Más de un millar de manifestantes en Madrid contra el ATC en Zarra
Más de un millar de manifestantes se han desplazado de la comarca de Zarra (Valencia) para protestar ante el Ministerio de Industria en Madrid por la intención de instalar un cementerio nuclear en dicha localidad. La decisión se basa más en criterios políticos que técnicos, puesto que ese sería el candidato que generaría manos problemas políticos al partido en el Gobierno.
La concentración ante el Ministerio de Industria celebrada hoy en Madrid se puede calificar como de éxito rotundo, dada la asistencia de unas 1000 personas procedentes en su mayoría de la zona de Zarra (Valencia). De esta manera quieren mostrar su oposición a la instalación de un Almacén Transitorio Centralizado (ATC), donde se depositarán todos los residuos de alta actividad procedentes de las nucleares españolas. De esta forma los vecinos han mostrado que no existe ningún consenso a favor de la instalación y que, por el contrario, la mayor parte de la población está en contra.
Ecologistas en Acción ha apoyado esta concentración al igual que lo ha hecho y hará con todas las movilizaciones contra el ATC que se produzcan. Esta asociación quiere denunciar que la decisión tomada por Industria y no refrendada por el Consejo de Ministros obedece más a criterios políticos que técnicos. En efecto, el Presidente Camps es el único de los implicados que no se había manifestado en contra antes de que se hiciera público el informe de Industria sobre los candidatos. El Ministro Sebastián debió valorar que la falta de oposición de la Generalitat valenciana allanaría el camino para construir finalmente la instalación, pasando por alto el hecho de que la elección podría llevar aparejado un aumento de la corrupción que parece ya endémica en la zona.
Para Ecologistas en Acción los problemas sociales y políticos que está acarreando al Gobierno la instalación del ATC no son sino una muestra de las dificultades que acarrea la gestión de los residuos radiactivos generados por las centrales nucleares. Dados los problemas para acometer una forma de gestión, no sólo sociales y políticos, sino también de índole técnica, lo más sensato es dejar de producir residuos procediendo al cierre escalonado de las centrales nucleares. Sólo se podrá conseguir un consenso en torno a estos peligrosos residuos cuando exista el compromiso de reducir el problema a su mínima expresión y se ponga sobre la mesa un calendario aceptable de cierre de las centrales nucleares. Los debates sobre el futuro de esta energía y de la gestión de los residuos de alta radiactividad nos se pueden separar.
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