Los tres sujetos encapuchados que el pasado martes de madrugada asaltaron a dos empleados del bingo San Fernando Plaza, llevándose la recaudación del local, han resultado ser tres soldados profesionales destinados en el TEAR (Tercio de la Armada) de La Isla. Se trata de tres infantes de Marina, naturales todos de San Fernando, que prestan servicio desde hace más de un año en el Segundo Batallón de la VI Compañía.
Llevaban tiempo preparando el golpe. Para ello, contaban con información de primera mano. No en vano, según ha podido saber este periódico, uno de los tres militares había trabajado con anterioridad en el bingo. Por eso se conocía al dedillo las normas de funcionamiento del local. Por eso sabía que siempre, una media hora después de cerrar las instalaciones, empleados se dirigían a una sucursal bancaria de Unicaja emplazada enfrente para depositar la recaudación del día.
Después de varias jornadas de vigilancia, para determinar los exactos movimientos del personal del bingo, se dispusieron a dar el golpe el pasado martes. En torno a las cuatro y media de la madrugada, ocultando sus rostros con sus pasamontañas verde oliva y portando cada uno sus machetes de asalto, de enormes dimensiones, asaltaron a los dos empleados del local, llevándose de botín los 2.300 euros de la recaudación del día.
Uno de ellos, como ya informó este diario, fue capturado muy poco después por la Policía Local. Según informaron ayer desde la Comisaría de Policía Nacional, un taxista que se encontraba estacionado en la parada situada entre el bingo y la entidad bancaria, presenció los hechos y dio rápidamente aviso a la Policía Local. Varias dotaciones se dirigieron hacia allí de inmediato, logrando capturar al primero de los soldados. Encima llevaba un macuto en el que le fueron intervenidos los tres pasamontañas y los tres machetes, todo ello perteneciente a sus uniformes militares. Trasladado a la Comisaría, el infante habría acabado confesando y delatando a sus dos compañeros. Uno fue detenido en su casa, en San Fernando. Y el tercer implicado, cuando volvía al cuartel. Las autoridades militares, alertadas por la Policía, retuvieron al soldado hasta la llegada de los agentes, que lo detuvieron.
Otras fuentes consultadas por este diario, sin embargo, dicen que la detención del primero se produjo gracias a la intervención de un vigilante de seguridad del centro comercial, que, tras presenciar por las cámaras cómo asaltaban a los empleados del bingo, logró retener a uno de los encapuchados hasta la llegada de la Policía Local. Estas mismas fuentes afirman que en el macuto que portaba, además de los pasamontañas y los machetes, llevaba la documentación de sus dos compañeros de batallón.
Los tres infantes, J.J.M.R, de 23 años, A.Q.G, de 23 años y R.A.G de 24 años, fueron puestos ayer a disposición judicial, decretando el juez de guardia prisión incondicional para todos, acusados de un delito de robo con violencia e intimidación. Mientras dos carecen de antecedentes, otro había sido detenido con anterioridad por el robo de un coche.
No es la primera vez que militares destinados en la provincia son detenidos. El caso más grave salpicó a tres soldados de la Base de Rota. Dos fueron condenados en julio de 2008 a 18 y 14 años de cárcel por asesinar a un joven y a su bebé al incendiar una casa en Rota, y al tercero que iba con ellos, le fueron impuestos dos años por omisión del deber.
Por último, dos cabos y un marinero están pendientes de ser juzgados por los 232 kilos de hachís hallados en marzo de 2008 por la Guardia Civil en una patrullera militar en el Arsenal de La Carraca, en San Fernando.
Llevaban tiempo preparando el golpe. Para ello, contaban con información de primera mano. No en vano, según ha podido saber este periódico, uno de los tres militares había trabajado con anterioridad en el bingo. Por eso se conocía al dedillo las normas de funcionamiento del local. Por eso sabía que siempre, una media hora después de cerrar las instalaciones, empleados se dirigían a una sucursal bancaria de Unicaja emplazada enfrente para depositar la recaudación del día.
Después de varias jornadas de vigilancia, para determinar los exactos movimientos del personal del bingo, se dispusieron a dar el golpe el pasado martes. En torno a las cuatro y media de la madrugada, ocultando sus rostros con sus pasamontañas verde oliva y portando cada uno sus machetes de asalto, de enormes dimensiones, asaltaron a los dos empleados del local, llevándose de botín los 2.300 euros de la recaudación del día.
Uno de ellos, como ya informó este diario, fue capturado muy poco después por la Policía Local. Según informaron ayer desde la Comisaría de Policía Nacional, un taxista que se encontraba estacionado en la parada situada entre el bingo y la entidad bancaria, presenció los hechos y dio rápidamente aviso a la Policía Local. Varias dotaciones se dirigieron hacia allí de inmediato, logrando capturar al primero de los soldados. Encima llevaba un macuto en el que le fueron intervenidos los tres pasamontañas y los tres machetes, todo ello perteneciente a sus uniformes militares. Trasladado a la Comisaría, el infante habría acabado confesando y delatando a sus dos compañeros. Uno fue detenido en su casa, en San Fernando. Y el tercer implicado, cuando volvía al cuartel. Las autoridades militares, alertadas por la Policía, retuvieron al soldado hasta la llegada de los agentes, que lo detuvieron.
Otras fuentes consultadas por este diario, sin embargo, dicen que la detención del primero se produjo gracias a la intervención de un vigilante de seguridad del centro comercial, que, tras presenciar por las cámaras cómo asaltaban a los empleados del bingo, logró retener a uno de los encapuchados hasta la llegada de la Policía Local. Estas mismas fuentes afirman que en el macuto que portaba, además de los pasamontañas y los machetes, llevaba la documentación de sus dos compañeros de batallón.
Los tres infantes, J.J.M.R, de 23 años, A.Q.G, de 23 años y R.A.G de 24 años, fueron puestos ayer a disposición judicial, decretando el juez de guardia prisión incondicional para todos, acusados de un delito de robo con violencia e intimidación. Mientras dos carecen de antecedentes, otro había sido detenido con anterioridad por el robo de un coche.
No es la primera vez que militares destinados en la provincia son detenidos. El caso más grave salpicó a tres soldados de la Base de Rota. Dos fueron condenados en julio de 2008 a 18 y 14 años de cárcel por asesinar a un joven y a su bebé al incendiar una casa en Rota, y al tercero que iba con ellos, le fueron impuestos dos años por omisión del deber.
Por último, dos cabos y un marinero están pendientes de ser juzgados por los 232 kilos de hachís hallados en marzo de 2008 por la Guardia Civil en una patrullera militar en el Arsenal de La Carraca, en San Fernando.
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