Lo que quieren los anarquistas.
Los últimos años han sido testigos del crecimiento del
anarquismo en muchas partes del mundo. Sin embargo aún hay quienes se preguntan
¿Qué quieren los anarquistas? ¿Qué es el anarquismo? Si eres una de esas
personas este artículo puede interesarte.
Son muchos los
prejuicios que hay hacia la anarquía y hacia quienes se reclaman anarquistas.
Comúnmente son prejuicios aprendidos y repetidos incesantemente sin análisis
propio, cuya fuente inicial es por lo común algún organismo estatal al que no
conviene que se conozca el anarquismo.
Sin embargo comprender el anarquismo no es tan difícil;
podemos resumir las aspiraciones anarquistas de forma bastante sencilla:
1.- Abolición de la propiedad privada, de manera que nadie pueda amontonar
riquezas generando con ello un mar de miseria a su entorno. A cambio de
trabajar, todo elemento productivo de la sociedad tiene derecho a satisfacer
sus necesidades de vestido, comida, calzado, etc. Quedan exentos del trabajo
las personas que por impedimentos físicos no puedan trabajar, así como
enfermos, niños y ancianos. Al abolir la propiedad privada (fuente de toda la
injusticia social) nadie pierde nada, al contrario: todo es propiedad de todos,
y todos son dueños de la riqueza social que nadie puede apropiarse, sino que se
utiliza para mayor bienestar de la sociedad en su conjunto.
2.- Eliminación del gobierno, de manera
que todo el cúmulo de parásitos políticos que no tienen más fin que asegurar el
disfrute de la riqueza a una minoría parasitaria (ricos) desaparezca para, por
primera vez en su vida, trabajar en algo productivo. La eliminación del
gobierno significa que cada región del país, y cada delegación tienen total
libertad para organizar la vida (necesidades, trabajos, etc.) de acuerdo a lo
que el pueblo entero decida, sin jefes ni dirigente alguno.
3.- Socialización de los medios de producción,
de manera que toda persona en condición física de trabajar pueda realizarlo sin
tener que obedecer a ningún patrón chupasangre, teniendo las mejores
herramientas de trabajo (al ser todo de todos es posible esto) y organizando
directamente entre los trabajadores de cada campo, fábrica o taller, la jornada
laboral de acuerdo a las necesidades directas del pueblo. La socialización de
los medios de producción significa que la tierra y los beneficios de la misma
son de quienes lo trabajen; que las fábricas pertenecen a los obreros, que las
hacen funcionar de acuerdo a las necesidades del pueblo y determinan,
campesinos y obreros (en el campo y la ciudad), sus horarios de trabajo y
formas de realizarlo.
4.- Eliminación del culto religioso, de
manera que nuestros niños y niñas no aprendan cosas basadas en supersticiones o
fantasías que hoy la ciencia demuestra como falsas. Total libertad para cada
quien para practicar la religión que desee (o ninguna), pero sin la existencia
de Iglesia o institución alguna que viva de vender ilusiones. Al no poseer
inteligencia suficiente para cuestionar la teología los niños son blancos
fáciles para las doctrinas supersticiosas; en una sociedad anarquista los niños
y niñas serán educados científicamente, con una instrucción que demuestre cada
cosa que afirma y se enseña.
5.- Eliminación de las diferencias sociales, de manera que lo que
hoy se practica todos los días en instituciones gubernamentales y por
mentalidades caducas sea solo un triste recuerdo. Hombres y mujeres, blancos,
negros o amarillos, homosexuales, heterosexuales, etc., son seres equivalentes
sin ningún privilegio sobre nadie. Los anarquistas, comprendiendo las
diferencias fisiológicas, consideran que nadie debe tener privilegios ni trato
especial con respecto de las demás personas, pero tampoco ningún tipo de
discriminación por su condición o preferencia sexual, racial o de género.
Los niños y niñas en
una sociedad anarquista son educados por igual, sin diferencias ni
preferencias.
