La Administración ofrece ayudas a quienes se hagan autónomos y la plantilla dice que es finiquitar el conflicto.La Junta mantiene su postura de acabar con la cobertura social y exige cambios en el pacto de 2007.El segundo asalto del combate que libran la Junta y los ex trabajadores de Delphi ha terminado en tablas, pero con un serio gancho del Gobierno regional. La reunión celebrada ayer en Sevilla ha servido para tensar más la cuerda. La Administración regional no ha variado sus posiciones sobre el futuro de los 600 ex trabajadores de la factoría que restan aún por recolocar y exige la modificación de los principales puntos del acuerdo firmado en julio de 2007. El consejero de Empleo, Manuel Recio, ha pedido flexibilidad a la plantilla para llegar a un consenso lo antes posible. Los ex trabajadores, por su parte, presentaron su tabla de reivindicaciones y la primera condición que ponen sobre la mesa es que el acuerdo de 2007 «no se toca».
La Junta planteó ayer ayudas especiales a quienes se hagan autónomos. Serían aportaciones económicas a fondo perdido para la creación de pequeñas empresas. Sin embargo, esta iniciativa no convence a la plantilla porque se trata de una de las medidas que ya recoge el acuerdo de 2007. Entonces, unos 55 empleados de la extinta Delphi se acogieron a lo que se llamó Plan Personal de Inserción (PPI), lo que permitió una ayuda preferente de 30.000 euros brutos. El representante de UGT en la mesa de negociación, Alfonso Valiente, destacó que esta medida nació como una alternativa para acogerse de forma voluntaria, «pero la Junta pretende ahora que sea obligatoria». Los trabajadores reconocen que la situación ha cambiado en los tres últimos años y «no es momento para arriesgarse en la creación de microempresas». El portavoz sindical de CC OO, Francisco Cárdenas, denunció al término de la reunión que las iniciativas de autoempleo que ahora propone la Junta «no valen porque no hay salida».
El segundo encuentro acabó en decepción por parte de los trabajadores, que acusan al Gobierno regional de «finiquitar el conflicto de Delphi con la compra, a bajo coste, de los derechos de los trabajadores». Los casi 600 desempleados mantendrán activo su calendario de movilizaciones y el próximo jueves viajarán de nuevo a Sevilla para hacerse oír ante el Parlamento Andaluz.
La primera reunión de la Comisión de Seguimiento de Delphi tras el verano tuvo lugar el pasado día 5 y fue donde la Junta abrió el polémico debate sobre el futuro laboral de este colectivo. No habrá más ayudas a partir de febrero. Este fue el mensaje que destapó la caja de los truenos. La Junta se escuda en la crisis económica para acabar con la remuneración que perciben los ex trabajadores por sus cursos de formación, así como con la beca de transporte.
La medida cayó como un jarro de agua fría entre el colectivo que sigue sin recolocación después de tres años. Exigen a los representantes políticos el cumplimiento íntegro del pacto firmado en julio de 2007 tras el cierre de la planta. Ese compromiso pasa «por la recolocación del último trabajador de Delphi». No hay vuelta atrás. Los actores políticos de ahora son distintos a los de hace tres años. En la presidencia de la Junta ya no está Manuel Chaves y tampoco figura en el 'staff' el consejero de Empleo, Antonio Fernández, principales valedores de la causa Delphi.
Protesta en San Telmo
La reunión de ayer se celebró en los despachos de la Consejería de Empleo en presencia del viceconsejero de Innovación, Luis Nieto, y del de Empleo, Justo Mañas, además del delegado provincial de Empleo, Juan Bouza. Ninguno quiso hacer declaraciones. Los ánimos estaban muy caldeados y al término del encuentro los trabajadores realizaron una marcha desde la avenida de Hytasa, en Sevilla, hasta la sede del Gobierno regional, en el Palacio de San Telmo, donde se encontraba el presidente de la Junta, José Antonio Griñán. El recorrido de los ex Delphi obligó a cortar el tráfico en varias calles del centro de Sevilla. Un fuerte cordón policial los recibió en San Telmo.
Antonio Montoro, otro representante de UGT en la mesa negociadora, señaló ayer que la reunión había sido «una provocación de la Junta» y aclaró que ningún ex Delphi se ha negado a aceptar un trabajo que no sea del sector del metal. En este sentido quiso acabar con una leyenda urbana que pesa sobre los 600 trabajadores que aguardan la recolocación. En este sentido explicó que en ningún momento se han rechazado trabajos que no sean del metal como se ha dicho desde algunos frentes políticos y empresariales. La Junta ha anunciado la posibilidad de recolocar a unos 150 de la masa total en empresas de otros sectores, «pero lo que ocurre es que no garantiza ni cuándo, ni cómo, ni dónde».
La plantilla está dispuesta a abandonar el convenio del metal que los acoge, uno de los más sustanciosos, para entrar a formar parte de otra empresa, «pero una vez que haya algo concreto». La Junta ha destacado que existe media docena de empresas con interés en instalarse en la Bahía de sectores tan diversos como el de la alimentación, energías renovables, el metal, «pero no aclara en qué condiciones».
Las movilizaciones continúan. El tercer round será antes del 15 de diciembre. Los trabajadores han puesto sobre la mesa sus condiciones. La Junta tiene la última palabra.
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