«Esos pañuelinos que compráis en el Corte Inglés no valen pa picar carbón», gritaban a los líderes de CC.OO y UGT, y a sus liberados.
Las marchas de los mineros para protestar por el impago de los salarios y la incertidumbre del sector por la eliminación de las ayudas finalizaron ayer con división y enfrentamientos entre los trabajadores. La masiva manifestación celebrada en Oviedo como remate de la segunda jornada de la huelga que paralizó todas las explotaciones de la región, llevó el conflicto al Parlamento regional, pero también evidenció discrepancias entre los mineros que acabaron con la fractura de la protesta.
La unidad de la manifestación de los mineros duró trescientos metros. La distancia que separa a la confluencia de las avenidas de Galicia y Hermanos Menéndez Pidal con la plaza de América. La marcha de los trabajadores de las cuencas llegó al punto de encuentro unos minutos después de las seis de la tarde y esperó la llegada de los mineros del suroccidente, que ya marchaban por la avenida de Galicia. A las 18.25 horas se unieron las dos manifestaciones y ya entonces se produjeron las primeras protestas. Los trabajadores de Ibias, Degaña, Cangas del Narcea y Tineo, vestidos con el trajes de faena, mono azul y casco con lámpara, se quejaron de que la manifestación fuera encabezada por una pancarta tras la cual estaban situados la mayoría de los líderes sindicales que habían acudido a la manifestación, entre ellos los secretarios generales de UGT y CC OO, Justo Rodríguez Braga, Antonio Pino. A la altura de la plaza de América hubo 'palabras mayores' entre los dos grupos de manifestantes y el 'número dos' del SOMA-FIA-UGT, Armando Fernández Natal, a punto estuvo de tener un enfrentamiento físico con uno de los mineros que le increpaban. Los trabajadores del suroccidente empezaron a gritar 'aquí están, estos son, los que pican el carbón', 'nosotros somos los mineros' y 'mineros unidos jamás serán vencidos», a la vez que increpaban a sus compañeros que desfilaban con camisetas verdes (del Soma) y rojas (de CC OO). «Esos pañuelinos que compráis en el Corte Inglés no valen pa picar carbón», les gritaban, a la vez que abrían distancia física con el grupo de la parte delantera. Tras arrojar a la fuente de la plaza de América una pancarta, los trabajadores del suroccidente constituyeron una nueva cabecera con pancarta propia y la manifestación se dividió en dos a partir de ese momento.
«Falta de apoyo»
Los mineros de Ibias, Degaña, Cangas y Tineo protestaron por lo que entendían fue una «falta de apoyo» de los sindicatos convocantes a la marcha a pie que iniciaron el pasado domingo en Ibias y Degaña. Las discrepancias estallaron en medio de la manifestación, pero ya se venían fraguando desde el día anterior en que, en su etapa de Trubia, advirtieron de que ellos debían ser los protagonistas en la cabecera de la manifestación porque habían sido los que habían trabajado la marcha sin apenas apoyo externo, según explicaron los mineros.
Tras llegar la primera manifestación al Parlamento regional, la segunda se mantuvo a distancia hasta que los líderes sindicales finalizaron su entrevista con los portavoces parlamentarios. Inmediatamente después reanudaron la marcha, pasaron por delante del Parlamento, giraron a la derecha y se concentraron frente a la sede de la Presidencia del Gobierno. Corearon eslóganes y desplegaron pancartas a la vez que pidieron unidad. El responsable de Energía y Minería de la Federación de Industria de CC OO de Asturias, José Luis Villares, quitó importancia al incidente y explicó que «no es en sí una división, sino una mala interpretación de la realidad».
Las marchas de mineros partieron el domingo de Ibias y Degaña y el lunes de Campo de Caso y de Cabañaquinta. En la primera, los dos grupos se encontraron en Cangas y hasta su llegada a Oviedo pasaron por Tineo, Salas, Grado y Trubia. La marcha que salió de Cabañaquinta partió el lunes en dirección a Lena. Las siguientes etapas fueron Mieres, Riosa y Oviedo. También partió un grupo de mineros de Campo de Caso, pasó por Sobreescobio y se unió a la de Cabañaquinta en Riosa. Llegaron a Oviedo por la carretera vieja de Mieres y se unieron a la marcha del suroccidente en la esquina de las avenidas de Galicia y Hermanos Pidal. Los cinco mil manifestantes desfilaron por la avenida de Galicia hasta las calles de Toreno, Uría y Fruela.
En la Junta General todos los grupos parlamentarios dieron su apoyo a los mineros. PSOE, PP, IU-Verdes y Bloque por Asturies (BA) recibieron a los líderes de la minería en las escaleras del Palacio regional, quienes les entregaron un escrito en que están recogidas sus reivindicaciones principales, que pasan por garantizar el futuro del sector del carbón autóctono.
La diputada regional del PSOE, Elena Díaz Palacios, anunció que su grupo impulsará una iniciativa en la cámara en defensa de la actividad minera y el portavoz adjunto del PP, Joaquín Aréstegui, señaló que es necesario que la Junta se pronuncie en apoyo al sector. El portavoz de IU-Verdes, Jesús Iglesias, señaló que ayudar exclusivamente a las explotaciones que contemplen un calendario de cierre supondría condenar al sector a la «desaparición».
Mientras, unas 50.000 personas salieron a las calles de Ponferrada en defensa del carbón. Según distintas fuentes, la manifestación fue la más importante registrada en la historia del municipio.
elcomerciodigital
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