HISTORIA DE LA FEDERACION LIBERTARIA ARGENTINA
1. El anarquismo en argentina a principios del s. XX
El movimiento anarquista argentino, nacido en la segunda
mitad del siglo XIX, fue creciendo incesantemente durante varias décadas. La
formación de “Círculos culturales”, “Bibliotecas”, “Compañías Filodramáticas”,
“Escuelas” y la Federación Obrera lo convierten en la expresión de amplios
sectores obreros y populares. No podemos dejar de recordar la estadía de Enrico
Malatesta en la década de 1880 o la de Pietro Gori, en 1900, con sus
conferencias en todo el país y su seminario en la Facultad de Derecho: ambos le
imprimieron vitalidad y coherencia al movimiento local. Pero es en abril de
1902 cuando comenzaron a verse los destellos más fuertes del anarquismo. En esa
fecha se retiraron los delegados socialistas de la FOA y se sentaron las bases
para la creación de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA),
convirtiéndose rápidamente en el sector más poderoso del movimiento obrero. El
7 noviembre de 1903 vio la luz “La Protesta”, el mayor diario anarquista
argentino y uno de los más importantes del mundo. Mientras tanto, en 1905, la
FORA ha realizado su V Congreso donde estableció como principio el “Comunismo
Anárquico”, y no solo el sector obrero se reafirma sino que se realizan
diversas experiencias en ámbitos culturales, como la creación de las escuelas “Racionalistas”
impulsadas por Julio Barcos. En 1910, “La Protesta” está llegando a su punto
culminante, convirtiéndose en el único diario anarquista en el mundo que edita
a la vez un vespertino: “La Batalla”.
Para algunos historiadores, la aplicación de la Ley Saenz
Peña en 1916, que estableció el voto universal, junto a modificaciones en la
estructura social y económica, marcan el fin de la influencia política del
anarquismo. En 1915 se había producido la fractura de la FORA junto al
crecimiento de un sector sindicalista, que aumento aún más en la década
siguiente. En ese momento nacía el partido comunista y el socialismo manejaba
en forma voraz las dádivas del estado. La década de 1920 estuvo marcada por
divisiones internas, con fuertes enfrentamientos dentro del anarquismo, y
paralelamente aparecían figuras expropiadoras emblemáticas como Severino
DiGiovani. Si bien es cierta la declinación del movimiento anarquista y las
causas que afirman algunos historiadores, sin menospreciar las continuas y
atroces persecuciones y represiones, nos atrevemos a decir que el anarquismo no
había desaparecido, ni mucho menos. Y mostrará toda su vitalidad durante las
dos décadas venideras, cuando comienza la segunda etapa libertaria, momento de
creación de la Federación Libertaria Argentina.
2. El congreso de 1931, en la cárcel de Villa Devoto
El 6 de septiembre de 1930 se produce el primer golpe
militar del siglo en la Argentina. Inmediatamente todas las publicaciones
anarquistas fueron prohibidas y sus locales allanados. Se desplegará uno de los
momentos de mayor represión para el movimiento. Sorprendido en medio de
divisiones internas, desarticulado y sin capacidad de respuesta, sufrirá
cientos de detenciones, encarcelamientos en Ushuaia, deportaciones,
fusilamientos y torturas.
Paradójicamente, la represión sirvió para reflexionar dentro
del movimiento anarquista, y la dictadura dio el marco concreto para generar la
unidad: el cuadro 3º bis de la cárcel de Villa Devoto, donde habían confluido
cientos de militantes de distintas tendencias, muchos como paso previo al
traslado a Ushuaia (la Siberia argentina). Los militantes libertarios, luego de
varias disputas, logran desalojar a los presos comunistas del pabellón,
situación que debe haber contribuido al reconocimiento y cohesión de su
identidad, a hermanarse en esta batalla secundaria pero que no era menor para
el pensamiento ácrata.
A partir de entonces 300 militantes de todas las tendencias,
en septiembre de 1931, organizaron en la cárcel un Congreso. Era el comienzo de
la unidad y la reconstrucción, pero a la vez el nacimiento de un nuevo tema de
discusión: la creación de una organización “específica” del anarquismo, que
lograra coordinar y unificar sus fuerzas. El “especifismo” no era en verdad un
tema nuevo, siempre se había rondado la idea de construir una organización
“madre”, y un Congreso Regional realizado 1922, que no progresó, pudo haber
iniciado ese camino.
Con tres puntos
centrales de discusión: superar las diferencias fratricidas de la década
anterior, crear una organización “especifica” del anarquismo, y revitalizar la
FORA sin dejar de tener en cuenta otras formas de participación sindical, se
resolvió en el congreso de la cárcel propiciar un gran encuentro en septiembre
de 1932 en Rosario, el II Congreso Regional Anarquista.
Todos los sectores contribuyeron a su realización, La
Protesta instó desde sus páginas a la elaboración de ponencias delineando los
ejes de discusión mediante una encuesta destinada a sus lectores, y varios
militantes recorrieron el país, rehabilitando las viejas prácticas “linyeras”,
para conectar a los grupos e instar a su participación.
