Mercadona no incluyó en el etiquetado de Deliplus los dos
ingredientes prohibidos
Gonzalo Garteiz
RNB Laboratorio
Cosmético, fabricante que solamente trabaja para la cadena de distribución
Mercadona, presidida por Juan Roig (en la foto), no incluyó el nombre de los
dos productos puestos en cuestión por el Ministerio de Sanidad, la
Trietanolamina y el conservante Bronopol, en el etiquetado de los productos
Deliplus. La cadena explicó hace unos días que once tipos de pomadas y cremas
llevaban estos dos ingredientes, que las autoridades sanitarias europeas no
permiten que vayan juntos por la posibilidad de que generen nitrosamina, una
sustancia cancerígena, y, que había decidido reformular la composición de los
cosméticos afectados, tras ser requerida por la Agencia Española de
Medicamentos y Productos Sanitarios, dirigida por Ángela López de Sá.
Aunque al asunto se
le ha querido dar una dimensión exclusivamente sanitaria, con una nota de
prensa del Ministerio en la que informaba que los productos cosméticos Deliplus
y Solcare, que vende Mercadona y llevaban los citados compuestos químicos, no
entrañaban riesgo para la salud, el hecho de que faltase en el etiquetado el
nombre de uno de los dos productos, cuya mezcla está prohibida, exige una
explicación de la empresa y del Ministerio.
La Celosía comprobó
que el conservante Bronopol no figuraba en el etiquetado de muestras de la
crema hidratante Deliplus para pieles atópicas. Preguntó por ello al droguero de
Mercadona y al ministerio que encabeza , Ana Mato. La empresa Llorente y
Cuenca, portavoz del fabricante, contactó con La Celosía y aseguró que había
ocurrido un problema de etiquetado. La Celosía le requirió entonces las razones
de este “error” y en qué partidas se había producido, sin obtener respuesta
alguna.
Una presunta portavoz
del ministerio de Mato, decimos presunta porque se ha negado a identificarse,
ha contestado a La Celosía que no hay nada que decir más allá de la nota de
prensa emitida en su momento. En un ejercicio de falta de transparencia
absoluta, el ministerio, que además de Sanidad lo es también de Consumo, se
niega a contestar si conocía esos presuntos “errores” de etiquetado, que han
impedido al consumidor conocer preventivamente que en los productos cosméticos
vendidos en una cadena de buen nombre como es Mercadona, se incorporaban dos
ingredientes que pueden suponer un peligro para la salud y por eso su mezcla
está prohibida, aunque en las cantidades que se dice estaban asignadas, ese
peligro se descartase. En definitiva se ha hurtado al consumidor información
relevante para tomar una decisión de compra.
El ministerio de Ana
Mato estaba en su derecho y obligación de acabar con la alarma sanitaria que
pudiera haberse producido, pero es su obligación defender los derechos de los
consumidores a recibir la información pertinente, incluyendo las razones por
las cuales se descubrió la, en palabras suyas, “no conformidad detectada”. Es
muy comprensible que la ciudadanía tenga dudas sobre el “error de etiquetado”,
cuando en la etiqueta hay decenas de nombres y casualmente falta uno de los dos
problemáticos, mientras no se le den las explicaciones adecuadas por la empresa
y las exija la ministra. Resulta alarmante que en Sanidad y Consumo estén en
nómina portavoces oficiales sin identificación. Ahora que el Gobierno del
Partido Popular saca pecho por haber tramitado una ley de Transparencia,
actuaciones como ésta dejan en entredicho que tenga voluntad de informar
adecuadamente a la ciudadanía.
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