El trabajo y el capital
El trabajo forma parte de la naturaleza del ser huma-no. El
ser humano es un ser social, y las relaciones sociales entre los humanos están
desarrolladas a partir de las relaciones cooperativas en el trabajo y, por
tanto, de la actividad económica que del mismo se construye y se desarrolla.
Así, todas las sociedades nacen, se forman y se desarrollan mediante el
comportamiento económico de la producción, inter-cambio, distribución y consumo
de bienes y servicios.
El capitalismo es el des-orden social que resulta de la
"libertad" económica generada gracias a la propiedad privada sobre el
capital como herramienta de pro-ducción. Las empresas llevan a cabo la
producción y el intercambio de bienes o servicios en forma libre teniendo como
base la explotación laboral, con el propósito exclusivo del beneficio económico
de unos pocos. La producción, distribución y los precios de los bienes y
servicios están determinados por el libre mercado, la oferta y la demanda entre
productores y consumidores.
El capitalismo se basa fundamentalmente en:
-La propiedad privada de los medios de producción,
distribución, financiación y consumo.
-La competición entre las empresas y multinacionales por el
mercado de los susodichos medios.
-El máximo beneficio que se pueda sacar de la actividad
económica desempeñada mediante el uso del menor espacio, el menor coste y el
menor esfuerzo posible para la empresa.
El libre mercado hace que diversas empresas dentro del juego
de la oferta y la demanda produzcan y distribuyan más bienes de los que la
misma sociedad necesita. Debido a esto, ponen en marcha campañas de marketing
que generan en la población distintas necesidades (reales o ficticias) que
utilizan para distribuir más productos y afianzar nuevos mercados.
El resultado de todo esto genera que las demandas de
materias primas por parte de las empresas y multinacionales sean
desproporcionadas, siendo estas mismas las que extraen las riquezas naturales y
los combustibles fósiles de manera desorbitada de países a los cuales mantienen
en la miseria más absoluta (lo que se denomina "Tercer Mundo"), las
controlan y las transforman para que se pongan a la venta en los países del
"Primer Mundo", agotando las materias primas y los recursos
energéticos de la Tierra, anulando la propia capacidad natural del planeta de
regenerarse y hundiéndolo cada vez más.
Nosotros nos posicionamos en contra totalmente de que los
medios de producción estén en manos de personas que viven a costa de los
trabajadores. Entendemos que existe una lucha de clases total entre los que
están condenados a aportar el factor trabajo en la producción, a cambio de una
prestación económica o salario -que mantiene en la miseria y la marginación
constante a la clase obrera- y los dueños de los medios de producción, que
directa o indirectamente ostentan la totalidad de cargos de poder y viven del
sudor de los trabajadores (empresarios y gobernantes).
El sistema capitalista sufre de crisis constantes y
graduales al ser totalmente inestable. No hay más que ver el crack del 29 en EE
UU. Aun así, la crisis en España es más profunda y tiene sus propias
particularidades. Aquí el motor económico desde los tiempos del "Tío
Paco" es la construcción. Gracias a la sarta de empresarios constructores
rastreros sin ningún tipo de ética más que la de tener más dinero, ha producido
el estallido del motor económico del país: al dispararse la demanda de
adquisición de vivienda por la liberalización del suelo subió el precio de los
pisos. Como consecuencia, de la noche a la mañana, de poder adquirir una
vivienda en unos pocos años con la mitad del salario de un trabajador, se pasó
a que las familias se hipotecasen hasta 50 años para adquirir un pisito de 80
metros cuadrados con una piscina comunitaria… ¿Quién no quiso emular las hazañas
de Paco el Pocero?
Aun con los salarios de mierda que se cobran, los bancos se
hartaban de concedernos créditos a mansalva para comprar viviendas a precios
desorbitados, además de miles de estupideces más que no sirven para nada, pero
deseamos tenerlas, ya que los empresarios nos han creado estas necesidades.
¿Cuántas personas se sienten como ricas por tener un bonito coche, una bonita
casa, una bonita tele, un bonito ordenador, un bonito chalet en la playa y una
bonita deuda? Así, mediante este mecanismo, el motor del crecimiento económico
es generado mediante la deuda. Las deudas de las administraciones públicas, de
las familias y de las empresas se inflan cada vez más, al igual que se infla el
de las cajas de ahorro con los bancos.
