Los jardines de algunas zonas puertorrealeñas volverán a mostrar un estado presentable, después de que haya una definitiva resolución al 'caso Talher', originado tras el abandono hace unas fechas de una de las concesionarias encargadas de su mantenimiento, en el momento en que llevaba acumulados 13 meses de deuda del Ayuntamiento.
Integrantes del equipo de gobierno celebraban el pasado viernes en el Centro Administrativo Municipal una reunión con representantes de la empresa, tras la que habría habido sensibles novedades.
El ejecutivo local se habría comprometido a abonar los 400.000 euros pendientes a través de un plan de pago fraccionado, que se prolongaría hasta el próximo diciembre.
Talher también estaba a expensas de cobrar los trabajos llevados a cabo en el complejo medioambiental Reflejo Verde, en el que se incluyen el Aula de Desarrollo Sostenible y el parque de La María, todavía no inaugurado, una intervención que se incluía dentro del plan de Economía Sostenible sufragado con los fondos del Estado.
Según adelantaba ayer el representante sindical de los jardineros por CCOO, Javier Palos, el ejecutivo habría abonado en el transcurso del mismo viernes los 600.000 euros que estaban pendientes de liquidación por lo que se refiere a este concepto.
Palos describe que «la primera intención del Ayuntamiento era pagar sólo lo de Reflejo Verde», aunque a lo largo de la cita, asegura, se habría sumado la solución a la situación que ellos arrastraban.
Con este considerable golpe de timón, se avecina la sorpresiva vuelta de Talher, aún más después de que el alcalde de la localidad, José Antonio Barroso, adujera en su momento un «cambio de estrategia empresarial» para explicar su súbita marcha de la población.
Una vez que los enviados de Talher trasladaron en la tarde de este pasado lunes las conclusiones a sus máximos responsables en Madrid, los operarios se hallan a la espera de una ya segura reincorporación, que podría producirse, según avanza Palos, «a finales de esta semana o principios de la que viene».
Los siete afectados explican que mientras seguirán acudiendo cada mañana a las siete a la nave donde se guardan las herramientas y la maquinaria, a la que la propia empresa cambió la cerradura. Luego, en ropa de faena, se desplazan todos los días hasta la plaza de Jesús, frente a la Casa Consistorial, como demostración de su intención de respetar la jornada de trabajo.
El giro podría deberse a una supuesta inyección económica llegada a las arcas municipales, ya que, según describen los propios trabajadores de jardinería, también se habrían retomado otros proyectos pendientes, como el punto limpio del Río San Pedro, parado tras la marcha de la adjudicataria, o el que debe ubicarse en Casines, cuyas obras tenían como fecha de inicio el presente mes de septiembre.
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