¿CRISIS EN EL REFORMISMO SINDICAL?
De repente, todo el conjunto de instituciones creadas por
las clases hegemónicas que sucedieron en el poder a la dictadura franquista,
han entrado en una profunda fase de crisis y deterioro letal. A ella no han
sido ajenas las grandes centrales sindicales, que orientadas por las
direcciones pactistas del PSOE y el PCE, perdieron su carga reivindicativa y de
lucha. En el curso de estas tres décadas CCOO y UGT se convirtieron en
apéndices obedientes a aquellas instituciones del Estado que contribuían con generosidad
a su mantenimiento económico.
La conmoción que
hemos vivido y continuamos viviendo desde el comienzo de la llamada
"crisis económica", no ha dejado piedra sobre piedra. Las dos
centrales sindicales, CCOO y UGT están siendo tocadas también por el terremoto
social. Al menos eso es lo que trata de demostrar en un extenso artículo
publicado en una revista digital, Luis Osorio, economista y ex dirigente de la
UGT . Según Osorio lo que hoy se trata de dilucidar no es si Comisiones Obreras
y UGT podrán continuar o no manteniéndose como instituciones sostenidas
por el Estado , sino si las presentes
circunstancias les van a permitir seguir teniendo la capacidad de convocatoria
y movilización de la que han disfrutado hasta ahora. Los elementos que aporta Osorio en su trabajo
indican que estas posibilidades se están
empezando a agotar vertiginosamente.
"En las últimas
elecciones sindicales - comienza escribiendo Osorio - estas dos organizaciones
obtuvieron más del 75% de la totalidad de los delegados sindicales. En los
últimos años las mayores movilizaciones contaron con su respaldo, quizás con
algunas excepciones en el caso de Euskadi, con LAB y ELA-STV, o en Galicia con
la CIGA. El pasado 14 de noviembre, durante su tercera convocatoria de Huelga
General, asistimos a manifestaciones multitudinarias, que causaron sensación en
toda Europa. Pero ese día también vimos como cuando los dirigentes de dichas
organizaciones, tomaban la palabra, al final de las mismas, la actitud de la
abrumadora mayoría de los asistentes, era de ignorancia total hacia los mismos.
Los trabajadores habían acudido para protestar contra esta brutal política de
austeridad que esta atacando nuestros salarios reales y nuestros empleos,
nuestros salarios indirectos…"
Algo similar ocurre, de acuerdo con el punto de vista de
este ex sindicalista de UGT, con las iniciativas puestas en marcha por ambas
centrales.
"Los dirigentes
sindicales organizaron la llamada Cumbre Social, y la presentaron como una
especie de alianza con otros movimientos sociales, que impulsaría un Referéndum
contra el gobierno. Nunca más se supo del referéndum, y las movilizaciones
intersectoriales más numerosas que se han celebrado desde noviembre han tenido
lugar al margen de dichas estructuras. Probablemente por primera vez en años,
se puede decir que las movilizaciones del 23 de febrero convocadas por la
convergencia de las diferentes Mareas, y otras organizaciones políticas y
sociales de izquierda, sin participación de los sindicatos, alcanzaron un éxito
sin precedentes, un éxito de participación ciudadana que para nada desmerece lo
sucedido el pasado 14 de noviembre. Por tanto se empieza a hablar de la
posibilidad de movilizar a grandes sectores de la población sin necesidad de
participación de los sindicatos..".
UN NUEVO ESCENARIO SINDICAL
De acuerdo con opinión expresada por Osorio en el artículo
aludido "después de cinco años de crisis económica sin precedentes, la
afiliación a estas organizaciones no solo no ha aumentado sino que ha
disminuido; la vida interna de las mismas sigue siendo escasa. Los debates que
inevitablemente están teniendo lugar entre capas a cada paso más importantes de
activistas y trabajadores tienen escaso reflejo dentro de dichas
organizaciones. No parece que surjan distintos puntos de vista dentro, que
reflejen las posiciones de distintos sectores de la clase obrera, sino que más
bien parece producirse un cierre de filas en torno a los aparatos de las
mismas".
