Las sospechas de pederastia sobre el sacerdote Pablo Ortega, detenido el pasado fin de semana en Carcaixent (Valencia) por supuestos abusos sexuales a un monaguillo y al primo de este, vienen de lejos. Exactamente de hace dos años, cuando un grupo de padres de menores que acudían al grupo juvenil vinculado a la Iglesia de Santa Bárbara, de la que el cura era párroco, presentaran ante el Arzobispado de Valencia, encabezado entonces por Agustín García-Gasco, un escrito de queja contra él por su actitud hacia los niños, según confirmaron ayer a Público antiguos monitores de estos grupos.
El arzobispado, que el martes retiró al religioso los ministerios pastorales y le suspendió como profesor en la Universidad Católica, niega haber recibido ninguna queja formal. Hoy lo dirige Carlos Osoro.
Ayer, la noticia de su detención seguía provocando reacciones entre los vecinos. Los más jóvenes comenzaban a romper su silencio y se atrevían a hablar sobre los momentos vividos junto al sacerdote: "Se mostraba excesivamente cariñoso con los niños y, además, tenía muchos encontronazos con los monitores", explicaba un joven del pueblo que prefiere mantener el anonimato.
Tras la llegada del párroco al pueblo, a finales del año 2006, el grupo juvenil vinculado a la iglesia desapareció. "Había muchas cosas de él que no nos gustaban. Se iba con los niños al campo y no sabíamos nada de ellos", explica este joven, que en aquella época era monitor.
La situación se hizo tan insostenible y los enfrentamientos tan continuados que se precipitó la disolución del grupo, que pasó a convertirse en una asociación juvenil independiente. Sólo una decena de niños se quedó en la parroquia junto al párroco. Dos de ellos son los que ahora han denunciado.
Mientras estas acusaciones circulan por el pueblo, el párroco mantiene silencio y nadie le ha vuelto a ver desde el pasado viernes. La iglesia permanece cerrada y los cursos de catequesis suspendidos hasta nueva orden.
Sin medida de alejamiento
El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) hizo público ayer un comunicado en el que confirmaba que el Juzgado de Instrucción número 2 de Alzira (Valencia) ha abierto una causa contra el sacerdote por un delito de abusos sexuales contra dos menore. La nota, sin embargo, desmiente que se haya acordado ninguna medida de alejamiento de sus víctimas.
El sacerdote, que se encuentra imputado y en libertad bajo fianza, tiene la obligación de comparecer ante el juzgado los días 1 y 15 de cada mes a la espera de que se celebre el juicio.
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