CON LOS CORREOS DE URDANGARIN ME CARGO LA MONARQUIA
La comparecencia del
ex socio de Iñaki Urdangarín, Diego Torres, ante el juez José Castro, encargado
del Caso del Instituto Nóos, no ha decepcionado a quiénes esperaban que éste
aportara nuevas y jugosas informaciones.
Torres se reafirmó
ante el juez en que la infanta Cristina y la Casa Real "estaban al
tanto" de todos los negocios realizados en esta entidad. En relación a
Cristina de Borbón, recordó que tanto ella como el secretario de las infantas, Carlos García Revenga, formaban parte de la
directiva de Nóos y, como el resto de sus
miembros, "conocían todo lo que se hacía". Anteriormente, el
propio Torres había mostrado públicamente su enojo por el hecho de que se hubiera imputado a su
mujer y no a la infanta. “¡Pero si
cenábamos los matrimonios cada quince días para hablar de cómo iba todo en
Nóos! Lo sabía todo y se llevó el dinero”, - aseguró a su círculo más
próximo. "No sólo estaba al
corriente de las operaciones de Nóos, sino que
colaboró en la captación de clientes y en el cobro de las deudas
pendientes"- aseguró.
El ex socio del yerno
del Rey denunció también ante el
magistrado que "había recibido presiones del abogado de Iñaki
Urdangarín" para que asumiera toda la responsabilidad de la gestión del
Instituto. "A cambio de mi silencio - dijo - me ofrecieron un trabajo
asegurado y dijeron que no me faltaría de nada".
HACIENDO NEGOCIOS EN LA RESIDENCIA DE LA CASA REAL
Asimismo, Torres contó al juez Castro que La Zarzuela -
residencia de la Familia Real - fue el lugar donde se fraguó, a mediados de
2004, el pacto para desarrollar la llamada Valencia Summit. La primera de las
cumbres turístico-deportivas que reportaron al Instituto Nóos 5,8 millones de
euros públicos. El acuerdo se produjo
-según la declaraciones realizadas en sede judicial - durante una
entrevista que él mismo y Urdangarín mantuvieron en la residencia de la Familia
Real con el entonces presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y con la
alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Tanto Camps como Barberá se encontraban en
la Zarzuela porque habían acudido a una
cita con el monarca.
CORREOS ELECTRÓNICOS QUE IMPLICARÍAN AL REY
No son las declaraciones efectuadas por Torres, con todo,
las que dejan en una situación más comprometida a la monarquía española. La
verdadera campanada la daba su abogado defensor, Manuel González Peeters, el 17 de abril del
pasado 2012, al presentar ante el juez una serie de correos electrónicos que
implican directamente al monrca en los
negocios presuntamente delictivos de su yerno.
"Tengo un mensaje de parte del Rey, y es que le ha
comentado a Cristina para que me lo diga, que le llamará Camps a Pedro para
comentarle el tema de la base del Prada y que en principio no habrá problema y
que nos ayudarán a tenerla" -rezaba
uno de los emails fechado en octubre de 2007, cuando Urdangarín residía ya en
Washington y -según declaró ante el juez - hacía un año que se había
desvinculado del Instituto Nóos.
En ese correo, el
"yernísimo" daba cuenta de las gestiones que su real suegro y su
esposa realizaron con personas que tenían negocios con el Instituto, para que
los regatistas mallorquines Pedro Perelló y Jorge Forteza -amigos de las
infantas- sacasen adelante el denominado 'proyecto Ayre', que pretendía que
España tuviese un segundo representante en la Copa América de 2009 en Valencia.
Lo que requería una inversión de unos 100 millones de euros.
El pasado mes de enero, Diego Torres enviaba al juez José
Castro otra tanda de correos electrónicos en los que se agradece la
participación y la colaboración de Corinna,
la "amiga" de Juan Carlos Borbón, en el primer Forum que
organizaron en 2004 en la Comunidad Valenciana. En uno de los mails Mario
Sorribas, asistente personal de Iñaki Urdangarín y apoderado de la sociedad
Aizoon, felicita a un empleado de Nóos, Francisco Larrey, por conseguir la
participación de Corinna Sayn-Wittgenstein en este evento. "Ahí has estado
torero, Francisco, éste es el camino para llegar a cualquier parte del
mundo" –escribía.
Sin embargo, hasta ahora se han conocido solamente una
pequeña parte de los correos electrónicos que conserva Diego Torres. Hay aún
otros 170 que no se han hecho públicos y que el propio Torres ha calificado
como 'bombas atómicas' por activarse. Aún más explícito se mostró su abogado
González Peeters, un conocido penalista barcelonés, en presencia de varios
testigos. "Con estos mensajes -dijo
- me cargo la Monarquía".
Resulta más que previsible, en cualquier caso, que la
censura institucional y de los propios medios de comunicación entre en liza,
para tratar de impedir que las mencionadas "bombas" puedan llegar a
poner en peligro la pervivencia de la ya muy desprestigiada institución
monárquica.
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