TU PUTA VIDA
EN UNA HOJA
Un Curriculum Vitae, o CV, como lo llamaremos a partir de
ahora, es tu puta vida. Tu puta vida en una hoja. Tu puta vida en una hoja para
vender una parte de tu puta vida a cambio de dinero. Un CV no son tus datos
personales, ni tu experiencia laboral. Un CV no son tus intereses,
aspiraciones, capacidades o habilidades. Un CV es la forma de prostitución
capitalista por excelencia. Un CV contiene tu nombre, tus años de trabajo, pero
no tus sueños.
Cada cierto tiempo mejoras tu CV buscando un cliente que te
ofrezca mejores condiciones. Cada cierto tiempo, imprimes cien, doscientas
copias de tu puta vida en una hoja y las repartes por una ciudad. Un 80%
acabarán en una papelera, ni siquiera en un contenedor de reciclaje. Con seis
millones de parados, el porcentaje aumentará hasta casi el 95%. Al comienzo de
la búsqueda, tus ganas de trabajar anestesiarán tus pies doloridos por las
caminatas, o tus ojos y dedos entumecidos si buscas por Internet. La sonrisa de
los primeros días terminará por convertirse en una mueca que esconde el
desánimo a duras penas. Tras doscientos CV repartidos sin resultado, lo que te
moverá a continuar no será la ilusión, sino la necesidad. Puede que entonces
comiences a darte cuenta de lo poco que vale tu puta vida en una hoja. Vale
poco porque vale poco la puta vida de seis millones de personas. Vale poco,
cada vez vale menos. Tu puta vida en una hoja te define en el mercado laboral.
¿Aún no te has dado cuenta? Tu puta vida en una hoja te convierte en mercancía.
En un producto más. En un ser de valor variable. En un sujeto que será títere
de las circunstancias de la producción. Tu puta vida en una hoja te emputece,
aunque sea necesario, aunque no quede otra solución.
Un día observarás sin
querer como un hijo de puta, que también vendió su puta vida en una hoja, rompe
tu CV. A ese hijo de puta no le interesáis ni tú ni tus circunstancias. Rompe
tu CV porque ya está inundado de putas vidas en hojas, y la tuya no le
interesa. O quizás porque es un sádico y disfruta rompiendo las putas vidas de
otros en una hoja. Ese día, te darás la vuelta, y volverás a entrar en la
empresa. Ese día, tu puta vida en una hoja valdrá menos que tú, porque te
enfrentarás al sistema que te convierte en un montón de palabras sin alma. Ese
hijo de puta no es nadie, es apenas una cara y un nombre tan puto como el tuyo,
pero se ríe de la necesidad ajena y eso es intolerable, porque tienes dignidad,
porque es la dignidad lo que te hace resistir y mantenerte en pie. Ese día, le
dirás a ese hijo de puta, que insisto también vendió su puta vida en una hoja
antes que tú, que respete tu puta vida. Si no quiere leer tu CV, tu puta vida
en una hoja, que te la devuelva. Puede que se ofenda, que busque excusas o que
te echen de allí. Pero no importa, nada importa. Tu puta vida en una hoja nunca
volverá a valer más que tú. Saldrás por la puerta y te dolerá España. España
siempre duele. España siempre decepciona. España es un clavo torcido que se
oxida al sol de Europa. Ni España, ni tu puta vida en una hoja, ni la sonrisa
sardónica de los hijos de puta, te definen.
Tu vida, mi vida, nuestra vida, vale más que toda esa mierda
de CV, entrevistas, portazos, sonrisas falsas, colas del INEM, estadísticas
fúnebres. Tu vida, mi vida, nuestra vida, es única e irrepetible, casi un
milagro. Tú, y yo, nosotros, tenemos energía más que de sobra para volar y
también las alas, escondidas en algún lugar de nuestra mente. Nuestras putas
vidas en una hoja jamás valdrán más que nuestras vidas. En tu CV está escrito
tu nombre pero es en tu alma donde se encuentra tu esencia. No lo olvides: no
eres un número, no eres una puta vida escrita en una hoja. Eres un ser humano y
no habrá otro igual que tú. Nunca.
Javier Martín
Calderón.
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