La protesta de Navantia acaba con carga policial en el
centro de La Isla
Tres operarios de Navantia-San Fernando -entre ellos, el
presidente del comité de empresa, José Antonio Oliva- fueron detenidos ayer
tarde durante la carga policial que acabó con la protesta de la plantilla en
demanda de carga de trabajo para el astillero isleño.
La decepción de los
trabajadores ante la nula respuesta del Gobierno central a sus reivindicaciones
estalló a las puertas de la sede del Partido Popular isleño, donde se
concentraron para hacer visible también su frustración ante la falta de apoyo
de estas siglas en San Fernando.
Pero la tensión,
presente desde los primeros momentos de la tarde a causa del fuerte dispositivo
policial desplegado para controlar la marcha de la plantilla, terminó por
adueñarse de una marcha inicialmente pacífica. Los destrozos ocasionados en las
oficinas locales del PP -varios manifestantes arrancaron la baraja de la puerta
de acceso- así con la pretensión de
continuar la protesta ante las dependencias municipales de Alcaldía, situada a
tan solo unos metros de distancia, desencadenaron una contundente actuación
policial que terminó con tres detenidos y varios heridos leves, entre ellos dos
policías.
Un dispositivo
antidisturbios cargó contra la plantilla de la antigua Bazán en pleno centro de
la ciudad -en las inmediaciones del Mercado Central- para frenar en seco la
protesta de los trabajadores cuando estos intentaron encaminarse a la Alcaldía
antes de disolver definitivamente la concentración.
La reacción policial
pilló por sorpresa a los trabajadores, que quedaron bloqueados en las estrechas
calles del casco histórico al intentar salir corriendo. Algunos utilizaron los
paraguas para defenderse de la carga de los antidisturbios. La escena
-totalmente insólita en el centro de La
Isla- fue presenciada por numerosos vecinos, asomados a ventanas y balcones.
La marcha de los
trabajadores había sido aprobada en el transcurso de una asamblea que se
celebró a primeras horas de la mañana. El propósito de la plantilla era
emprender una marcha a pie -similar a la que realizaron en el pasado mes de
septiembre- en demanda de carga de trabajo y para exigir al Gobierno central
una respuesta al futuro de los astilleros.
Salieron al finalizar
la jornada laboral, poco antes de las tres de la tarde, pero apenas
consiguieron avanzar unos metros. La plantilla -que secundó la movilización al
completo- quedó bloqueada en la carretera de La Carraca, antes siquiera de
llegar al Puente de Hierro, a la altura del club náutico que existe en las
proximidades. La Policía le cortó el paso. También impidió a los medios de
comunicación que se acercaran hasta el lugar donde los trabajadores habían
quedado retenidos.
Desde la
Subdelegación del Gobierno se había ordenado que se impidiera el avance de la
marcha al no estar autorizada. Bajo un fuerte dispositivo policial, los
trabajadores de Navantia-San Fernando aguardaron cerca de una hora y cuarto
antes de reiniciar su camino. Finalmente, la Subdelegación consintió con la
protesta y se levantó el cerco.
Eran más de las
cuatro de la tarde cuando la plantilla consiguió por fin cruzar el Puente de
Hierro para dirigirse al centro de San Fernando. Pero lo ocurrido había encrespado los ánimos de buena parte de
la plantilla. El presidente del comité de empresa, José Antonio Oliva, que luego
resultó detenido durante la carga policial, mostró su sorpresa ante el
despliegue de efectivos que se habían encontrado al salir de la factoría.
A la altura del
puente del Gran Poder, un cordón de efectivos antidisturbios impidió también
cualquier tentativa de cortar el tráfico rodado en la autovía de la CA-33.
La plantilla -escoltada en todo momento por el dispositivo
de seguridad- siguió su camino hasta llegar a la plaza del Rey y desde allí
dirigirse hacia la cercana sede del PP, donde la marcha acabó violentamente
tras los destrozos ocasionados en la puerta de acceso a las oficinas y ante la
pretensión de la plantilla de continuar sus reivindicaciones ante la Alcaldía.
Ayer, tras conocer lo
sucedido, el PSOE isleño mostró su "enérgica repulsa" ante la
actuación policial, que no dudó en calificar de "desproporcionada".
"Las protestas de los trabajadores entran dentro de la normalidad ya que
no estaban haciendo más que reivindicar sus derechos", dijo la secretaria
general de la formación en San Fernando, Araceli Maese. La plantilla, conmocionada,
se concentró en La Magdalena -donde aguardaban los autobuses- a la espera de
noticias.
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