6.- Eliminación de las fuerzas armadas, de
manera que lo que hoy son bandas de sicarios al servicio del capitalismo (es
decir de los verdugos de trabajadores) mañana desaparezcan para que sus
integrantes tomen la pala de albañil, la llave mecánica o cualquier otra
herramienta que produzca otra cosa que no sea muerte. La seguridad y defensa
del territorio revolucionario donde la anarquía haya triunfado es
responsabilidad de todo el pueblo en armas.
7.- Reestructuración de la familia, de
manera que resulte de ella el amor entre sus componentes. La familia actual
está conformada de manera piramidal. La familia reestructurada bajo la libertad
no tendrá estas características, toda vez que al no haber distinciones entre
sexo o edad no habrá quien mande ni quien obedezca, serán todos y todas
compañeros de vida, y nunca más jefes de nada.
8.- Organización federalista, de manera
que las diferentes regiones revolucionarias se organizan entre ellas de la
siguiente manera: por medio de acuerdos mutuamente consentidos y ejercidos por
las comunas y regiones directamente involucradas. El “federalismo” actual solo
organiza la esclavitud por medio de pactos en los que nunca se pide la opinión del
pueblo más que para elegir a sus verdugos. El federalismo anarquista hará que
cada persona cuente en la asamblea de su comuna, luego la opinión de cada
comuna en las asambleas de regiones y estas a su vez en las asambleas más
amplias del país entero, siendo de esta forma el individuo siempre un punto
importante y vital en la organización de la sociedad.
9.- Respeto hacia la naturaleza, de manera
que lo que hoy son industrias que arrasan a su paso todo vestigio de vida
animal y vegetal, sean respetuosas con la madre naturaleza, fuente de todo
progreso y vida.
10.- Abolición de las leyes y judicatura,
de manera que lo que hoy son códigos que solamente legislan la esclavitud de
los pobres sean eliminados. Eliminando la propiedad privada se elimina la
acumulación de riquezas y con ello los privilegios; socializando los medios de
producción se elimina la pobreza; al eliminar los privilegios y la pobreza se
eliminan los pilares principales en los que descansa el crimen, haciendo con
ello innecesarios los cuerpos policiales y leyes que defienden al rico en
contra del pobre.
11.- Eliminación de las fronteras y banderas, de
manera que lo que hoy sirve para dividir a las personas, mañana sea eliminado
para unir a toda la especie humana sin distinciones de ningún tipo. Nada hay
para considerar a un trabajador de un país distinto del de otro país. Por
encima de las fronteras y banderas nacionalistas, debe alzarse la solidaridad
internacional, detractora de todas las divisiones generadas por intereses
capitalistas que solo benefician a unos cuantos.
Esto es en síntesis,
amigos míos, lo que queremos los anarquistas. La eliminación del capitalismo,
la expropiación de los medios de producción, la socialización de la riqueza, la
eliminación como institución del polizonte, del militar y de cuanto cuerpo
represivo existe, la abolición del oscurantismo religioso y la práctica de la
ciencia en todos los niveles educativos, consiguiendo con ello una sociedad
racional, justa, humanitaria, libre, solidaria y fraternal. Una nueva edad de
oro para el género humano.
Quienes nos achacan
motes como caóticos, violentos o desorganizados, son quienes están interesados
en seguir haciéndote esclavo de una u otra forma. No desean la libertad, por
ello hacen cuanto pueden para desviarte del camino revolucionario y anarquista
que hará que nadie hable por ti, sino que seas tú mismo quien decida su destino
hermanado con tus semejantes. Al ser anarquistas rechazamos toda forma de
gobierno sobre las personas; pero afirmamos al mismo tiempo que tampoco
deseamos ejercer nosotros ninguna forma de gobierno. Cárcel eternamente
tiránica que ha sometido a los pueblos al despotismo de una casta burguesa que,
sea republicana, fascistas o marxista, vive a costa de la pobreza del pueblo.
Cuando quieras saber lo
que quieren los anarquistas, no preguntes jamás al rico, al gobernante, al
político, al cura o al patrón, pues nada bueno podrán decirte de quienes
atacamos sus privilegios, injusticias y desigualdades.
Salud y anarquismo.
Erick Benítez
Martínez. MEJICO
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