3. El Congreso de Rosario de 1932
El 13 de septiembre de 1932 comenzó el Congreso con la
participación de 53 delegados en representación de 30 organizaciones de todo el
país.
Las principales resoluciones que brindó el encuentro
instaron a crear una organización federativa de grupos que pudiera contener a
todas las vertientes, en amplia libertad y, a la vez, seguir otorgando a la
FORA la calidad de organización finalista del anarquismo, aunque con la
posibilidad de formar grupos intersindicales. Este encuentro de Rosario generó
el Comité Regional de Relaciones Anarquistas (CRRA), que revitalizó todo el
movimiento en el país y le inyectó nuevos bríos al ideal libertario. Ya en
septiembre de 1933, hizo nacer Acción Libertaria como su vocero, retratando
casi cuarenta años de historia, hasta su desaparición en marzo de 1971.
El CRRA tuvo una
importante labor en la organización de la militancia; logró que los 6 comités
zonales establecidos en el Congreso de Rosario (Rosario, Resistencia, Bahía
Blanca, Santa Fe, Tucumán y Capital), aumentaran a 16 en septiembre de 1933 y
llegaran posteriormente a 30. Logró la conformación de una agrupación
intersindical en el gremio de la indumentaria, la reorganización de la
Asociación de Empleados de Comercio de Rosario y la constitución del Sindicato
de Obreros Tranviarios y Anexos en Capital, de expansión en todo el país.
4. Fundación de la Federación Anarco Comunista Argentina,
1935
Finalmente el trabajo desarrollado por el CRRA, durante tres
años, pudo concretarse en octubre de 1935, al realizarse el Congreso
Constituyente de la Federación Anarco Comunista Argentina (FACA).
La FACA, primera
organización especifica anarquista de la Argentina, estableció su sede de
correspondencia en la Capital Federal, y comenzó a desarrollar múltiples
actividades en todo el país, en continuidad con las desempeñadas por el CRRA.
Podemos destacar la intensificación de la campaña por la libertad de los presos
de Bragado: Pascual Vuotto, Reclus de Diago y Santiago Mainini, anarquistas
torturados y condenados por un crimen no cometido en 1931, hasta lograr el
indulto en 1942.
En 1936 se produjo
uno de los hechos mas importantes para el anarquismo mundial. El levantamiento
del general Franco contra la República Española desencadenó la Guerra Civil,
pero también aceleró el proceso revolucionario que venia gestándose y que tenia
como protagonista al poderoso movimiento anarquista español. En la Argentina,
la FACA realizó una campaña importante a favor del movimiento español.
Intervino en la formación de numerosos comités populares de Ayuda a España.
Fundó, de acuerdo con la CNT y la FAI española, el Servicio de Propaganda de
España, editando la revista “Documentos Históricos de España”, e impulsó la
formación de la SIA (Solidaridad Internacional Antifascista). Se designaron
tres militantes como delegados en España: Jacobo Prince, Jacobo Maguid y José
Grunfeld, quienes ocuparon cargos de máxima responsabilidad en el diario
confederal “Solidaridad Obrera”; en el órgano de la FAI, “Tierra y Libertad”, y
en la Secretaria Peninsular de la FAI, respectivamente.
La década de 1930 fue
de formación y crecimiento para la FACA, en duras condiciones de represión, que
habían diezmado al movimiento en el comienzo de la dictadura. En 1939, con una
estrategia de ampliación y junto a hombres que no eran libertarios, se creó la
revista “Hombre de América”. Y en 1941 nació el periódico “Solidaridad Obrera”,
como expresión de un importante sector de gremios autónomos orientados por la
FACA. En 1946, la constitución de la editorial “Reconstruir”, fue de notable
importancia para la difusión de las ideas libertarias, editando decenas de
folletos y libros, hasta nuestros días.
La derrota en la
Revolución Española y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial reavivaron las
campañas antimilitaristas, así como la ayuda a todos los refugiados. En este
marco se inició una campaña para auxiliar a los compañeros sobrevivientes del
terror nazi enviando ropa y víveres a Alemania.
5. La FACA, el peronismo y la Federación Libertaria
Argentina (FLA)
El año 1945 fue otro punto de inflexión para la historia
argentina. Juan Domingo Perón llegó a la presidencia y con el se produjo uno de
los grandes cambios del siglo. La crisis terminal del modelo agroexportador
argentino, que tanto provecho generó hasta la década de 1930, y las condiciones
creadas por la Segunda Guerra Mundial, impulsaron a sectores de la burguesía
nacional a la construcción de un proyecto de desarrollo interno
Los cambios sociales
y políticos producidos a partir de lo anterior fueron de tal magnitud que
generaron un movimiento de masas de importancia mundial. La sindicalización
obrera ascendió de 500.000 a 2.500.000 de afiliados y los beneficios obtenidos
por los trabajadores, en condiciones de pleno empleo, produjeron un corrimiento
rápido de adhesión al peronismo. Esta actitud de la mayor parte del movimiento
obrero, que se prolonga hasta nuestros días, relegó al olvido la riqueza de las
experiencias anteriores, produciendo una invisibilizacion, sobre todo del
movimiento anarquista.
