“Si se acaba la
subvención sindical, falta la financiación de los no afiliados”
Cándido Méndez (Badajoz, 1952) no aclara tajantemente si
continuará al frente de UGT cuatro años más, ya lleva 19. Pero en el XLI
Congreso que empieza hoy no hay alternativa y él está dispuesto a continuar
hasta los 23 años. Seguirá la tradición de un sindicato con dirigentes de
mandatos largos: Pablo Iglesias (26 años), Largo Caballero (20) o Nicolás
Redondo (23). Marcado por la austeridad, el número de delegados ha bajado de
800 a 600, Méndez espera que del Congreso salga un mandato que le permita
cambiar las estructuras de la organización.
Pregunta. En 2012
convocaron dos huelgas generales; este año bajan la tensión. ¿Por qué?
Respuesta. Desde
2009, se ha producido un hecho excepcional: ha habido tres huelgas generales,
dos el año pasado. ¿Por qué? Por la dureza de las políticas de recortes. Este
año no sabemos qué vamos a hacer aún.
P. Sí que han bajado
la tensión: hace un mes estuvieron en La Moncloa por el plan de empleo juvenil,
¿qué ha cambiado?
R. Nada. Tenemos que
dosificar esfuerzos. Pero no es síntoma de cambio. ¿Qué ha ocurrido? Hemos
estado en Moncloa por un tema relacionado con el empleo juvenil, que el
Gobierno tenía que enviar a Bruselas. ¿Ha cambiado la política del Gobierno? En
el fondo, no. En las formas, el Gobierno ha concluido que cuando va a la UE no
puede ir, en programas así, sin sindicatos y patronal.
P. Sí han cambiado
los protagonistas de las protesta, ahora son los movimientos sociales.
R. No me inquieta. Me
da un cierto sentimiento de tranquilidad porque, en relación con situaciones
anteriores, los sindicatos no vamos a estar solos en la protesta y la vamos a
compartir.
Me tranquiliza
compartir la protesta con los movimientos sociales
P. En el congreso de
CC OO Toxo dijo que la gente percibe que los sindicatos han hecho algo mal,
aunque ustedes no lo vean así. ¿Comparte la frase?
R. La gente quiere
soluciones y se las reclama a los que cree que tienen capacidad de darlas. Es
lógico. En el sindicato debemos tener un contacto más estrecho con los
afiliados. Tenemos 1,160 millones de afiliados y en torno a 109.000
representantes sindicales y hay que garantizar que les llega la información. Es
nuestro epicentro.
P. ¿Tienen problemas
de financiación los sindicatos?
R. No puede ser de
otra manera en la actualidad. Ahora un 72% de ingresos que provienen de las
cuotas, unos 100 millones. Pero en el último año se ha producido un punto de inflexión,
ha bajado el número de afiliados por la situación económica: cierre de
empresas, despidos,… También ha bajado lo ingresado por cuota básica, 11 euros,
y subido el número de cuotas reducidas, la de parados. En relación con las
subvenciones, se confunden subvención, programas y formación continua.
P. Todo es dinero
público.
R. No, la formación
continua procede de un acuerdo de sindicatos y patronal en el 91 o 92. Y debe
de seguir siendo gestionado por sindicatos y patronal. Otra cosa son los programas,
a los que accedemos como cualquier organización. Y luego está la subvención
sindical que busca resolver la discrepancia entre el hecho de que los
sindicatos defendemos los intereses generales de todos los trabajadores y que
cuando tomamos una decisión o firmamos un acuerdo afecta por igual a todos,
afiliados o no. La subvención viene a cubrir esa laguna.
P. ¿Entonces debe
aumentar la financiación pública?
R. Si hay que plantear ese mecanismo, no debería haberse reducido. Ahora,
creo que la percepción social lo ve con recelo. No estaría de más volver a la
reflexión que UGT planteó en los 80: incorporar un canon a abonar por los
trabajadores no afiliados afectados por un convenio o un ERE.
P. ¿En este momento?
R. En los 80
planteamos una fórmula de aceptación implícita: un trabajador que no quiera
pagar tiene que decirlo. Pero eso no tiene cabida constitucional. Siendo así,
la subvención pública a la actividad sindical cuando afecta al interés general
de afiliados y no afiliados hay que mantenerla. Salvo que se resuelva ese
problema, nosotros seríamos partidarios del canon. Si se eliminan las
subvenciones, hay que buscar una alternativa para los trabajadores no
afiliados. En Alemania el convenio es un contrato privado, entre las empresas y
los sindicatos. Aquí es norma, y así debe seguir.
P. 19 años como
secretario general, ¿seguirá cuatro más?
R. Lo dirán mis
compañeros.
P. Ha hecho alguna
propuesta, ¿dejará que las aplique otro?
R. Hay una
coincidencia elevado en abordar cambios profundos. Y la reflexión planteada es:
¿se puede generar un cambio en la dirección con un cambio en la estructura? El
sentimiento general es dar prioridad a los cambios en la estructura. Estoy en
disposición de presentarme.
P. ¿Será la última
vez?
R. No voy a anticipar
lo que va a pasar dentro de cuatro años.
P. ¿Han cobrado UGT y
CC OO 4,2 millones de forma ilegal?
R. No. Esa cifra, de
manera ilegal, en ningún caso. Esa es una cifra que el auto define como
presumible y la aporta un inculpado.
P. La jueza lo asume.
R. Lo define como
presumible y lo escribe en condicional. En septiembre de 2003, avisamos a la
organización que suspendieran relaciones con Vitalia.
P. ¿Y se hizo?
R. Creo que sí. Para
nosotros esa cifra no tiene fundamento. No sabemos si se refiere a Andalucía o
a toda España.
P. ¿Van a hacer
alguna investigación interna?
R. Vamos a recopilar
la documentación de los expedientes en que hemos participado para dársela a la
juez si la pide.
P. ¿Y la van a
estudiar?
R. Lo fundamental es
eso: recopilar información y comprobarla. Nuestras entidades sí han trabajado
en esos expedientes y han cobrado de manera legal. Ahí hay una discusión: la
existencia de sobrecomisiones, en mi organización no se han cobrado
sobrecomisiones. Hay una trama corrupta, compuesta por personas sin relación
con UGT…
P. La tuvieron.
R. El que estuvo
vinculado [Juan Lanzas] se desvinculó en 2002 y lo que hace no se puede
achacarse al sindicato. ¿Dónde estarán las sobrecomisiones? En esa trama, no en
la UGT.
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