La patronal gaditana admite que seguirá la destrucción de empleo el próximo año La recesión ha traído un aumento del 31% de los contratos a tiempo parcial Los expedientes de regulación que se han presentado en Cádiz ascienden a 115 Las empresas de la provincia buscan fórmulas para afrontar otro año de recortes.
«Mi jefe me ofrece una reducción de la jornada laboral a cambio de una bajada de sueldo. ¿Qué debo hacer?». Esta es una de las consultas más frecuentes que aparece ahora en distintos foros de Internet ante los efectos que la crisis ha provocado en las empresas. El mercado laboral se tambalea y los empresarios buscan alternativas para equilibrar los gastos que genera su plantilla con la caída de producción, y evitar así más pérdidas. Se tiende a pactar la temporalidad. En la provincia se han firmado en lo que va de año 115 expedientes de regulación de empleo (ERTE).
Las expectativas para el próximo año no son nada alentadoras. Al contrario. El último estudio de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (Agett) adelanta que el empleo seguirá en caída libre y habrá que esperar, como mínimo, hasta el segundo semestre de 2010 para que aumente la afiliación y disminuya el paro. El director de Analistas Económicos de Andalucía, Francisco Villalba, adelanta que el desempleo subirá dos puntos el próximo año.
Los bancos no dan créditos
La provincia cerró el mes de octubre con 162.417 parados, la cifra más alta registrada en 2009, y en sólo doce meses se han destruido 15.395 empleos. Es decir, la afiliación a la Seguridad Social ha caído un 4%. Suma y sigue. El presidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC), Miguel González Saucedo, reconoce que la situación puede estallar en 2010 si los bancos no abren el grifo del crédito. En su opinión, el paro seguirá creciendo porque no hay nuevas inversiones ni empresas capaces de generar actividad. González Saucedo sostiene que la crisis ha llegado por oleadas, primero fue la financiera, luego la inmobiliaria, después la industrial y ahora, de golpe, la del comercio y el turismo. Pero la crisis más importante acaba de tocar la línea de flotación del Estado: «las cuentas han entrado en déficit». Así, la situación ha obligado a subir primero los impuestos indirectos y ahora los directos, «la presión fiscal que soportan los empresarios es enorme y hay inversiones que se han ido a otra parte».
Este escenario obliga a replantear las relaciones laborales de cara al próximo año. El que fue secretario general de CC OO durante los últimos ocho años, José María Fidalgo, reconoció el pasado diciembre que en época de crisis es más importante mantener los puestos de trabajo que subir los sueldos. Fidalgo perdió el noveno congreso del sindicato por 28 votos.
El modelo alemán
La patronal gaditana alerta de que los convenios colectivos que se están negociando ahora no pueden firmarse por encima del IPC previsto. La razón es que no hay margen para aguantar las plantillas.
Pero el secretario provincial de UGT, Pedro Custodio, aclara al respecto que los trabajadores «no pueden pagar el pato de la crisis con sus salarios» y es necesario, por tanto, que las entidades financieras abran el grifo del crédito.
Una jornada reducida por menos sueldo. Esta es la filosofía para combatir la crisis y evitar cierres y despidos. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, se ha mostrado partidario de aplicar en España el modelo alemán con el fin de contener el empleo. El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, afirmó a primeros de mes que se debería reducir la jornada laboral, aunque no llegó a concretar la compensación económica a la empresa y al trabajador.
Este modelo obliga al Estado a compensar la disminución del sueldo de los trabajadores con la parte correspondiente de la prestación de desempleo y, de igual modo, bonificaría la parte de las cotizaciones sociales a la empresa. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, ha mostrado su escepticismo sobre esta fórmula porque sería sobrecargar aún más las arcas del Estado.
De momento, al margen de pactos internos entre trabajadores y empresarios, las principales actuaciones que se llevan a cabo en este sentido para contener la hemorragia del paro se hacen a través de expedientes temporales (ERTE) donde el trabajador acuerda con la empresa pasar al desempleo durante un determinado espacio de tiempo. Cobra el 70% de la base reguladora. El inconveniente de esta medida es que el trabajador se come parte del desempleo que le corresponde en caso de despido o cierre. La ventaja, es que mantiene su vinculación con la empresa y recupera su puesto de trabajo una vez que la producción remonte el vuelo.
Los sindicatos y la empresa de Acerinox, ubicada en Los Barrios, han llegado a un preacuerdo para prorrogar el ERTE que firmaron en marzo y que expira a finales del próximo diciembre. Esta empresa redujo su producción un 50% y antes de extinguir los contratos optó por una regulación temporal que afecta de manera alterna a 1.200 trabajadores. La empresa pide ahora la prórroga de este expediente.
Los expedientes de regulación de empleo que se han tramitado en la provincia durante 2009 ascienden a 115 y afectan a 4.050 trabajadores. La extinción definitiva del contrato (ERE) ha tocado a 195 empleados, mientras que la fórmula de regulación o suspensión temporal de empleo (ERTE) ha salpicado a 3.700 empleados. La tercera vía adoptada ha sido la reducción de jornada, pactada por 175 trabajadores. Los datos ponen de manifiesto que la alternativa más utilizada en Cádiz es la suspensión temporal con un 90,8%.
«No hay confianza»
El presidente de la CEC, Miguel González Saucedo, reconoce que el problema añadido que impide la creación de empleo es la caída del consumo interno, «que no remonta porque no hay confianza».
La crisis económica ha traído como consecuencia el incremento de los contratos a tiempo parcial. Los últimos datos revelan que el 31% del total de contratos realizados son con jornada parcial. Según la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal, los empresarios están apostando por la contratación a tiempo parcial como alternativa para preservar el empleo. A estas alturas del año y con los expedientes abiertos, todo apunta a que muchos trabajadores aceptan reducir su jornada de trabajo y sueldo a cambio de mantener una cierta actividad laboral.