La mayoría de los
libertarios no dudaron en atacar al Estado peronista, que se erigía con una
actitud dirigista y verticalista, recibiendo cárcel y clausura de sus
periódicos: en 1946 se creo el periódico ‘’Reconstruir”, que sufrió procesos
por desacato y secuestros de ediciones, trasladando su impresión a la ciudad de
Rosario, y en 1952, fueron encarcelados los obreros portuarios de la FORA.
La posición asumida
por la FACA frente al gobierno peronista quedó plasmada en el periódico “Acción
Libertaria”, como así también en las Resoluciones y Declaraciones de los
distintos Congresos y Plenos nacionales, celebrados por la organización.
Desde la formación de
la FACA, hasta su designación como Federación Libertaria Argentina, se
sucedieron seis grandes encuentros:
- Diciembre de 1936:
Pleno Nacional de agrupaciones Provinciales.
- Febrero de 1938:
Primer Congreso Ordinario.
- Julio de 1940:
Segundo Congreso Ordinario.
- Octubre de 1942:
Pleno Nacional de agrupaciones y militantes.
- Diciembre de 1951:
Tercer Congreso Ordinario.
- Febrero de 1955:
Cuarto Congreso Ordinario. Nace la F.L.A.
La aparición del
peronismo, con una impronta populista y una espectacular movilización de masas,
en el contexto de un cambio en el modelo de acumulación capitalista, con
primacía del Estado de Bienestar, relegaron al movimiento anarquista, como a
los partidos de izquierda, a un lugar secundario y minoritario. A lo anterior
se suma en argentina gobiernos dictatoriales y proscriptivos que abarcaron casi
la totalidad de las décadas de 1950, 1960 y 1970.
6. La FLA y sus ediciones
A pesar de las contingencias, resalta de la FLA su
importante actividad editorial, a través de la revista y editorial Reconstruir,
como del periódico Acción Libertaria. También las conferencias y las charlas de
difusión continuaron de forma ininterrumpida, y encontraron más tarde un grupo
gestor, que a la vez se camuflaba ante los ojos de la dictadura: Amigos de la
ciencia.
En 1968 se crea en
Carrara la Internacional de Federaciones Anarquistas (IFA), de la cual la FLA
es miembro. Desde décadas atrás la FLA había tenido un papel activo en su
formación, manteniendo relaciones con grupos de todo el mundo e incentivando la
creación de la internacional.
La última y más sangrienta dictadura en Argentina, que
abarcó desde 1976 hasta 1983, produjo un impacto arrasador en todo tipo de
militancia, con miles de desaparecidos y la implantación de un discurso
disociador. La FLA se vio inmerso en este clima de muerte, a la vez que vivía
el comienzo de un agotamiento y recambio generacional, debido a la edad de sus
viejos militantes. El periódico Acción Libertaria había dejado de editarse en
1971 y la revista Reconstruir en 1976. Recién en 1985 comienza a salir el nuevo
periódico El Libertario y marca una lenta recomposición de la militancia que se
acentuará con la caída de paradigmas mundiales (como la URSS) y una década más
tarde con el quiebre del modelo neoliberal argentino en diciembre del 2001.
7. La actualidad
Actualmente la FLA se ve revitalizada por un recambio
generacional y cierto auge de las ideas ácratas que se constata en todo el
mundo. Es imposible, sin embargo, asimilar su funcionamiento a etapas
anteriores. Su larga historia, que arranca a principios de la década de 1930
atravesó momentos diferentes, adaptándose a coyunturas cambiantes y cometiendo
errores y aciertos.
La revitalización
actual no puede compararse con su estructuración originaria, en la cual más de
50 grupos cubrían la militancia de todo el país. Ahora vivimos un resurgir
incipiente de nuevas generaciones, que tendrán que generar su propia
experiencia, y salvar el desconocimiento de vivencias anteriores, dejado por la
muerte de viejos y valiosos compañeros. Es por ello que adquieren importancia
la EditorialReconstruir y El Libertario, en la difusión; la Biblioteca Archivo
de Estudios Libertarios (BAEL), en el cuidado y la difusión de la memoria del
anarquismo; y Apoyo Escolar y el Merendero como experiencias y creaciones en el
ámbito social. En Rosario, el trabajo realizado por la Biblioteca Alberto
Ghiraldo abarca diversas actividades que merecen ser destacadas especialmente.
Tal vez la definición
mas acertada de la FLA, realizada en el último tiempo, fue hecha por el
compañero uruguayo Daniel Barret. En su trabajo El mapa del despertar
anarquista: Su expresión latinoamericana, define a la FLA como la única
organización de “síntesis” que existe en América. Él entiende esto como una
organización donde la autonomía de los grupos es fundamental e inalienable en
el marco organizativo, y refuerza su idea con la reivindicación de pensamientos
de Malatesta, en los cuales defendió los principios de la libertad individual y
de la autonomía grupal, en el marco de la organización “específica”.
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