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domingo, 5 de agosto de 2012

SALUDO A LOS COMPAÑEROS ANARQUISTAS ESPAÑOLES


SALUDO A LOS COMPAÑEROS ANARQUISTAS ESPAÑOLES

Compañeros, compañeras, España sufre desde el 21 de diciembre del 2011 las consecuencias del gobierno del Partido Popular, con Mariano Rajoy a la cabeza.

 Antes ya había sufrido la pesada mano de Aznar y luego de Zapatero, solo por mencionar los más recientes.

 En México la situación no es distinta: soportamos 70 años de dictadura priista (partido de centro-derecha), luego una comedia democrática donde un ranchero fascista tomó el timón del país, mismo que luego de seis años dio a Felipe Calderón, hijo de un fundador del Partido Acción Nacional y falanguista de pura cepa.

 En las elecciones pasadas del 1 de julio resultó ganador Enrique Peña Nieto en medio de un sinfín de compra de votos, favoritismo e imposición de las televisoras y medios de comunicación; Enrique Peña Nieto el carnicero de Atenco que, ciertamente, no hará nada mejor que sus antecesores. En un país con 77 millones de mexicanos pobres de los ciento seis millones totales, estos angelitos demócratas se gastaron ni más ni menos que trescientos veintiocho millones de pesos cada uno de los cuatro candidatos en la campaña para las elecciones presidenciales, cuando el salario mínimo del trabajador es de 66 míseros pesos al día.

 El pueblo, y al decir “El pueblo” me refiero al pueblo como concepto y no al pueblo de tal o cual país, tiene una memoria muy corta: poco a poco se ha olvidado la represión de la fascista valenciana Paulina Sánchez contra estudiantes; en México se han olvidado también poco a poco de la represión contra estudiantes en Ayotzinapan, donde dos estudiantes resultaron muertos a manos de paramilitares al servicio del gobierno mexicano. Se han olvidado de las más de 20 compañeras violadas en Atenco y la cruel, brutal represión sobre ese pueblo.

 Ahora, parece que el pueblo mexicano ha olvidado por un minuto los ataques a las libertades mínimas (pues mientras haya Estado jamás podrán ser completas) por parte de Enrique Peña Nieto al implementar un auténtico estado de sitio en Atenco, endeudar al Estado de México con varios millones de pesos que hará pagar al pueblo mexicano, y entregando el país a todos los grandes capitalistas que financiaron su campaña.

 Poco se reflexiona en las masas populares sobre el verdadero carácter de las elecciones: se critica, se insulta incluso, pero el fondo, la raíz del asunto, pocas veces es discutido. Ese fondo, esa raíz, no es otra que el principio mismo de la existencia del Estado.

 Si yo me parase delante de cualquiera de ustedes y les dijera “Te voy a dar un golpe. Pero como soy tan bueno te dejo elegir con cual mano quieres el golpe” dos serían sus respuestas.

 1.- No eres bueno, en tanto que de cualquier forma, elija izquierda o derecha, me quieres agredir. No hay opción a ser o no golpeado; tan solo me dejas elegir la mano, pero no si deseo o no ser golpeado.

 2.- Como te atrevas a tocarme mi respuesta será igualmente violenta. Como autodefensa ante un ataque, tengo todo el derecho moral a defenderme.

 Hablamos entonces de que las elecciones no solamente son una mentira, sino una imposición camuflada sobre todo el pueblo.

 ¿Por qué la gente entonces no contesta a las elecciones con acciones, como por ejemplo huelgas generales, con disturbios en las calles, con levantamientos populares como ocurrían en la década de los 20’s en España, y en la década de los 1900’s en México?

 Nos tienen tan bien adiestrados que eso se nos hace difícil siquiera de imaginar.

 Si una familia compuesta del padre, la madre, una hija y un hijo se decidieran a vivir exclusivamente de sembrar la tierra y vivir de su trabajo, se repartirían los cuatro las tareas del campo.

 El uno se encargaría de arar la tierra, en tanto la otra de acercar el agua, la otra de regar la siembra y el otro de vigilar que esta no sea atacada por insectos y todos los cuidados necesarios.

 Pero si a la hora de repartirse las tareas cada uno asumiera una tarea útil, en tanto el hijo, en plenas condiciones para trabajar dijera: “Está bien, todos tienen tareas. La mía será dormitar bajo la sombra de un árbol, contemplando plácidamente como laboran ustedes” y encima a la hora de comer exigiera no una parte proporcional del alimento, lo cual ya sería injusto, sino que exigiera dos terceras partes de la cosecha, dejando a los demás apenas lo justo para malvivir, nuestros sentimientos de la justicia social se despertarían, aprestándose a echar a patadas a semejante vividor.

 ¿Por qué permite entonces el gobierno sobre sus espaldas el pueblo, en España con el fascista, descerebrado y vividor de Juan Carlos de Borbón, y en México con el borracho y fascista de Felipe Calderón ahora, y con el analfabeto, asesino y represor de Enrique Peña Nieto en unos meses? (mucho ojo, que los adjetivos antes dichos no son insultos, es en realidad lo que son cada personaje).

 ¡Ah, compañero! No te atrevas a cuestionar la autoridad.

 Increíblemente, como si se tratara de una película de ciencia ficción, los elementos más inteligentes de la sociedad, aquellos que se cuestionan su entorno, son tachados de anticuados. Son unos inadaptados, poco participativos, antisociales, una especie de locos a los que la juventud “Cool” “Guay” “Chévere” no acepta, que menos comprende aún.

 No cuestiones, obedece, acepta las reglas del juego. Si cometes el error de rebelarte, de criticar, sufrirás las consecuencias de esta democracia que se basa en tu ignorancia primero, en sus armas pagadas por ti mismo después.