Todo parece indicar -
cree el ex dirigente de UGT- que estas organizaciones experimentan un
progresivo alejamiento de la vida y las preocupaciones de la clase obrera y los
asalariados. Si surgen conflictos en su seno, son debidos a temas burocráticos,
de poder, de influencia, y casi siempre alejados de los problemas más
perentorios de la mayoría de los trabajadores.
Osorio plantea por otra parte que después de la aplicación
de la última Reforma Laboral margen de maniobra de las grandes centrales
sindicales se ha reducido notoriamente, ya que han perdido capacidad de
interlocución en la negociación colectiva y convenios superiores al nivel de
empresa. En los presentes circunstancias, la
política de pactos y consensos que los sindicatos desarrollaron durante
más de 25 años se ve extraordinariamente debilitada. "La patronal, - escribe Osorio - quizás con la excepción de
las grandes empresas, no negocia, no pacta, simplemente impone su ataque
salvaje. En las grandes empresas los sindicatos se limitan a refrendar los
ataques al salario, al empleo y a las condiciones de trabajo, sobre todo en las
multinacionales del automóvil, bajo el chantaje patronal de llevarse el trabajo
a otra parte. Por tanto desde el punto de vista institucional, sobre todo desde
el punto de vista de la representación sindical y la negociación colectiva, su
papel se está viendo muy reducido" .
Según el ex sindicalista "en el periodo anterior de
bonanza económica, aunque sobre bases ficticias, los sindicatos capitalizaban
las mejoras salariales y sociales que se lograban en los convenios. Esto
contribuyó a que los trabajadores les viesen como algo útil. Pero ahora se está
llevando a cabo el mayor ataque a nuestros salarios que se recuerda en décadas,
se reducen nuestros empleos y los que se quedan en las empresas, trabajan a
ritmos muy superiores con el fin de incrementar la productividad. Las pequeñas
empresas se quedan huérfanas, e incapaces de enfrentarse a los ataques de la
patronal. Los trabajadores de las PYMES se sienten abandonados, y todas las
iniciativas de coordinación, unificación y centralización de las luchas, se
están haciendo no solo al margen de los aparatos sindicales, sino con su
manifiesta oposición. A veces parece que ponen mas tesón en luchar contra
dichas iniciativas que contra el gobierno y la patronal…"
LA QUIEBRA DEL SINDICALISMO DE LA TRANSICIÓN Y LOS PACTOS DE
LA MONCLOA
En opinión de Osorio el viejo sindicalismo resultante de los
pactos de la transición está quedando en la cuerda floja. "Precisamente
ahora- escribe - en pleno desarrollo de
la política de austeridad y recortes, que lo que necesitarían los trabajadores,
más que nunca, son sindicatos combativos, que organicen a los trabajadores, que
encaucen sus ideas y desarrollen sus debates". Sin embargo, "los aparatos de UGT y CCOO siguen empeñados
en dedicarse a prestar "servicios", y actuar como OFICINAS de
Representación".
"Si como es
previsible la crisis continua, e
incluso se profundiza, millones de trabajadores sacaran la conclusión de su
experiencia, que necesitan organizaciones sindicales fuertes para enfrentarse a
la patronal y a su gobierno. Pero en esa tesitura no está nada claro que, si
las cosas siguen así, puedan expresarse a través de UGT y CCOO, cuando esto
suceda, es decir cuando los trabajadores puedan sacar la conclusión e la
necesidad de organizarse" .
Osorio opina que los
orígenes de los males actuales del sindicalismo tienen su origen en las
transacciones y concesiones de la llamada "transición política".
"Recien legalizados hacia la mitad de 1977, en dos años se habían
convertido en organizaciones de millones de afiliados, que buscaban
alternativas de lucha y movilización. La fiesta duro poco..ya que entraron en
los famosos Pactos de la Moncloa, se cambio ajuste salarial por una hipotética
"consolidación de la democracia", y pasaron a convertirse en un freno
importante del movimiento. La recesión del 79 al 82, muy profunda, con
importantes aumentos del paro, influyo negativamente en el desarrollo del
movimiento obrero" .
