¿¡Huelga!?
Llevamos tiempo escuchando mensajes de que estamos inmersos
en una crisis financiera y que la manera de salir de ella es mediante recortes
y más recortes. ¿Pero es real esta crisis? El problema no es ni la prima de
riesgo ni la burbuja inmobiliaria: el problema es el sistema. Un sistema basado
en la explotación de una oligarquía sobre el pueblo, sobre la clase
trabajadora. No importan ni las agencias de calificación ni si el FMI dice esto
o aquello; lo verdaderamente importante es entender que vivimos en un sistema
asesino, que desahucia personas, mientras que rescata bancos; un sistema que
deja a inmigrantes sin sanidad mientras sus políticos se llenan los bolsillos:
un sistema en el cual unos pocos ganan y otros muchos siempre pierden, perdemos.
Perdemos porque hay cerca de seis millones de parados, perdemos porque hay dos
millones de familias sin ingresos, porque el 21por 100 de la población vive por
debajo del umbral de la pobreza, porque los políticos, los empresarios y los
banqueros son los más corruptos, y perdemos porque, mientras tanto, el
presidente del Gobierno se gasta 1.000 euros en una cena (por supuesto, pagada
con nuestro dinero), pero, sobre todo, perdemos porque no abrimos los ojos y
les decimos sin ningún miedo: "ya basta de que nos toméis por
borregos".
Mientras, el
sindicalismo sistémico, de liberados y subvenciones, juega al juego de pillar
de los ERE, de los Planes de Formación, de las negociaciones sectoriales,
convertidos, estos sindicatos, en empresas de servicios, máquinas de cobrar
cotizaciones y subvenciones millonarias; nido de vividores, chupones y
politiquillos de medio pelo. Liberados con décadas a sus espaldas de no dar
palo al agua ven peligrar su estatus, sus privilegios ganados a base de vender
obreros, y nos plantan el bonito escenario de paros "cronometrados"
de un patetismo que raya en el absurdo, y huelgas descafeinadas tendentes a
convertirse en un gesto, más que en una acción contundente. Ahora quieren
"un referéndum" para que legitimemos el expolio. Están ensuciando la
palabra "huelga", vaciándola de contenido, como ya lo hicieron con
"sindicalismo". Están haciendo que miles de trabajadores y
trabajadoras asqueados, piensen que uno de los pocos instrumentos de su lucha,
no sirve para nada, se queda en nada. Nos exigen realizar un esfuerzo, que
ellos, las cúpulas sindicales tan ensimismadas en sus cuadrillas de poder, tan
alejadas de la realidad social y laboral, no van a sufrir.
Nosotros y nosotras, trabajadoras, parados, estudiantes,
jubilados, anarquistas, iremos de nuevo a la huelga el 14 de noviembre, porque
jamás seremos esquiroles, patearemos de nuevo las calles, donde estaremos
enfrente de los que sistemáticamente boicotean la solidaridad de los
trabajadores, los que los protegen, sus mandos y sus voceros.
Intentaremos con nuestras fuerzas, con la fuerza de la
razón, mostrar esa realidad silenciada que, por dura, nadie quiere ver. Pese a
este panorama desolador nosotros no nos rendimos, porque podemos hacer cosas y
lo que es mejor, ya se están haciendo. La formación de organizaciones de
carácter horizontal, el fomento de una economía alternativa, con la creación de
cooperativas autogestionadas que crean empleo y en las cuales no existen
empresarios que quieran enriquecerse mediante la explotación. Y como
herramienta final tenemos la huelga. Un verdadera huelga, general e indefinida,
donde se demuestre que quien tiene el verdadero poder es el pueblo trabajador.
Anarquistas de Moratalaz
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