Joaquín Delgado Martínez
El 17 de agosto de 1963 muere garrote en Madrid (España) el
militante y activista de las Juventudes Libertarias Joaquín Delgado Martínez.
Había nacido el 4 de marzo de 1934 en Cardona (Bages, Cataluña). En 1939 la
familia Delgado se refugia en Francia cuando termina la guerra civil. En
Grenoble (Isère) milita en la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias de
la cual se convierte secretario. Obrero ebanista fresador y más tarde diseñador
de fichas técnicas para las emisiones televisivas, decide integrarse en el
activismo antifranquista y entra en la sección clandestina de Defensa Interior,
creada en 1961 en Madrid en el seno del Movimiento Libertario. En julio de 1963
es enviado a Madrid con el compañero Francisco Granado Gata, padre de familia
de 30 años y forjador en Alès, con la misión de tomar contactos con el objetivo
de organizar un atentado contra Franco. Pero, por una falta de coordinación,
otro grupo comete dos atentados el 29 de julio de 1963: uno contra la Dirección
General de Seguridad, y el otro contra la sede de los sindicatos franquistas.
Detenidos Delgado y Granado en posesión de armas y de explosivos, la tortura
les hace confesar la culpabilidad de los dos atentados que no han cometido. El
13 de agosto de 1963 un Consejo de Guerra los condena a muerte sin ninguna
prueba. El 17 de agosto de 1963 un comunicado oficial anuncia a la prensa las
ejecuciones realizadas en garrote vil. Desde 1999 sus familiares y varios
grupos libertarios han intentado, sin éxito, la revisión de su condena a muerte
ante diversas instancias, Tribunal Constitucional incluido.
Francisco Granado Gata
El 17 de agosto de 1963 muere garrote en Madrid (España) el
militante libertario y resistente antifranquista Francisco Granado Gata. Había
nacido el 4 de octubre de 1935 en Valencia del Ventoso (Badajoz, Extremadura,
España). Con 18 años marchó a Madrid en busca de trabajo, trabajando en Agromán
y luego en la Maestranza de Artillería. En 1956 se casó y al año siguiente hizo
el servicio militar. En el Ejército le detectaron una grave enfermedad,
leucemia, que le obligó a permanecer hospitalizado algunos meses. Una vez
licenciado, marchó a Francia en busca de fortuna con un amigo, cruzando la
frontera por Irún hacia Burdeos, instalándose dos días después en Alès. Los
primeros meses hizo trabajo de jornalero en el campo, hasta que consiguió un
trabajo estable de forjador, obteniendo la carta de trabajo, la autorización de
residente y el permiso para poder llevar la familia. Tomó contacto con un grupo
de exiliados libertarios y se ofreció a colaborar en las Juventudes
Libertarias. Decide integrarse en el activismo antifranquista y entra en la
sección clandestina de Defensa Interior, creada en 1961 en Madrid en el seno
del Movimiento Libertario. En julio de 1963 es enviado a Madrid con el
compañero Joaquín Delgado Martínez, ebanista fresador y secretario de la
Federación Ibérica de Juventudes Libertarias en Grenoble, con la misión de
tomar contactos con el objetivo de organizar un atentado contra Franco. Pero,
por una falta de coordinación, otro grupo comete dos atentados el 29 de julio
de 1963: uno contra la Dirección General de Seguridad, y el otro contra la sede
de los sindicatos franquistas. Detenidos Granado y Delgado en posesión de armas
y de explosivos, la tortura les hace confesar la culpabilidad de los dos
atentados que no han cometido. El 13 de agosto de 1963 un Consejo de Guerra los
condena a muerte sin ninguna prueba. El 17 de agosto de 1963 un comunicado oficial
anuncia a la prensa las ejecuciones realizadas en garrote vil. Desde 1999 sus
familiares y varios grupos libertarios han intentado, sin éxito, la revisión de
su condena a muerte ante diversas instancias, Tribunal Constitucional incluido.
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