Joan Peiró y Bales
El 24 de julio de
1942 muere fusilado en Paterna (Horta Oest, Comunidad Valenciana) el obrero del
vidrio, intelectual anarcosindicalista Joan Peiró y Belis. Había nacido el 18
de febrero de 1887, en el barrio obrero de Sants (Barcelona, Cataluña). A los
8 años comenzó a trabajar en una fábrica de vidrio barcelonesa y no aprendió a
leer ya escribir hasta los 22. Siguió trabajando en el sector del vidrio, y
junto a otros compañeros fundó la Cooperativa del Vidrio de Mataró, que nunca
abandonaría. En 1907 se casó con Mercè Olives, obrera textil, con quien tuvo
tres hijos (Joan, Josep y Llibert) y cuatro hijas (Aurora, Aurèlia, Guillermina
y Mercè). Según él mismo explica su militancia sindical se inició en 1906, y
comenzó a tener cargos de responsabilidad entre 1915 y 1920, como secretario
general de la Federación Española de Vidrieros y cristaleros (1916-1920) y
director de las publicaciones La Colmena Obrera (órgano de los sindicatos de
Badalona) y El Vidrio (portavoz de los vidrieros federados). Su agudeza
intelectual le llevó más adelante a ser director del diario Solidaridad Obrera
(1930) y del también diario Catalunya (1937). Muy influenciado por el
sindicalismo revolucionario francés, comenzó a tener tareas de responsabilidad
en la CNT tras el Congreso de Sants (1918) de la Regional catalana. Gracias a
su capacidad de trabajo, dotes de organizador y gran prestigio, ocupó los más
altos cargos en esta organización. En el Congreso de La Comedia (1919) defendió
las federaciones de industria que fueron rechazadas en aquella ocasión. Durante
los años veinte sufrió la represión desencadenada por el Estado y la patronal
en contra el movimiento obrero. En el año 1920 sufrió dos atentados y fue
detenido y encarcelado en Soria y Vitoria. En 1922 fue elegido secretario
general de la CNT. Durante su gestión se lleva a cabo la Conferencia de
Zaragoza, donde se aprobó la salida de la organización de la Internacional
Sindical Roja y su afiliación a la reconstituida Asociación Internacional de
los Trabajadores (AIT). En esta misma conferencia Peiró defendió con Salvador
Seguí, Ángel Pestaña y Josep Viadiu la «moción política», muy criticada por los
sectores más ortodoxos de la organización. Se estableció en Mataró en 1922 y en
1925 dirigió la constitución de la Cooperativa del Vidrio que ya había
intentado organizar con anterioridad. Con la dictadura de Primo de Rivera la
CNT quedó ilegalizada, sus sedes fueron censuradas y las publicaciones,
suspendidas. Muchos de sus militantes fueron detenidos, y Peiró fue encarcelado
en 1925, 1927 y 1928. Este último año fue nuevamente elegido Secretario General
de la CNT. Criticó la UGT por su defensa de jurados mixtos durante aquella
dictadura y también Pestaña, con quien por otra parte coincidía en otros aspectos.
También criticó el sector más anarquista del sindicato, ya pesar de que se
afilió a la FAI nunca militó, defendiendo, por el contrario, una organización
de masas más sindicalista, y oponiéndose a los grupos de acción ya las minorías
de militantes dirigentes. En 1930 firmó el manifiesto de «Inteligencia
Republicana» y recibió numerosas críticas internas que le llevaron a retirar su
firma. Siguió defendiendo las federaciones de industria hasta que en el
congreso de la CNT de 1931 en Madrid consiguió un apoyo en masa frente a las
tesis faístas. En este mismo congreso apoyó la ponencia sobre la «Posición de
la CNT hacia las Cortes Constituyentes» en la que se defendía que la
proclamación de la República podría suponer un avance para la clase trabajadora.
