El Rey nombró marqués al amigo de Barcenas, Villar Mir
Juan Miguel Villar Mir. Figura en los “papeles de Bárcenas”
con aportaciones por valor de 530.000 euros.
Una quincena de empresarios, en su inmensa mayoría
constructores, que aparecen en las anotaciones de Luis Bárcenas con la
supuesta contabilidad B del PP declararán a partir de la próxima semana en la
Fiscalía Anticorrupción. El fiscal Antonio Romeral, que instruye las
diligencias informativas sobre la presunta entrega de sobresueldos a la cúpula
del partido, quiere aclarar si realizaron los pagos que aparecen en las notas
del extesorero del PP. En total, la contabilidad de Bárcenas refleja ingresos
por importe de 7,5 millones de euros en los quince años analizados, de 1990 a
1992 y de 1997 a 2008.
Las diligencias fueron abiertas el pasado 24 de enero, días
antes de que se publicaran los documentos en los que aparecen una quincena de
empresarios, todos menos uno procedentes del sector de la construcción. En este
grupo aparecen Luis de Rivero, que fue vicepresidente y después presidente de
Sacyr Vallehermoso en la época en la que se habrían realizado las donaciones;
Juan Miguel Villar Mir, presidente de OHL; o José Mayor Oreja, presidente de
FCC Construcciones y hermano del exministro del Interior Jaime Mayor Oreja.
Pregunté en su día por qué el rey había, nombrado marqués a
Villar Mir, un señor que formó parte de un gobierno no democrático, el de Arias
Navarro, fue candidato a la presidencia del Real Madrid y debe ser un gran
millonario. En lugar de elegir a un menesteroso con perfil social siempre el
rey se inclina por los Rico Mc Pato que pululan en su reino.
Y ahora hemos sabido que el tal Villar Mir era uno de los
suministradores de dinero y divisas para el PP.¿Y para la monarquía?. ¿Porqué
daba dinero Villar Mir al PP?. ¿No sería para que le recalificaran algunos
terrenos y él poder hacer negocios?.
En su día la Mesa del senado presidida por el socialista Rojo
(así está el socialismo como está) me negó poder formular la pregunta sobre el
porqué de aquellos extraños marquesados. Del Bosque, Villar Mir, Vargas Llosa y
Aurelio Menéndez. Entonces comenté lo siguiente:
He aquí la alegación que presenté ante la Mesa del Senado
por su negativa a dejarme preguntar al Gobierno sobre la concesión de cuatro
Marquesados por parte del rey. Si el Tribunal de Estrasburgo ha considerado que
los tribunales españoles protegen excesivamente al rey, me gustaría saber qué
opinarían de esta prevaricación por parte de la Mesa del Senado. La historia es
ésta:
El jueves 17 de febrero de 2011, en tiempo y forma, presenté
la siguiente pregunta para su ulterior contestación en el pleno:
“¿Qué piensa el gobierno de los últimos otorgamientos de
títulos de Marqués por parte del Jefe del Estado?”.
Poco antes del cierre del registro para consignar las
preguntas orales en pleno, los servicios de la Cámara me notificaron que la
Mesa había denegado su tramitación basándola en éste criterio: “Es un control
indirecto de un organismo constitucional no sujeto a control parlamentario”.
De entrada la decisión me pareció un exceso de celo por
parte de quienes habían aprobado dicho rechazo pues en la anterior legislatura
todas las preguntas que formulé al gobierno por escrito me habían sido
admitidas a trámite. Todas, y no creo que difiera el control parlamentario el
hecho de ser una pregunta al gobierno formulada oralmente que por escrito.
Aduzco pues estos precedentes parlamentarios en el Senado.
Deseo hacer hincapié que la pregunta iba dirigida al
gobierno sobre el parecer que le merecía tal decisión de la misma manera que se
le pregunta sobre los sucesos de Libia, o el terremoto de Haití, hechos ante
los cuales, el gobierno debe tener opinión aunque carezca de competencias sobre
estos acontecimientos. Por otra parte los actos del rey son refrendados por el
presidente del Gobierno y en su caso por los ministros competentes haciendo
hincapié la Constitución que “de los actos del rey, serán responsables las
personas que los refrenden”. Es decir, si un presidente o un ministro refrenda
un acto del Jefe del Estado, ¿un senador carece de cualquier posibilidad de
preguntarle al ejecutivo por su opinión?. ¿Estamos en la Libia de Gadafi o en
el Egipto de Mubarak o en la España democrática que se define como “Monarquía
Parlamentaria”?.
¿Dónde queda el Parlamento y su capacidad de control?.
Por otra parte el artículo 62 de la Constitución dice que le
corresponde al rey, entre otras funciones, “conceder honores y distinciones con
arreglo a las leyes”, pero no títulos nobiliarios con derechos hereditarios,
por lo que los cuatro títulos de Marqués concedidos el 4 de febrero son una
evidente extralimitación de sus funciones y un evidente ataque al espíritu de
los constituyentes que no quisieron la creación de una casta política
nobiliaria que tantos disgustos habían causado en la historia de España.
Habida cuenta que los nombramientos de Marqueses fueron
publicados en el Boletín Oficial del Estado como Reales Decretos y habida
cuenta que las Cortes Generales tienen la facultad de controlar al gobierno y
una manera de hacerlo es solicitarle su opinión sobre algo publicado en el
B.O.E. es por lo que éste senador solicita de la Mesa se admita a trámite la
pregunta formulada porque en caso contrario se me está negando arbitrariamente
la posibilidad de realizar mi trabajo de representación popular en mi labor de
control al gobierno.
El jueves 3 de febrero en el Boletín Oficial del Estado
apareció publicado un Real Decreto firmado por “Juan Carlos R” que decía:
“La destacada y dilatada trayectoria de don José Miguel
Villar Mir al servicio de España y de la Corona, merece ser reconocido de
manera especial, por lo que queriendo demostrarle mi Real aprecio. Vengo en
otorgarle el título de Marqués de Villar Mir para sí y sus sucesores, de
acuerdo a la legislación nobiliaria española.
Dado en Madrid 3 de febrero de 2011.
Juan Carlos R”.
Me ratifico en ello cuando le veo a Villar Mir tan suelto a
la hora de enriquecer al PP. ¿Por qué?. Ni el rey es trigo limpio, ni éste
nuevo marqués, ni Bárcenas, ni el PP. No me
extraña que la gente esté que bufa. Y el PSOE callado.
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