A raíz de la crisis crediticia estadounidense, los bancos
han dejado de prestar dinero, y los inversores han dejado de comprar deuda.
Como ha dejado de haber dinero, el consumo se ha desplomado, la economía se ha
contraído, las empresas quiebran o despiden en masa a sus trabajadores, se
privatiza lo público y los bancos desalojan a las familias que no pueden estar
al corriente de los pagos hipotecarios por carecer de trabajo.
Como anarquistas, somos conscientes de que la propiedad
privada de los medios de producción es la causa principal que genera la
desigualdad entre las personas. Los patronos se quedan con la totalidad de los
beneficios que producen los trabajadores, y estos solo se llevan una pequeña
parte (salario) del resultado de su capacidad productiva.
Los anarquistas trabajamos constantemente para transformar
el modelo económico capitalista en otro en el que la asociación voluntaria e
igualitaria de los trabajadores se desarrolle a través de la propiedad
comunitaria de los medios de producción, bienes y servicios; y coordinado
gracias al federalismo entre los ramos de producción para, de este modo, suplir
al Estado. Así, los bienes generados serían distribuidos por la comunidad. Todo
ello supondría el fin de la explotación de un ser humano por otro, llegando al
comunismo* en su máxima expresión y a la sociedad anárquica.
La crisis en las administraciones públicas
Ningún Estado ni ningún político y economista erudito va a
tener la solución ni la panacea ideal para la solución de la crisis dentro del
sistema económico capitalista. Los Estados y las administraciones públicas,
viven endeudados con créditos constantes desde hace muchos años para afrontar
sus caprichos y obras faraónicas de toda índole que en muchas ocasiones no han
servido para nada, siempre con la vista en proyectos de gran envergadura para
dar imagen a las constructoras y para que en todo rincón construido pueda
aumentar el flujo de capitales de la manera más sencilla y rápida posible.
Madrid por ejemplo, es una ciudad endeudada desde hace muchísimos años debido
al interés de los políticos y los empresarios por las Olimpiadas, por las
cuales se han construido algunos estadios y remodelados otros, y de los cuales
no se les da casi ningún uso deportivo; un proyecto faraónico fue el túnel de
parte de la M-30 por el cual se endeudó a la ciudad para décadas y cuyo uso es
meramente para transporte privado; la empresa municipal "Madrid Espacios y
Congresos" acumula una deuda de 262 millones de euros, aun así proyectó la
ejecución de otro palacio de congresos más junto a los rascacielos de
Chamartín, con un presupuesto de 327 millones de euros, el cual se encuentra
paralizado en estos momentos. Y por poner otros ejemplos:
-El estadio de la Peineta, sin usar desde hace años, con las
obras paralizadas.
-El Palacio de los Deportes, en el cual no hay casi nunca
ningún proyecto deportivo.
-El Madrid Arena, usado últimamente solo para macrofiestas.
Y no solo Madrid: en Castellón se construyó un aeropuerto,
al cual no se le está dando uso. En Sevilla existe un estadio olímpico con un
coste de 130 millones de euros que no tiene ningún uso. En Valencia, el estadio
Nuevo Mestalla se encuentra a medio construir, o la ciudad de las Artes y las
Ciencias, la cual fue un despilfarro… y muchas otras construcciones dirigidas a
contentar a empresarios y que han dejado a la administración pública con deudas
millonarias para muchos años.