«Mi jefe me ofrece una reducción de la jornada laboral a cambio de una bajada de sueldo. ¿Qué debo hacer?». Esta es una de las consultas más frecuentes que aparece ahora en distintos foros de Internet ante los efectos que la crisis ha provocado en las empresas. El mercado laboral se tambalea y los empresarios buscan alternativas para equilibrar los gastos que genera su plantilla con la caída de producción, y evitar así más pérdidas. Se tiende a pactar la temporalidad. En la provincia se han firmado en lo que va de año 115 expedientes de regulación de empleo (ERTE).
Las expectativas para el próximo año no son nada alentadoras. Al contrario. El último estudio de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (Agett) adelanta que el empleo seguirá en caída libre y habrá que esperar, como mínimo, hasta el segundo semestre de 2010 para que aumente la afiliación y disminuya el paro. El director de Analistas Económicos de Andalucía, Francisco Villalba, adelanta que el desempleo subirá dos puntos el próximo año.
Los bancos no dan créditos
La provincia cerró el mes de octubre con 162.417 parados, la cifra más alta registrada en 2009, y en sólo doce meses se han destruido 15.395 empleos. Es decir, la afiliación a la Seguridad Social ha caído un 4%. Suma y sigue. El presidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC), Miguel González Saucedo, reconoce que la situación puede estallar en 2010 si los bancos no abren el grifo del crédito. En su opinión, el paro seguirá creciendo porque no hay nuevas inversiones ni empresas capaces de generar actividad. González Saucedo sostiene que la crisis ha llegado por oleadas, primero fue la financiera, luego la inmobiliaria, después la industrial y ahora, de golpe, la del comercio y el turismo. Pero la crisis más importante acaba de tocar la línea de flotación del Estado: «las cuentas han entrado en déficit». Así, la situación ha obligado a subir primero los impuestos indirectos y ahora los directos, «la presión fiscal que soportan los empresarios es enorme y hay inversiones que se han ido a otra parte».
Este escenario obliga a replantear las relaciones laborales de cara al próximo año. El que fue secretario general de CC OO durante los últimos ocho años, José María Fidalgo, reconoció el pasado diciembre que en época de crisis es más importante mantener los puestos de trabajo que subir los sueldos. Fidalgo perdió el noveno congreso del sindicato por 28 votos.
El modelo alemán
La patronal gaditana alerta de que los convenios colectivos que se están negociando ahora no pueden firmarse por encima del IPC previsto. La razón es que no hay margen para aguantar las plantillas.
Pero el secretario provincial de UGT, Pedro Custodio, aclara al respecto que los trabajadores «no pueden pagar el pato de la crisis con sus salarios» y es necesario, por tanto, que las entidades financieras abran el grifo del crédito.
Una jornada reducida por menos sueldo. Esta es la filosofía para combatir la crisis y evitar cierres y despidos. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, se ha mostrado partidario de aplicar en España el modelo alemán con el fin de contener el empleo. El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, afirmó a primeros de mes que se debería reducir la jornada laboral, aunque no llegó a concretar la compensación económica a la empresa y al trabajador.
Este modelo obliga al Estado a compensar la disminución del sueldo de los trabajadores con la parte correspondiente de la prestación de desempleo y, de igual modo, bonificaría la parte de las cotizaciones sociales a la empresa. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, ha mostrado su escepticismo sobre esta fórmula porque sería sobrecargar aún más las arcas del Estado.
De momento, al margen de pactos internos entre trabajadores y empresarios, las principales actuaciones que se llevan a cabo en este sentido para contener la hemorragia del paro se hacen a través de expedientes temporales (ERTE) donde el trabajador acuerda con la empresa pasar al desempleo durante un determinado espacio de tiempo. Cobra el 70% de la base reguladora. El inconveniente de esta medida es que el trabajador se come parte del desempleo que le corresponde en caso de despido o cierre. La ventaja, es que mantiene su vinculación con la empresa y recupera su puesto de trabajo una vez que la producción remonte el vuelo.
Los sindicatos y la empresa de Acerinox, ubicada en Los Barrios, han llegado a un preacuerdo para prorrogar el ERTE que firmaron en marzo y que expira a finales del próximo diciembre. Esta empresa redujo su producción un 50% y antes de extinguir los contratos optó por una regulación temporal que afecta de manera alterna a 1.200 trabajadores. La empresa pide ahora la prórroga de este expediente.
Los expedientes de regulación de empleo que se han tramitado en la provincia durante 2009 ascienden a 115 y afectan a 4.050 trabajadores. La extinción definitiva del contrato (ERE) ha tocado a 195 empleados, mientras que la fórmula de regulación o suspensión temporal de empleo (ERTE) ha salpicado a 3.700 empleados. La tercera vía adoptada ha sido la reducción de jornada, pactada por 175 trabajadores. Los datos ponen de manifiesto que la alternativa más utilizada en Cádiz es la suspensión temporal con un 90,8%.
«No hay confianza»
El presidente de la CEC, Miguel González Saucedo, reconoce que el problema añadido que impide la creación de empleo es la caída del consumo interno, «que no remonta porque no hay confianza».
La crisis económica ha traído como consecuencia el incremento de los contratos a tiempo parcial. Los últimos datos revelan que el 31% del total de contratos realizados son con jornada parcial. Según la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal, los empresarios están apostando por la contratación a tiempo parcial como alternativa para preservar el empleo. A estas alturas del año y con los expedientes abiertos, todo apunta a que muchos trabajadores aceptan reducir su jornada de trabajo y sueldo a cambio de mantener una cierta actividad laboral.
JAVIER RODRÍGUEZ CÁDIZ
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