comunican que los delegados sindicales pasamos a estar en la lista de
despidos», añade María. El 5 de octubre el ERE entró en vigor sin que Toxo
realizara una sola llamada a sus ex empleados para agradecerles los servicios
prestados. «Toxo nunca llamó; hemos cobrado 20.000 euros de media por 14 años
de trabajo. Nos han robado otros 20.000 al aplicarnos la reforma», concluye.
La denuncia de María
Díaz podría parecer desmedida al haber resultado afectada por el ERE si no
fuera porque otra empleada de Forem, que sí se salvó de la quema, remarca que
CC OO nunca quiso negociar. «Se han portado muy mal», declara Carmen Paredes,
con al menos un año más de contrato en vigor porque «les salía caro echarme».
«Jamás me imaginé que nos trataran así. Me río de la actitud de los
sindicatos», declara.
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