Ante el cierre de SUZUKI y 169 trabajadores a la calle
CNT-Gijón
Desde el primer momento, ni el comité de empresa ni las
autoridades del PSOE ni las direcciones de CCOO y UGT se plantearon luchar para
que la fábrica siguiera abierta
Ante el cierre de la factoría que la empresa SUZUKI MOTOR
ESPAÑA S.A. tiene en Gijón y estando afectadas por dicho cierre varias personas
que formaban la sección sindical de CNT en la empresa y afiliadas a la
Federación Local de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT-AIT), esta
Federación Local quiere hacer público el siguiente comunicado:
El cierre de la
factoría de SUZUKI MOTOR ESPAÑA S.A. en Gijón es otro ejemplo más del decadente
panorama industrial y laboral asturiano.
Que SUZUKI pretenda cerrar una fábrica que genera riqueza y
beneficios por el simple hecho de abaratar costes es normal desde una lógica de
empresa capitalista, que para ello cuente con el apoyo del gobierno regional y
de los sindicatos UGT y CCOO es demencial.
El 7 de noviembre pasado, el consejero de empleo, Graciano
Torre, con una amplia experiencia al frente del desmantelamiento industrial en
Asturias, anuncia el cierre de la última factoría de SUZUKI en Europa, algo que
califica desde el primer momento como “irreversible” según le han transmitido
directivos de dicha compañía, afirma también que la decisión del cierre
"se ha tomado en Japón, en las altas instancias de la compañía". No
parece querer acordarse de lo hipersubvencionada que ha estado la fábrica
gijonesa en su historia y da el asunto como zanjado. Es decir, el gobierno
regional del PSOE da por buenas las explicaciones de la compañía y no pone
ninguna traba a su cierre. Desde ese primer momento se lanza la consigna a
seguir los sindicatos UGT y CCOO: la fábrica se cierra, no puede haber ningún
conflicto social en la región (¿qué hubiera ocurrido si el gobierno no fuese
del PSOE?) y lo único que queda es negociar con la empresa las indemnizaciones.
Desde el primer momento ni el comité de empresa, ni las
autoridades, ni las direcciones de estos sindicatos se plantear luchar porque
la fábrica siga abierta, ni por mantener la factoría funcionando con otra
empresa, ni, cómo desde la CNT siempre apoyamos, pasar a autogestionarse la
fábrica por sus propios trabajadores.
El objetivo desde el primer día fue el de conseguir una
indemnización superior a lo que marca la ley en estos casos. Y para ello nada
de conflictividad social, que en esto son expertos los sindicatos UGT y CCOO:
en desmovilizar, en acallar a los trabajadores, que son los que deberían tener
la voz cantante, en evitar cualquier signo de lucha social que empañe al
gobierno socialista. Para ello no basta con que los miembros del comité de
empresa de dichos sindicatos acosen y acallen cualquier iniciativa surgida
desde los trabajadores en las muchas asambleas celebradas (todas ellas en un
salón del Marieva Palace alquilado a costa de la caja común de los
trabajadores) También plantean iniciativas de lucha tan eficaces como: inflar
globos, hacer pancartas para que cuelguen en la entrada de la empresa, pasear
por Gijón y visitar sus múltiples establecimientos hosteleros (la caja común da
para mucho y hay que acabarla antes de que cierre la fábrica), encierros en las instalaciones de la fábrica
en período de vacaciones, etc.
Y así fueron pasando las semanas, buscando aumentar la cada
vez mayor división entre los propios trabajadores, sacando propuestas de
indemnización que favorecían a un colectivo mayoritario (los que cuentan con
menor antigüedad en la empresa) contra obreros que llevan más de 20 y 30 años
en la empresa. El objetivo estaba claro: la división de la plantilla hace que
no se cuestionen sus intereses (luchar por la fábrica en vez de darla por
perdida desde el primer momento), ni sus métodos; ausente la conflictividad
social ni el gobierno ni la empresa necesitan ceder en sus posturas.
Y así hemos llegado a donde estamos: la fábrica se cierra el
31 de marzo, nada se sabe de quién va a seguir fabricando recambios para los
productos de SUZUKI en Europa (hasta ahora hechos en la factoría de Gijón), 169
trabajadores a la calle dentro de un contexto laboral en el que conseguir un
nuevo empleo es IMPOSIBLE; una indemnización irrisoria, sobre todo para los
trabajadores más antiguos: los que llevan toda su vida laboral en SUZUKI, un acuerdo
de asamblea para la propuesta de indemnización con una diferencia de votos
mínima, conseguido a base de coacciones, desencantos, con delegados sindicales
apoyando propuestas de otras secciones en vez de las de su sección, etc.
La propuesta es firmada por empresa y la UGT y las CCOO,
nada habían hablado en asamblea de la
letra pequeña: compromiso de no hacer más huelgas ni reclamaciones judiciales
individuales o colectivas. Se plantea la necesidad de hacer horas extras,
trabajar fines de semana y mantener la fábrica funcionando más tiempo del
previsto, para finalizar los pedidos pendientes y dejar el almacén rebosando de
recambios.
Todo ello conseguido sin dañar la imagen del gobierno
regional y en un alarde más de los métodos del sindicalismo de UGT y CCOO: la
traición a los trabajadores.
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