 La paz que tan lindo cantan los demócratas de todas las pieles, desde los que están en el parlamento hasta los “indignados” en las calles, es una paz que suelta un olor a panteón. No puede, no debe haber paz mientras existen tantas desigualdades.

 En México como en España un reducido grupo de ladrones legisla “pacíficamente” leyes que fustigan duramente la cansada espalda de los trabajadores. En México como en España existe una enorme capa laboriosa despojada de prácticamente todo y un grupo pequeño de gente que, amparada en las leyes cuyos puntales son las armas de la policía y el ejército, explotan duramente a todos los que de verdad trabajan.

 Por el momento, entonces, enarbolar la bandera de la paz significa dejar que esos buitres del poder nos sometan tranquilamente, sin obtener de nosotros ninguna respuesta más allá de quejas que en nada ayudan a mejorar nuestras condiciones. En los momentos actuales la bandera blanca de la paz debe ser puesta en el rincón para mejores momentos. Ahora, debemos empuñar la bandera negra de la rebeldía y del anarquismo y hacer la guerra sin cuartel a toda forma de Estado, de autoridad y de capital, incluso aquellos que se ocultan tras la cortina del “compañerismo”

 Nosotros, anarquistas enemigos de toda forma de gobierno, incluida aquella que se disfraza de “popular” o “socialista” tenemos el deber de acentuar los conflictos entre los trabajadores y los explotadores. El papel de los anarquistas, como bien señaló Bakunin, no es el de dirigir la revolución… sino de provocarla. Corresponde al pueblo en su totalidad llevarla a cabo. Y los anarquistas estaremos ahí, participando, luchando en primera línea, pero sin dirigir ni mandar nada.

 En los momentos actuales México y España viven contextos similares: allá tenemos el peligro encarnado en Enrique Peña Nieto que ya ha demostrado que sirve a los intereses de Carlos Salinas de Gortari, oscuro personaje que endeudó al pueblo mexicano con una deuda de la que aún se sufre. Y con Salinas están todos los represores, capitalistas y verdugos del pueblo mexicano. Su gobierno es en realidad el regreso a la dictadura que vivió el pueblo mexicano durante 70 años, durante los cuales se vivieron cosas tan horribles como los asesinatos de estudiantes en 1968 y de 1971, el asesinato de indígenas en Aguas Blancas en 1995 en Guerrero, de Acteal en 1997, todos ellos en gobiernos presididos por el Partido Revolucionario Institucional; igualmente recordamos a los compañeros de Atenco en 2004 y 2006, en Oaxaca en ese mismo año 2006, igualmente en estados gobernados por el PRI.

 El regreso del PRI al gobierno significa el regreso de la dictadura, del sometimiento violento del pueblo mexicano a los designios de un grupo de asesinos.

 España tiene ahora un panorama similar: pasó ya el trago amargo del gobierno de Aznar, le siguió Zapatero sin ser ciertamente mejor que su antecesor. Y ahora, hace ya casi un año, Rajoy y su partido de fascistas vienen socavando cada día más al pueblo español.

 El PRI en México, el PP en España: dos nidos de ratas que están sometiendo a dos pueblos hermanos y trabajadores.

 Y es aquí cuando debemos preguntarnos ¿Hasta cuándo, compañeros?

 No cometamos el error de pensar que, puesto que la lucha es larga “e inevitable”, debemos poner solamente aquello que “esté en nuestras manos” para triunfar.

 La revolución no triunfará por alguna especie de fatalismo histórico, como afirman los marxistas. La historia demuestra ampliamente que el Estado y el capital no solamente no han muerto por sus propias contradicciones como afirmaban; han encontrado muchas formas de rejuvenecerse, fortalecerse y continuar su implacable marcha de explotación.

 La revolución triunfa cuando sus adeptos optan por la arma, no de la dialéctica, ni del materialismo histórico, no del pacifismo, ni tampoco de la esperanza ni de la fe. La revolución triunfa cuando, despojados de esos fantasmas que nos aletargan la lucha, el pueblo se lanza con VOLUNTAD a cambiar su entorno.

 Únicamente la voluntad del pueblo por cambiar su condición social hará realidad la transformación del mundo por la que luchamos. Compañero, compañera: nada te caerá del cielo, ni tampoco será posible sin tu concurso: seremos dueños solamente de aquello por lo que luchemos. ¿Qué es difícil? ¡Claro! En la vida todas las cosas que valen la pena son las más difíciles de conseguir. Si aún no participas del movimiento revolucionario que trata de abrirse paso en medio de este caos en que el Estado ha convertido el mundo, te invito a que te unas a las filas de la revolución. El sindicato, la federación, el grupo, el colectivo, todos te esperan para luchar juntos.

… tranquilos compañeros.

 No pretendo venir a enseñarles nada: la historia de España está bastante nutrida de experiencias revolucionarias de las cuales se puede aprender mucho.

 Mi intención es únicamente traerles el saludo fraternal de los anarquistas de la FAM, acompañado de la solidaridad para la lucha que los anarquistas españoles emprenden ahora contra el gobierno, como desde aquellos tiempos en que Fanelli viniera a España a traer el mensaje anarquista de la rama bakuninista de la Asociación Internacional de Trabajadores el 24 de noviembre de 1868.

 Compañeros, aquí la lucha no debe detenerse bajo ninguna circunstancia; en México tengan la seguridad de que los anarquistas continuaremos igualmente la lucha contra toda forma de Estado, venga de donde venga y se llame como se llame.

 Reciban todos un fraternal saludo.

Erick Benítez Martínez.

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