CORRUPCIÓN SINDICAL
Al convertirse los sindicatos en organismos subvencionados y
mantenidos por el poder político, como el conjunto de las instituciones del
sistema monárquico, estos no están siendo ajenos a los procesos de corrupción
que envuelven a toda la estructura del Estado.
"Para cualquier
organización de trabajadores, sea esta un partido político o un sindicato, una
financiación limpia y trasparente, es siempre una garantía de su independencia
política". "En la historia del
movimiento obrero - prosigue Osorio -
desde Lenin, que planteo aquello de que "ningún representante obrero
debería de ganar más que el sueldo de un obrero cualificado", siempre se
le ha dado enorme importancia a la trasparencia de la financiación de las
organizaciones y al nivel de vida de los dirigentes obreros.
Y añade: "En los
últimos años además de las numerosas subvenciones recibidas de las
Administraciones Publicas, tanto nacionales como europeas, hemos asistido a
constantes denuncias, rumores y artículos, que ponían en tela de juicio que la
actuación de los sindicatos en la tramitación de los ERE,s y en la gestión de las
enormes cantidades recibidas para gestionar la formación, fuesen legales,
éticas, limpias y trasparentes".
Osorio corrobora su afirmaciones glosando el "escándalo
de los ERE" en Andalucía, en el
que se acusa a los sindicatos UGT y CCOO
de percibir 4,2 millones en sobre comisiones, pagados por la consultora
VITALIA.
"Todo parece
indicar que escándalos como este no ayudan nada a fortalecer el prestigio de
los sindicatos. En la encuesta de Metroscopia "Barómetro de Confianza
Institucional", en el apartado de Los sindicatos se dice que de 100
personas encuestadas, 26 les aprueban y 70 les desaprueban. Evidentemente somos
conscientes que una parte de esta crítica es por parte de la derecha, por parte
de aquellos sectores, que les gustaría que los sindicatos, lejos de
fortalecerse, desaparecieran, y también es cierto, que tienen una aprobación
mayor que los obispos, la patronal, el parlamento, el Gobierno, los bancos y
los partidos políticos, todas ellas instituciones terriblemente
desprestigiadas. A los bancos solo los aprueban 8 de cada 100.. Pero este
resultado demuestra el progresivo deterioro de su imagen y de su influencia en
los últimos años..."
PEREZ RUBALCABA: "NO PAGARE A LAS PIRAÑAS PARA QUE ME
COMAN LOS COJONES"
Finalmente, el ex sindicalista de la UGT aporta algunos
testimonios personales en relación las implicaciones que genera el que los
sindicatos se hayan convertido en organismos del Estado sostenido por
subvenciones.
"La pregunta que
surge siempre es si, inevitablemente, el hecho de recibir fuertes subvenciones
de las Administraciones Publicas, condiciona la política a seguir por las
direcciones de los sindicatos de clase. La respuesta debería ser que no
necesariamente. De hecho yo viví una experiencia en sentido contrario en la
lucha de los estudiantes de 1986. Alfredo Pérez Rubalcaba se reunió con Juan
Ignacio Ramos, a la sazón principal líder de la organización para amenazarle
con cortar cualquier fondo , cualquier subvención al Sindicato de Estudiantes.
Rubalcaba dijo que no estaba dispuesto a pagar "pirañas que le coman los
cojones". Al día siguiente, sin embargo la dirección de los estudiantes
denuncio el burdo chantaje Pero mucho me
temo que esta no ha sido la práctica de las direcciones sindicales en los
últimos veinte años. Mas bien la contraria. Los gobiernos han utilizado las
subvenciones para condicionar la política de los dirigentes sindicales, y estos
han acabado envueltos en la maraña de presiones cruzadas de las
Administraciones y determinados sectores de los aparatos…"
Y Osorio concluye su
artículo preguntándose: "¿Qué futuro tienen los sindicatos, qué futuro
tiene la UGT?"
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