POR UNA ASAMBLEA CIUDADANA CONTRA LA CRISIS EN CÁDIZ
(Este sábado 28 a las 13 hs. citan en la Plaza de las Flores de Cádiz)
La crisis económica está empeorando una situación social, la de Cádiz, que siempre ha sido de las peores en el Estado Español. Paro y precarización en el empleo, pobreza y miseria, falta de un techo digno están golpeando dramáticamente a muchas familias gaditanas. Esta situación de nuestra ciudadanía es bastante desconocida aquí mismo: suele ocurrir que se conoce mejor el Tercer Mundo que este Cuarto Mundo que se desarrolla en nuestros barrios.
Así, por ejemplo, oficialmente alrededor de 50.000 personas se encuentran en paro en la Bahía; unas 14.000, sólo en Cádiz. ¡Ya hasta los propios Expedientes de Regulación de Empleo tienen dificultad para aplicarse, por no encontrar prácticamente dónde! Por su parte, los organismos de beneficencia declaran que han doblado en dos años el número de personas a las que tienen que ayudar para comer y cubrir los gastos de vivienda. Con respecto a ésta, la vivienda, a grandes sectores de la juventud se les aleja el sueño de poder dejar el techo familiar, cuando resulta que en nuestra provincia más de 15.000 pisos terminados y muchos de las 20.000 que están a punto de serlo no encuentran quién los compre. Todo ello, en un contexto de hacinamiento agravado porque precisamente son muchas las personas que tienen que devolver la casa al banco al no poder pagarla. Y esta crisis, como ninguna otra, amenaza con erosionar considerablemente las pensiones y subsidios, pues ya se encargan de recordarnos que el déficit presupuestario está desbocado y hasta las diferentes Administraciones afirman encontrarse sin un euro.
Mientras, el gobierno nos endeuda a la mayoría para salvar antes que nada a una minoría: a esa misma banca que ha provocado la crisis, al tiempo que las grandes fortunas seguirán sólo tributando un 1% por las rentas de capital. Poco podemos esperar, pues, que se nos conceda si no es exigiéndolo y arrancándolo. De ahí este llamamiento a que vayamos gestando un amplio movimiento social que dé respuesta a la crisis, no sólo resistiendo las medidas antipopulares que vienen imponiéndose, sino forjando redes de solidaridad y alternativas en el seno del mismo pueblo. En este sentido, si bien la crisis tiende a empeorar la situación social, también se lleva por delante falsas ilusiones acerca de salidas individuales dentro de este sistema explotador, generador de miseria y brutalmente competitivo.
Por eso no cabe la desesperanza. De esta dramática crisis podemos salir triunfantes. Sólo depende de nosotros y nosotras. De nuestra denuncia y movilización colectivas.
¡Vencer la resignación y la apatía es posible!
Cádiz, noviembre de 2009
Así, por ejemplo, oficialmente alrededor de 50.000 personas se encuentran en paro en la Bahía; unas 14.000, sólo en Cádiz. ¡Ya hasta los propios Expedientes de Regulación de Empleo tienen dificultad para aplicarse, por no encontrar prácticamente dónde! Por su parte, los organismos de beneficencia declaran que han doblado en dos años el número de personas a las que tienen que ayudar para comer y cubrir los gastos de vivienda. Con respecto a ésta, la vivienda, a grandes sectores de la juventud se les aleja el sueño de poder dejar el techo familiar, cuando resulta que en nuestra provincia más de 15.000 pisos terminados y muchos de las 20.000 que están a punto de serlo no encuentran quién los compre. Todo ello, en un contexto de hacinamiento agravado porque precisamente son muchas las personas que tienen que devolver la casa al banco al no poder pagarla. Y esta crisis, como ninguna otra, amenaza con erosionar considerablemente las pensiones y subsidios, pues ya se encargan de recordarnos que el déficit presupuestario está desbocado y hasta las diferentes Administraciones afirman encontrarse sin un euro.
Mientras, el gobierno nos endeuda a la mayoría para salvar antes que nada a una minoría: a esa misma banca que ha provocado la crisis, al tiempo que las grandes fortunas seguirán sólo tributando un 1% por las rentas de capital. Poco podemos esperar, pues, que se nos conceda si no es exigiéndolo y arrancándolo. De ahí este llamamiento a que vayamos gestando un amplio movimiento social que dé respuesta a la crisis, no sólo resistiendo las medidas antipopulares que vienen imponiéndose, sino forjando redes de solidaridad y alternativas en el seno del mismo pueblo. En este sentido, si bien la crisis tiende a empeorar la situación social, también se lleva por delante falsas ilusiones acerca de salidas individuales dentro de este sistema explotador, generador de miseria y brutalmente competitivo.
Por eso no cabe la desesperanza. De esta dramática crisis podemos salir triunfantes. Sólo depende de nosotros y nosotras. De nuestra denuncia y movilización colectivas.
¡Vencer la resignación y la apatía es posible!
Cádiz, noviembre de 2009
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