El ayuntamiento de Valencia prohíbe señalizar las fosas
comunes
(la foto no es del articulo) El Ayuntamiento de Valencia
comunica a Fòrum per la Memòria del País Valencià que prohíbe señalizar las
fosas comunes, aún reconociendo implícitamente que hay víctimas del genocidio
franquista enterradas en ellas.
El Fòrum per la Memòria del País Valencià impugnará la
resolución del Ayuntamiento
En la resolución afirma que las víctimas del franquismo
tiradas a las fosas comunes no tienen derecho a la renovación de la sepultura,
ya que éste es un derecho exclusivo de las sepulturas preferentes
A pesar de ello, el día 1 de noviembre, iremos al Cementerio
general de Valencia a honrar la memoria de las víctimas del genocidio
franquista tiradas en las fosas comunes y por enésima vez pediremos para ellas
la Verdad, la Justicia y la Reparación que se les sigue negando.
El Ayuntamiento de Valencia, en materia de honrar,
desagraviar y homenajear las víctimas del franquismo tiradas a las fosas
comunes del Cementerio general, nos tenía acostumbrados a todo tipo de
prohibiciones: poner los nombres sobre la tierra que cubre sus restos, hacer
ofrenda floral en los espacios que ocupan las fosas, interpretar música… Pero
cuando ya creíamos que las había agotado todas, nos acaba de comunicar que
prohíbe señalizar las fosas comunes porque: “el derecho de enterramiento en
sepulturas en tierra se concede únicamente por cinco años, pudiendo renovarse
únicamente en las sepulturas preferentes (NO EN LAS FOSAS COMUNES QUE NO SON
OBJETO DE RENOVACIÓN)” (las mayúsculas son originales). Nunca se había puesto
de manifiesto tanta discriminación.
El Ayuntamiento debe haber olvidado que aún en el caso de
que los familiares hubiesen podido ejercer el derecho a la renovación de las
sepulturas de sus personas queridas, cosa imposible en el caso de las tiradas a
las fosas ya que no tienen derecho ni tan siquiera a mantener la sepultura más
allá de cinco años, no hubieran podido hacerlo por una sencilla razón: no
sabían que se encontraban en aquellas fosas; de hecho en la mayoría de los
casos, no sabían ni siquiera que aquellas fosas existían. Oficialmente se
trataba de personas desaparecidas que en realidad habían sido asesinadas,
muertas por el hambre, por las enfermedades no asistidas, por las violaciones,
por las torturas, por el terrorismo de estad, y un largo y siniestro etcétera.
En definitiva, muertas a causa de las terribles condiciones de vida impuestas
por el franquismo por su condición de ser los perdedores de la guerra. Personas
tiradas en la clandestinidad más absoluta, sin tan siquiera un ataúd, a esos
agujeros negros de olvido que son las fosas comunes.
El Ayuntamiento de Valencia, en su resolución, también argumenta
que no podemos señalizar las fosas porque: “ha de tutelar los principios del
respeto a los visitantes o difuntos” dentro del Cementerio. Y nosotros nos
preguntamos: ¿y cuando se tutelan los principios del respeto a las víctimas del
genocidio franquista tiradas a las fosas comunes?
Es evidente que, para el Ayuntamiento de Valencia, las
víctimas del franquismo no han tenido ni han de tener más derecho que el de
permanecer en la invisibilidad total y en la clandestinidad más absoluta. Pero
nosotros no vamos a olvidar que esas fosas comunes llevan el nombre de mujeres
y de hombres, de niños y de niñas, de abuelas y de abuelos que representan la
talla moral y política sobre la que ha de edificarse una sociedad digna, libre,
sin censuras y sin impunidad y que todas ellas y ellos, no solo han de ser
recordados, sino que han de ser conocidos públicamente, recuperados y
reivindicados por sus familias y por su pueblo. Y por eso, el jueves día 1 de noviembre, a las 10 horas, volveremos al
Cementerio.
¡Os esperamos!
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