La huelga general en un sector tan estratégico para la economía andaluza como el comercial no fue precisamente un éxito pues apenas se dejó sentir. Según la patronal andaluza del gremio, entre el 80% y el 90% de los establecimientos abrió sus puertas con normalidad, algunos con retrasos o cierres momentáneos por la presencia de piquetes.
Las propias centrales convocantes admitieron el escaso éxito de su convocatoria, pues aunque en algunas provincias hablaron de un cierre del 90% de tiendas, se referían solo a los centros históricos y durante las primeras horas de la mañana, cuando actuaron los piquetes y en tanto se celebraron las manifestaciones.
En los barrios de las principales ciudades y en los grandes centros comerciales fue una jornada más, aunque con menos clientes de lo habitual y solo en la capital almeriense sí cerraron las dos grandes superficies.
Entre tanta normalidad, llama la atención un dato casi anecdótico, el cierre masivo de los supermercados conocidos como chinos, llamativo porque habitualmente son los que más horas permanecen abiertos, incluso en días festivos. En Málaga cerraron también las naves de almacenamiento al por mayor de estas tiendas en el polígono del Guadalhorce.
Como es habitual siempre que hay huelga general, el empeño por lograr el cierre de grandes establecimientos comerciales fue uno de los objetivos principales de los piquetes informativos en el inicio de la jornada. Los piquetes ya comenzaron a actuar en la medianoche en los centros de las ciudades. En Cádiz algunos supermercados aparecieron con desperfectos y se volcaron contenedores y papeleras junto a algunos establecimientos que abrieron; y en Huelva y Málaga algunos comercios amanecieron con silicona en sus cierres. En Jaén, los sindicatos se quejaron por la "desproporcionada y excesiva" actuación de la policía contra los piquetes que trataban de impedir la apertura de El Corte Inglés de Linares; y en Córdoba hubo dos detenidos miembros de un piquete en un centro de la misma cadena.
En Málaga, como en huelgas anteriores, al término de la manifestación decenas de participantes se dirigieron a El Corte Inglés de la Alameda Principal, para pedir el cierre del establecimiento, con fuerte protección policial. Durante la más de una hora que este grupo permaneció ante las puertas del centro se produjeron algunos momentos de tensión que no desencadenaron en ningún incidente de consideración. Mientras tanto, las demás grandes superficies de Málaga funcionaban con normalidad.
Los sindicatos sí consiguieron impedir la actividad en los mercados centrales de las principales ciudades, por lo que la mayoría de las plazas de abasto permanecieron cerradas al no recibir productos perecederos. Los barcos de pesca de los principales puertos del litoral andaluz no salieron a faenar en la noche del martes, por lo que no hubo pescado fresco.
La huelga tampoco se dejó notar apenas en el sector de hostelería, aunque en Granada la actividad turística se vio resentida por el cierre de La Alhambra, pero el 95% de bares y restaurantes permaneció abierto.
En la Costa del Sol solo un 4,65% de los trabajadores de la hostelería secundó el paro, y en el 80% de los establecimientos no hubo ni un solo huelguista, según informó la organización patronal Aehcos.
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