La histórica militante y decana de la Ejecutiva Antonia Alvarado Galván firma la renuncia irrevocable por «discrepancias con el secretario de organización»
Los que consideran que la tradicional inestabilidad del PSOE local gaditano se ha agravado en el último año tienen un nuevo argumento para defender su tesis. La decana de la Ejecutiva gaditana del PSOE e histórica militante Antonia Alvarado Galván ha redactado y rubricado su dimisión irrevocable como secretaria general de la Casa del Pueblo en Cádiz.
La renuncia, que la propia firmante confirmó anoche aunque no quiere comentar hasta que le sea aceptada, se hará oficial durante la jornada de hoy.
Según el testimonio directo de la propia dimisionaria, su marcha responde a «discrepancias con el secretario de Organización, Francisco González».
Según su entorno y otros militantes consultados, Alvarado se siente «maltratada por la forma en la que González gestiona la participación de la militancia en la ciudad».
El secretario general del PSOE en Cádiz, Federico Pérez Peralta, conoció esta dimisión el pasado viernes, aunque su presencia en el Pleno municipal y otros actos institucionales oficiales le impidió solventar el paso formal de recibirla y aceptarla. Está previsto que ese trámite se produzca en la mañana de hoy lunes.
Un «palo simbólico»
Aunque fuentes oficiales del partido aseguraron ayer que se trata de «una decisión personal sin consecuencias orgánicas», varios destacados militantes socialistas en la capital afirman que «esta renuncia tiene un gran valor simbólico. Antonia Alvarado era la cara amable y colaboradora del PSOE en la ciudad, el vínculo entre dirección y militantes, la responsable de la Casa del Pueblo... no es una dimisión más».
Antonia Alvarado era, hasta su renuncia, la decana de la Ejecutiva a sus 77 años. Cuenta con más de dos décadas de militancia activa, a las que hay que sumar una larga trayectoria en la clandestinidad durante el franquismo. Hija y sobrina de sindicalistas fusilados en la Guerra Civil, ha sido la portavoz socialista más activa a la hora de reivindicar o criticar algunos aspectos de la Ley de Memoria Histórica.
Los militantes que confirman y lamentan su salida del órgano de dirección provincial aseguran que «por prestigio, edad y trayectoria está lejos de cualquier sospecha de arribismo, interés personal o participación en luchas internas». Estas mismas fuentes consideran que «su dimisión refleja como ningún hecho anterior el clima de malestar y deterioro que se vive entre la militancia gaditana». Ella no da detalles. Por ahora, sólo deja el cargo.
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