Esperanza Aguirre se ha propuesto acabar con el poder hegemónico de los sindicatos aprovechando el plan de austeridad que está realizando en la Comunidad de Madrid. Para ello, está ultimando un una propuesta que anunciará en el Debate sobre el Estado de la Región por el que suprimirá dos tercios de los liberados sindicales que trabajan en la Administración de la Comunidad de Madrid. A partir de ahora tendrán que volver a sus antiguos puestos de trabajo.
De hecho, esta iniciativa de Aguirre afectará a un total de 2.000 liberados de los principales sindicatos. De este modo, cuando todos ellos se reincorporen en sus puestos la Administración ahorrará más de 70 millones de euros puesto que ya no tendrían que contratar interinos para cubrir los turnos de estos liberados.
Sin embargo, esta propuesta consiste únicamente en aplicar de manera estricta la ley y controlando de manera más eficiente las horas sindicales de los miembros de los más de 280 comités de empresa que existen en la Administración de la Comunidad de Madrid haciendo cumplir el Estatuto de los Trabajadores y la Ley de Libertad Sindical.
En este sentido, el Ejecutivo regional dirigido por el PP pretende ir eliminando las cesiones que se han ido produciendo a los sindicatos durante años pasados en las negociaciones colectivas. Esto ha ocurrido especialmente en las consejerías de Sanidad y Educación cuyas principales concesiones a los sindicatos se produjeron en los gobiernos de Ruiz Gallardón.
Tal y como cuenta el PP, la iniciativa de eliminar dos tercios de los liberados se reforzará con el control de las horas sindicales de las que disponen los miembros de los casi 300 comités. Y es que la Comunidad de Madrid dispone actualmente de 3.200 liberados de los que el 70 por ciento pertenecen a UGT, CCOO y CSI-CSIF.
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