Parón en Villamartín por la huelga de los trabajadores municipales

Unos 250 empleados municipales secundaron ayer una jornada de huelga para protestar por los retrasos en el pago de las nóminas que prácticamente dejó sin actividad al Ayuntamiento de Villamartín. La convocatoria fue masiva, según el comité de empresa del Consistorio, con lo que casi el 100% de la plantilla de trabajadores no ocuparon sus puestos en reivindicación de una solución a las dificultades que vienen arrastrando para poder cobrar sus salarios. La jornada de parón se vivió con normalidad y se garantizaron los servicios mínimos.Los trabajadores no han cobrado aún la nómina de noviembre, que podrían recibir entre el día 16 y 20 de este mes y la mensualidad de octubre les fue abonada el pasado día 2. Esto viene provocado por la debilitada situación económica del Ayuntamiento de Villamartín, que está mermando su capacidad de maniobra para hacer frente al pago del personal. En la actualidad, la plantilla está formada por unos 120 trabajadores entre funcionarios y personal laboral fijo y otros 130 empleados eventuales. Por tanto, la institución municipal, en la que gobierna el socialista José Luis Calvillo, ha de disponer mensualmente de unos 300.000 euros para garantizar los sueldos, según las estimaciones de UGT.En este sentido, Calvillo lleva desde hace algún tiempo negociando operaciones de tesorería con entidades bancarias y con otras entidades para poder tener liquidez. De hecho, los trabajadores vivieron ya esta situación en el pasado verano cuando se acumularon dos nóminas sin pagar. Y entonces, el Consistorio obtuvo crédito bancario. Esta vez, una de las operaciones no ha llegado a buen puerto, provocando los retrasos en el cobro.Los empleados se concentraron ayer sobre las once de la mañana a las puertas de la Casa Consistorial para demandar soluciones. El propio alcalde se reunió con el comité de empresa, encabezado por Antonio Pavón (UGT), para avanzar la estrategia que se seguirá a partir de enero de 2010 sustentada en un plan de saneamiento, que el Ayuntamiento ejecutará para reflotar las arcas municipales y que perfila la Diputación Provincial. Calvillo recordó que pese a las medidas que se han tomado en los últimos tiempos de reducción de eventuales, de contención del gasto y de recortes, la situación es complicada. "Tengo claro que necesitamos una reestructuración; un plan a la medida de Villamartín", dijo ayer. El camino pasa por "lograr que el Ayuntamiento sea por sí sostenible", apuntó el regidor, quien dejó entrever que entre las opciones para oxigenar la institución está la de revisar el capítulo de personal. Así, apeló a la "responsabilidad de todos".Por su parte, el comité de empresa entiende que Villamartín tiene en la actualidad una plantilla ajustada a los servicios que se están dando". Antonio Pavón aseguró que los trabajadores comprenden "la situación económica y los esfuerzos políticos", pero pidió que el gobierno local, a partir de enero, "diseñe cómo garantizar las nóminas a más largo plazo para que los trabajadores se puedan adaptar a ello".La oposición del Partido Andalucista estima que la deuda en el Consistorio asciende a unos 13 millones de euros. Además, este pueblo tiene contraídas deudas con la Seguridad Social, con lo que el fondo estatal, que asciende a unos 180.000 euros mensuales, está bloqueado.