La dirección de Navantia cita hoy a los astilleros para
definir su futuro laboral
Los trabajadores de los astilleros gaditanos, especialmente
la plantilla de Puerto Real, teme una inminente reconversión naval si Navantia
no logra contratos de construcción a corto plazo. La dirección de la empresa y
los trece miembros del comité intercentros, que representa a los seis
astilleros públicos del país, así como a la sede central de oficinas de Madrid,
se ven hoy las caras para definir su futuro laboral y las expectativas de
viabilidad de la compañía. La situación es muy delicada. La cuenta de
resultados del ejercicio pasado de la empresa, aún por cerrar, prevé unas
pérdidas de unos 80 millones de euros.
Las plantas gallegas
de Ferrol y Fene están a punto de quedarse sin carga de trabajo a la espera de
que se autorice, de una vez por todas, la construcción de los dos hoteles
flotantes para la petrolífera mexicana PEMEX. La situación en la Bahía es aún
peor. El astillero de Puerto Real lleva más de un año vacío, mientras que el de
San Fernando, sobrevive en estos momentos con un pequeño contrato para la
Armada de Australia que consiste en la construcción de 12 lanchas de
desembarco. El departamento de Sistemas FABA, también en La Carraca, se
mantiene gracias al desarrollo tecnológico y a los encargos puntuales. Por su
parte, la planta de Cádiz, se abre camino a duras penas en el mercado de la
reparación de cruceros. Por último, la planta de Cartagena, especializada en
submarinos, trata de emerger con el contrato de los S80. Este es en resumen el
escenario que presentan los astilleros públicos y que hoy, el presidente de la
compañía, José Manuel Revuelta, y el consejero delegado, Jaime de Rábago,
tratarán de traducir a la plantilla con medidas especiales. Algunas de ellas ya
se han hecho públicas como es el traslado de personal de la factoría de Puerto
Real a otras plantas del país, sobre todo a Cádiz y Cartagena, para atender una
demanda puntual de carga de trabajo. La medida afectaría a unos 200
trabajadores. Los sindicatos consideran que esta actuación supone el principio
del desmantelamiento de esta factoría.
La última vez que las
partes se encontraron frente a frente fue el pasado octubre en San Fernando. El
presidente trató entonces de tranquilizar los ánimos de los trabajadores
anunciando la posibilidad de firmar dos contratos antes de final de 2012 y un
tercero para la reparación en Cádiz de una plataforma marina. Los contratos a
los que se refería Revuelta no eran otros que la ampliación del acuerdo con
Venezuela para la construcción de dos patrulleros más y la puesta en marcha de
un programa naval con Catar. Ambos contratos siguen todavía en el aire y no hay
esperanzas de que se resuelvan en breve. El único en vigor es el de la
plataforma, que solo son seis meses de mano de obra.
Por esta razón, la
plantilla exigirá hoy a la dirección de la empresa que enseñe sus cartas y
desvele las directrices del plan de viabilidad que supuestamente ha elaborado
para mitigar las pérdidas y la falta de carga de trabajo.
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