El desalojo por la policía marroquí del campamento saharaui de El Aaiún, operación en la que han muerto varias personas y varias decenas fueron heridas, marca el comienzo de las negociaciones sobre el futuro del Sahara Occidental en las que participan Marruecos y el Frente Polisario.
Pese a que durante parte de la jornada se temió que las negociaciones no llegaran ni siquiera a comenzar dada la tensión reinante entre las partes, éstas volvieron a reunirse este lunes en Nueva York, en el tercer encuentro informal auspiciado por la ONU El portavoz de la ONU, Martin Nesirky, lamentó que la primera de las dos jornadas de conversaciones convocadas por el enviado especial de la organización para el Sahara Occidental, Cristopher Ross, coincida con el violento desmantelamiento del campamento de protesta de Gdeim Izik, en las afueras de El Aaiún.
El ministro de Exteriores de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Mohamed Uld Salek, que calificó lo sucedido de "acto de barbarie", aseguró que las negociaciones con Marruecos "no pueden avanzar en circunstancias tan graves" como las vividas en El Aaiún, que "minan la confianza" entre las partes y "desacreditan" a la ONU. Uld Salek dijo que la delegación saharaui en Nueva York ha demandado a la ONU que "adopte las medidas apropiadas", incluido el envío a la zona de una misión de investigación para "arrojar luz sobre las atrocidades cometidas por Marruecos".
La ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, pidió al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que intervenga en la crisis para rebajar la tensión y favorecer el diálogo entre Marruecos y el Frente Polisario. Jiménez reiteró que el desmantelamiento por la fuerza del campamento, donde se habían congregado unas 20.000 personas, es un asunto de "trascendencia internacional" que el Gobierno español no debe abordar de forma bilateral con Rabat. La jefa de la diplomacia española hizo estas declaraciones en la rueda de prensa ofrecida con su colega boliviano, David Chopehuanca, durante la primera jornada de su visita a La Paz.
La cifra de muertos aún no está clara, pues según Marruecos, dos agentes de las fuerzas de seguridad murieron durante la operación de desalojo, en la que también se produjeron 70 heridos, según la agencia oficial marroquí MAP. Fuentes saharauis, por su parte, aseguraron que durante los altercados resultó muerto además un civil, identificado como Dabi El Gargar, de unos 35 años de edad, que trabajaba en la empresa de fosfatos Fos Bukra e indican que fue atropellado por un coche de la policía marroquí al este de El Aaiún. Estas mismas fuentes señalan que el número de muertos es más elevado y que entre ellos se encuentran miembros de las fuerzas del orden.
La Policía Marroquí negó por su parte que hayan muerto civiles durante los enfrentamientos entre fuerzas del orden y saharauis ocurridos en El Aaiún. En declaraciones recogidas por la agencia oficial MAP, el prefecto de policía de El Aaiún, Mohamed Djisi, afirmó que la intervención de las fuerzas marroquíes para acabar con los disturbios en la ciudad "no ha causado muertes entre los civiles", si bien "varios miembros de las fuerzas del orden han sido heridos".
Dentro de la espiral de violencia creada tras el desmantelamiento por la fuerza del campamento, cientos de saharauis se enfrentaron en una auténtica batalla campal a las fuerzas de seguridad marroquíes en las calles de El Aaiún. Por su parte, cientos de ciudadanos marroquíes se han unido a los enfrentamientos registrados entre fuerzas del orden y saharauis en la capital de la antigua provincia española, informaron dos de las principales asociaciones pro marroquíes en el Sahara Occidental.
La aerolínea de bandera marroquí Royal Air Maroc (RAM) impidió hoy a doce periodistas de medios internacionales volar desde Casablanca a El Aaiún, a donde se dirigían para cubrir los disturbios desencadenados tras el desmantelamiento del campamento de protesta saharaui.
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