Esta ponencia fue aprobada con algunas modificaciones pese a la oposición de
los sectores faístas que veían en ella un apoyo a la maquinaria política
burguesa. También en 1931 firmó junto con 29 otros destacados cenetistas, entre
los que se encontraba Ángel Pestaña, el «Manifiesto Treintista», donde se
analizaba la situación económica y social de España y se criticaba tanto el
gobierno republicano como los sectores cenetistas más radicalizados. La
reacción de estos provocó la dimisión de Pestaña de su puesto en el comité
nacional de la organización y la salida de los sindicatos de Sabadell a los que
posteriormente se añadieron otros que acabaron constituyendo un bloque
denominado «sindicatos de oposición ». Aunque Peiró participó en esta escisión
no tuvo responsabilidades destacadas e intentó establecer puentes para evitar
su ruptura definitiva. La unificación se produjo en 1936. Tras el levantamiento
de los militares rebeldes, Peiró actuó de vicepresidente del Comité
Antifascista de Mataró, enviando a sus hijos al frente. Defendió la entrada de
la CNT en los gobiernos de Cataluña y España y planteó una República Social
Federal como forma de Estado para cuando acabara la guerra. Con García Oliver,
Federica Montseny y Juan López fue uno de los cuatro ministros anarquistas en
el gobierno de Largo Caballero, encargado de la cartera de Industria. Desde
este lugar elaboró el decreto de incautaciones e intervención en la industria
y proyectó la creación de un banco de crédito industrial, aunque muchos de
estos proyectos fueron recortados o diluidos por Negrín. A la caída del
gobierno de Largo Caballero volvió a Mataró ya la Cooperativa del Vidrio,
dedicándose también a dar conferencias sobre su paso por el gobierno ya
publicar duros artículos contra el PCE por sus actuaciones contra el POUM. En
1938 entró de nuevo en el gobierno, ahora presidido por Negrín, aunque no con
el rango de ministro sino de comisario general de Energía Eléctrica,
manteniendo una actitud antiderrotista y proponiendo una cierta revisión del
anarcosindicalismo a la luz del desarrollo, la revolución y la guerra. El 5 de
febrero de 1939 cruzó la frontera francesa, siendo brevemente detenido en
Perpiñán, desde donde fue a Narbona para reunirse con su familia. Más tarde
marchó a París con el objetivo de representar la CNT en la Junta de Ayuda a los
Refugiados Españoles (JARE), con la misión de sacar los refugiados cenetistas
de los campos de concentración franceses y facilitarles su traslado a México.
Tras la invasión nazi intentó huir, pero fue detenido cuando se dirigía a
Narbona y devuelto a París, donde las autoridades francesas emitieron contra él
una orden de expulsión del país al objeto de apartarlo de la acción de la
Gestapo y así pasar a la zona no ocupada y después en México. Pero fue detenido
de nuevo por las tropas nazis y llevado a Tréveris (Alemania). En enero de 1941
el ministerio de Asuntos Exteriores franquista solicitó su extradición, que se
materializó en Irún el 19 de febrero del mismo año, incumpliendo las leyes
francesas e internacionales. Se le trasladó a la Dirección General de Seguridad
de Madrid, donde fue interrogado y sometido a malos tratos (perdió algunos
dientes). Iniciado el proceso y aplazado excepcionalmente, se le trasladó a
Valencia en abril de 1941. En diciembre de este año se abrió el proceso
sumarial en el que Peiró contó con testigos a su favor emitidos por
instituciones y personas del nuevo régimen (militares, falangistas, religiosos,
jueces, funcionarios de prisiones, empresarios, gente de derechas, e incluso de
un futuro ministro de Franco, como Francisco Ruiz Jarabo). Sin embargo, su
reiterada negativa a la propuesta del gobierno de dirigir los sindicatos
franquistas determinaría su condena. En mayo de 1942 el fiscal formuló las
acusaciones, un mes más tarde le fue asignado el defensor militar de oficio y
el 21 de julio fue pronunciada la sentencia de muerte. El 24 de julio de 1942
sería fusilado con seis cenetistas más el campo de tiro de Paterna. Algunas de
sus obras publicadas: Trayectoria de la Confederación Nacional del Trabajo
(1925), Ideas sobre sindicalismo y anarquismo (1930), Peligro en la retaguardia
(1936), De la fábrica de vidrio de Mataró al Ministerio de Industria (1937),
Problemas y cintarazos (1938).
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