• La mujer de Jesulín de Ubrique se enfrenta a una petición de más de cuatro años de cárcel. La acusan de negociar y pagar 18.000 euros con el fin de lograr una pensión de invalidez para su madre, Remedios Torres, también acusada. El sumario muestra las chapuzas y el desparpajo que utilizaron casi a partes iguales todos.
Cohecho, estafa y falsedad. Para el fiscal y la acusación, ejercida por el Instituto Nacional de la Seguridad Social, María José Campanario y su madre son autoras de estos delitos. La mujer del torero Jesulín de Ubrique pagó 18.000 euros para que el grupo dirigido por Carlos Carretero, ex jefe de la Policía Municipal de Ubrique, lograse de forma fraudulenta una pensión de invalidez para su madre, Remedios Torres, que la Seguridad Social le había denegado en 2003. Un informe de la Guardia Civil afirma que “María José lleva directamente el asunto de la pensión de su madre” y “Campanario debía saber que los tres millones de pesetas que entregó a José Luis López [el Turronero, amigo de su marido] debían ir dirigidos al pago de los servicios de los funcionarios”.La Guardia Civil asegura que la esposa y la suegra del diestro sabían que una persona iba a suplantar a Remedios Torres para pasar una revisión médica. Las escuchas telefónicas no dejan dudas. El juez ha anulado las de seis días, pero el resto deja claro el papel de Campanario, su madre y muchos otros acusados, hasta 26 –de los que tres son médicos– en el caso de los falsos inválidos.Una pensión imposible“María José, tu madre no ha trabajao en su puta vida. Y le va a quedar una paga de doscientas mil pesetas” Carlos Carretero había sido jefe de la Policía Municipal de Ubrique (Cádiz), tierra de los Janeiro. Y había logrado una pensión por problemas en un ojo. Carretero, para el que el fiscal pide diez años de prisión, es amigo de José Luis López, alias el Turronero, también implicado en la trama, un personaje muy conocido en Ubrique y amigo de Jesulín y de su familia.La madre de María José Campanario, Remedios Torres Jiménez, relató al juez cómo empezó todo: “Una noche de julio o agosto de 2004, cenando en un restaurante en Castellón junto a José Luis ‘el Turronero’, su hija, su marido y otras personas, sale la conversación y le pregunta José Luis si está jubilada, y ella le comenta que no, que ha cotizado nueve años y que no creía que tuviera derecho a jubilarse”. Entonces el Turronero le dijo: “Vamos a ver si se puede revisar tu minusvalía”. La mujer tenía reconocida una minusvalía del 54 por ciento, pero sin derecho a pensión. Los baremos de la Seguridad Social pedían siete puntos y ella sumaba cero.
fuente: Interviu
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