La crisis en la clase obrera
Muchos de los trabajadores nos hemos dado cuenta de que
siempre hemos sido pobres y que todo era una imagen idílica. Otros nunca hemos
podido llegar a creérnoslo. Actualmente en España, ya hay 6.000.000 de personas
paradas, un 27 por cien de la población. Además de las estadísticas del INE,
también hay que ser conscientes y sumar aquellos que han estado desempañando
una labor profesional en el empleo sumergido coaccionados por la patronal, y
aquellas personas que no están inscritas en el INEM por motivos diversos. Esta
cifra es absolutamente dramática, ya que esto significa que hay cientos de
miles de familias en paro, desahucios, carestía de las necesidades básicas,
miseria, etc. La táctica del Estado para frenar la exclusión y evitar la
agitación social, ha sido usar la herramienta del estado del bienestar (el
Estado provee ciertos servicios o garantías sociales a la totalidad de los
habitantes de un país): mediante el "Plan Prepara" dando 400 euros a
los trabajadores que terminasen la prestación por desempleo para que tuviesen
asegurada las necesidades básicas, hasta que las lúcidas y eruditas cabezas
pensantes de los políticos y los economistas den con la solución al problema
(esta medida no ha solucionado nada, ya que la limosna solo contiene y perpetúa
la miseria). Actualmente las medidas para solicitar este plan han sido
endurecidas, viéndose muchísimos parados excluidos de las mismas.
El concepto "estado del bienestar" surgió en
Europa para evitar el malestar social que llevó a la Segunda Guerra Mundial. Es
un pacto social que establece un reparto equitativo de los beneficios y de la
riqueza entre la población. Actualmente, la miseria a la que estamos condenados
los trabajadores es gestionada por ONG y asociaciones formadas por buitres
carroñeros, más que por personas con inquietudes sociales. El estado del
bienestar, mandatado por el neoliberalismo, está siendo desmantelado y privatizado.
Las ONG, asociaciones y otras empresas, se lucran a costa de subvenciones y
concesiones que reciben de los Estados a costa de mantener la pobreza bajo
mínimos y ejercer actividades que para nada acaban con la miseria, sino que la
aumentan y la mantienen. Por lo que hasta los pobres somos rentables para las
organizaciones de este calibre, aunque no produzcamos.
Dado que el estado del bienestar solo sirve para defender
los intereses de los poderos, mantener callados a los pobres y frenar la movilización
social, es deber de los anarquistas impulsar la autoorganización y la acción
tanto de los trabajadores en activo o en situación de desempleo, así como de la
población no activa, y fomentar la agitación social constante para la defensa
de nuestros derechos, ampliando los intereses tanto sociales como laborales
dentro de esta constante tensión entre clases sociales. Pulso que, de momento,
está ganando la patronal y que produce que día a día la situación laboral para
todos sea cada vez más precaria y más lamentable.
Alternativas libertarias
Debemos señalar a los empresarios, agentes sociales e
"izquierda" parlamentaria social (PSOE, IU, UGT, CC OO, USO, etc.)
como estructuras del engranaje del sistema capitalista, las cuales actúan como
colchón para frenar y vaciar de contenido la agitación social, además de ser
culpables globales del problema que lleva a la miseria al pueblo trabajador.
Para la defensa y la acción de la clase obrera, los
anarquistas vieron en el anarcosindicalismo la mejor manera para autoorganizar
a los trabajadores. La CNT es una organización sindical y una herramienta de
lucha cuyo funcionamiento se basa en los principios anarquistas de solidaridad,
apoyo mutuo, autogestión, federalismo e internacionalismo. Los sindicatos de la
CNT nacieron como organizaciones de trabajadores que procuran una defensa real
de los intereses sociales, económicos y profesionales relacionada con la
actividad laboral y preparan a clase trabajadora para el momento
revolucionario.
También participamos e impulsamos activamente movimientos de
funcionamiento horizontal y asambleario así como todo tipo de proyectos y
experiencias de autoorganización y autogestión encaminadas a la emancipación y
a la construcción de una sociedad sin Estado y sin dirigentes basada en la
solidaridad y en la igualdad entre las relaciones tanto económicas como
personales y sociales, esto es el anarquismo.
Grupo Tierra
* El comunismo -que hemos de procurar no confundir con el
"Partido Comunista"- es una doctrina social que, sobre la base de la
abolición de la propiedad privada y la puesta en común de todos los medios de
producción y de todos los productos, tiende a sustituir el presente sistema
capitalista por una forma de sociedad igualitaria y fraterna. Hay dos tipos de
comunismo: el comunismo autoritario que exige el mantenimiento del Estado y de
las instituciones que conlleva y el comunismo libertario que implica su
desaparición.
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