Ya lo advirtieron el pasado miércoles. Los trabajadores de Inagra aseguraron que la única salida a la situación en la que se han visto involucrados tras la presentación del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) por parte de la empresa concesionaria del servicio de recogida de basura de la ciudad era la huelga indefinida. Y ayer, en una asamblea que contó con la presencia de más de 400 trabajadores de la empresa, confirmaron que la amenaza de despido de 90 trabajadores les ha "obligado" a quemar el cartucho de la huelga.
Después de que en los últimos encuentros con la patronal las posturas se alejaran progresivamente, hasta hacerse prácticamente irreconciliables, ayer los trabajadores de Inagra decidieron convocar una huelga indefinida. Aunque todavía no se ha fijado una fecha exacta, ayer el presidente del comité de empresa, Eduardo Aragón, confirmó que lo más probable es que el paro comience el día 10 de diciembre, justo después del Puente de la Inmaculada y coincidiendo con el inicio de la campaña navideña.
Los trabajadores, que comunicarán hoy mismo la declaración de huelga al el Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía (Sercla) -que los convocará a un encuentro con la empresa previo al paro-, a Inagra y a la Delegación de Empleo, indicaron que "las distancias abismales" respecto a su postura y a la de la empresa ha provocado una situación "intolerable".
Aragón aseguró que lo ánimos de los trabajadores respecto a los encuentros que celebrarán con la empresa en los próximos días no son muy optimistas, porque "Inagra se ha fijado un objetivo concreto" al que no renuncia. "Estamos dispuestos a escuchar de manera documentada las cuentas y los recortes que ha sufrido la empresa. Una vez que lo demuestre, veremos cómo se minimizan esos efectos", explicó el presidente del comité de empresa de Inagra, que apuntó que, mientras no se justifique con papeles la necesidad de bajar el sueldo a los trabajadores, difícilmente llegarán a un punto de encuentro. Además, Aragón recordó que el "esfuerzo" que se les pide a los trabajadores de Inagra -una reducción salarial media del 13%- casi triplica el recorte que han sufrido los funcionarios.
De ahí que los trabajadores de Inagra llamaran a la empresa "a buscar el equilibrio" y a repartir la reducción de los costes en el servicio entre las partes implicadas: empleados, patronal y Ayuntamiento. "No queremos escurrir el bulto, pero toda la reducción no puede ser para los trabajadores", aseguró el presidente del comité, que insistió en que si la compañía estuviera dispuesta a asumir su parte, "el acercamiento estaría más cerca".
Porque los trabajadores recordaron que el paro laboral no es una opción deseable. "Esta huelga no la quiera nadie, y nosotros menos", señaló Eduardo Aragón, que recordó que la convocatoria se debe a "una situación sobrevenida". "Es una huelga forzada. Nosotros no pedimos nada. Tenemos un convenio firmado desde hace cinco meses, así que esta es una huelga forzada. Quien tiene que actuar para evitarla es el Ayuntamiento e Inagra, que tienen que empezar a negociar de buena fe".
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